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El día que todos fueron hinchas de Chacarita

Por Romina Calderaro

En público, le pidió a Fernando de la Rúa “que diera un paso al costado porque en un momento lo acompañamos, pero no tenemos por qué seguir siendo su baby sitter”. En privado, Luis Barrionuevo, senador electo del PJ y flamante titular del sindicato de gastronómicos, dijo que el Presidente es un “autista” que no sólo no sabe gobernar, sino que “tampoco escucha las propuestas de la oposición”. Barrionuevo asumió ayer al frente de la Unión Trabajadores Hoteleros y Gastronómicos de la República Argentina (Uthgra) en un acto del que participaron, entre otros, el senador electo Eduardo Duhalde, Rodolfo Daer, líder de la CGT oficial, y Hugo Moyano, titular de la CGT “rebelde”. En una reunión posterior en el tercer piso de la Uthgra se puso en duda que el Presidente terminara su mandato. “Creemos que nos van a tirar el gobierno por la cabeza”, relató a Página/12 uno de los presentes.
Barrionuevo se hizo esperar. El acto de su asunción al frente del gremio estaba programando para las cuatro, pero empezó una hora más tarde. Mientras tanto, los presentes podían entretenerse escuchando alternadamente canciones del grupo mexicano Maná y estrofas del Himno Nacional, mientras el locutor Jorge Formento –a quien uno de los presentes confundió con Jorge Rossi– preparaba todo para conducir el evento. A las cinco, llegaron los protagonistas. Uno al lado del otro, fueron apareciendo Juan José Zanola, Julio Piumato, Omar Viviani, Alfredo Atanasof, Andrés Rodríguez, José Luis Lingeri, José Pedraza, Domingo Petrecca, Pedro Goyeneche, Vicente Mastrocola y Reynaldo Hermoso. Además, claro, de Rodolfo Daer y Hugo Moyano, quienes volvieron a mostrarse juntos en una nueva señal de que las dos CGT volverán a ser una antes de las elecciones. Duhalde, por su parte, se fotografió otra vez junto con los sindicalistas, a quienes va a necesitar cuando haya que contar los porotos cuando el partido tenga que definir candidato a presidente.
“Sería loable, contributivo para el país, que el Presidente dé un paso al costado, porque la Argentina no puede seguir así con esta ineficiencia”, dijo Barrionuevo. Moyano, el único que no llevaba traje, dijo que el “crecimiento político” del gastronómico “marca un principio en el peronismo, que “debe volver a ser un movimiento nacional con la participación de todos, donde nadie esté por encima de nadie”. A su turno, Daer sostuvo que “frente al agotamiento político del Gobierno y el fracaso del plan económico, hay que recrear el pensamiento revolucionario del peronismo para sacar al país de la crisis” y Duhalde habló de “poner a punto el peronismo como herramienta en el marco de una nueva “etapa de reconquista” en la que el PJ debe recuperar su identidad.
Cuando terminó el acto, Formento convocó a un brindis en el cuarto piso del gremio. Hubo champán, vinos, sandwiches de miga y saladitos, pero los sindicalistas prefirieron demorarse un rato en una reunión informal en la que Daer llamó “autista” a De la Rúa y Moyano preguntó en voz alta sobre la continuidad en su puesto de la ministra de Trabajo. “¿Qué pasa con la Bullrich? ¿Se queda?”, preguntó el líder de la CGT rebelde. Daer levantó los hombros y respondió un lacónico “qué sé yo”. Y un tercero agregó, según el relato de uno de los asistentes: “es que le pusieron a ese sushi (el nuevo ministro de Desarrollo Social, Daniel Sartor) en el puesto que era para ella y ahora no la pueden dejar sin trabajo”. Un poco de humor en un encuentro en el que se escucharon, sobre todo, malos augurios sobre el futuro del Presidente.

 

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