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Cese masivo de obras y la crisis de
la construcción en su peor momento

Las estadísticas del Indec señalan el punto más bajo en el nivel de actividad desde 1995. En el sector señalan que no se vende por temor a la devaluación, paralizan obras y hay despidos masivos.

Ni los edificios de categoría se salvaron del desastre. No hay ventas por no tomar créditos en dólares.

Por Raúl Dellatorre

La industria de la construcción está en su peor momento. Lo grafican las estadísticas oficiales, pero lo ratifican las opiniones de los empresarios del sector. El indicador de coyuntura sobre nivel de actividad que elabora el Indec llegó en setiembre a su punto más bajo desde agosto de 1995, y se ubica un 18,5 por ciento por debajo del nivel de setiembre del año pasado. “No se inician nuevas obras, y las iniciadas están casi todas paradas porque no se venden departamentos; ni siquiera los de categoría, porque la gente está expectante de si va a haber devaluación y nadie se quiere endeudar en dólares”, fue el panorama descripto por un alto directivo del sector a este diario. Los fabricantes de insumos también registran el impacto: la caída en la producción de cemento y acero para construcción no es menos estrepitosa, y los despidos en estos sectores industriales se suman a la masiva destrucción de puestos de trabajo en los últimos tres meses, según señalan los empresarios de la construcción.
De acuerdo a la información recabada entre representantes del sector, en los últimos 90 días la mitad del personal calificado de las constructoras habría perdido su puesto –ingenieros, contadores, técnicos, personal jerárquico administrativo, secretarias–. Esa ha sido la reacción al violento descenso en la actividad y el corte generalizado en la cadena de pagos. Las empresas que dependen centralmente de la obra pública provincial o municipal ha ido, en su gran mayoría, a convocatoria de acreedores o a la quiebra. En la provincia de Buenos Aires en su conjunto, el 80 por ciento de la obra pública está parada.
El cuadro de situación descripto por los empresarios no termina ahí: la obra privada está detenida porque las unidades en construcción no se venden. “Nadie compra en efectivo, y quien debe sacar un préstamo no lo hace porque está pensando en que puede venir una devaluación”, apuntó la fuente. Los créditos a empresas para nuevos emprendimientos son inalcanzables por el nivel de tasas exigidos, o por la cantidad de requisitos que descalifican al pretendido tomador. “Incluso proyectos solventes, como los emprendimientos de Puerto Madero, han bajado su ritmo de obra”, señalan. Para el interior, la situación es calificada directamente como “pavorosa”.
Mientras el índice general de actividad de la construcción cayó en un 18,6 por ciento en septiembre y el 6,1 por ciento en los primeros nueve meses –siempre con respecto a los mismos períodos del año pasado–, a los productores de insumos no les fue mejor. En la producción de hierro redondo para hormigón se registraron bajas en setiembre del 31,4 por ciento; en pinturas para construcción, del 26,4 por ciento; en cemento portland, del 23,6 por ciento; 12,8 por ciento en ladrillos huecos, 11 en pisos y revestimientos cerámicos y 7,4 en asfalto. Los resultados para los primeros nueve meses son más atenuados, aunque muestran igualmente una baja generalizada. El caso más extremo es, también en dicha comparación, el de hierro redondo, con una caída del 10 por ciento.
Dicho cuadro tendrá directa incidencia en el nivel de empleo, cuya medición oficial se realizó en los últimos treinta días. No sólo directamente en las empresas de la construcción se verifica una pérdida de puestos de trabajo con respecto a seis meses o un año atrás, sino también en los sectores vinculados (siderurgia y cemento, principalmente).
Las expectativas empresarias no muestran un panorama muy diferente en lo inmediato. Entre quienes se dedican principalmente a obra pública, el 55,3 por ciento sostiene que el nivel de actividad disminuirá en este cuarto trimestre, según los resultados de la encuesta del Indec. El 44,7 por ciento restante estimó que no habrá cambios respecto a los bajísimos niveles actuales. Es decir, no se registraron respuestas positivas. Entre quienes realizan principalmente obra privada, las previsiones no son mejores, sino más extremas: se contabilizaron un 60 por ciento de respuestas negativas contra 8 por ciento que esperan una mejora. La síntesis de lo que se espera la dio un alto dirigente del sector, consultado por Página/12 acerca de cómo se sale de esta depresión. “Rezando mucho”, respondió.

 


 

SUPERMERCADOS Y SHOPPINGS EN BAJA
Extrañan al cliente

Las ventas en el último mes de setiembre en supermercados y centros de compra (shoppings) resultaron significativamente bajas, tanto que la serie que computa el Indec desde 1997 sólo registra cifras inferiores en meses de enero y febrero. En el último mes, las ventas en supermercados fueron un 8,2 por ciento inferiores a las del año pasado en el mismo mes, en tanto que en los shoppings la baja alcanza al 21,6 por ciento.
La brusca baja en la facturación de los centros de compra llevó a que las ventas totales, que a mediados del año pasado oscilaban entre los 165 y 190 millones de pesos, el mes pasado descendieran a 106 millones. La depresión se agudizó a partir de agosto, cuando ya la facturación se había reducido a 122,2 millones de pesos, con una baja del 15,2 por ciento con respecto al mismo mes del 2000.
Las ventas estimadas para setiembre en supermercados (aún sin cifras definitivas) alcanzan a 1067,8 millones, contra promedios cercanos a 1200 millones durante el año pasado. Por otra parte, las cifras de este año se alcanzan con 99 locales más que un año atrás (actualmente son 1345). Ello permite presumir que, pese a la baja en las ventas globales, los grandes puntos de venta le están aspirando facturación a los comercios menores. Uno de los datos que corroboraría esta tendencia es la caída en el valor de la venta promedio por ticket, que contra aproximadamente 22 pesos de tres o cuatro años atrás, actualmente ronda los 18 pesos.
También en el sector de supermercados, como se observa en el de la construcción, la caída en ventas se refleja en la disminución del personal ocupado: entre julio y agosto, la reducción de planteles fue de 866 personas. Las expectativas de ventas para el corriente mes de octubre, señaladas a principios del período, eran de una levísima recuperación (dos por ciento) con respecto a septiembre. Dicho resultado supondría una disminución del 8,6 por ciento en relación a octubre del año pasado.

 

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