Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira
KIOSCO12


EL TRIBUNAL ABSOLVIO A PESQUERA POR
LA MUERTE DEL CANTANTE. INDIGNACION DE LOS FANS
Para los jueces, Rodrigo fue el único responsable

El fallo consideró que Alfredo Pesquera no tuvo responsabilidad alguna en el accidente. Por el contrario, toda la culpa fue atribuida al cuartetero, por ir alcoholizado y a alta velocidad.

El abogado Fernando Burlando en
el abrazo del triunfo con su absuelto cliente Alfredo Pesquera.

Por Carlos Rodríguez

Ni homicidio doloso ni culposo. Sencillamente, ni homicidio, tan sólo un accidente con resultado trágico. A un año y medio de la muerte de su ídolo, los fans de Rodrigo Bueno recibieron anoche el golpe de gracia: el tribunal de Quilmes que juzgó la actuación que tuvo en el suceso el empresario Alfredo Pesquera resolvió absolverlo de culpa y cargo, descargando toda la responsabilidad de lo ocurrido en el cantante, que iba al volante de la Ford Explorer con la que terminó a los tumbos por la autopista La Plata-Buenos Aires. La muerte del propio Rodrigo y la del actor Fernando Olmedo, más las lesiones sufridas por otras tres personas que iban en la Ford, se produjeron por “exclusiva responsabilidad de la víctima”, de quien se dijo que conducía alcoholizado (le encontraron 0,55 gramos de alcohol en sangre) y a una velocidad de 144 kilómetros por hora, que excede los 130 kilómetros permitidos en esa autovía.
Las expresiones de bronca de las fans que esperaban el veredicto en la puerta de los tribunales de Quilmes se tradujeron, apenas, en insultos y golpes contra los vidrios y puertas de la camioneta con la que fue sacado Pesquera del lugar, en medio de una fuerte custodia policial. Más que ira, lo que predominó entre los allegados a Rodrigo fue el dolor y la impotencia de haberse quedado sin un culpable sobre el cual descargar todo el peso de la desgracia ocurrida el 24 de junio de 2000. El fallo absolutorio se decidió por mayoría, con el voto de los jueces Ariel González Eliçabe y Delia Margarita Allaza. El tercer camarista, Rubén Sánchez, se inclinó por el homicidio culposo.
“El tribunal dejó sentado que Pesquera no ha sido el agente motor de esta tragedia”, declaró luego de conocida la sentencia el abogado defensor del empresario, Fernando Burlando, llamativamente medido a la hora del triunfo. Su habitual contundencia reapareció cuando descartó de plano que el fallo pueda ser modificado una vez que se produzca la segura apelación ante el Tribunal de Casación: “Yo creo que esta sentencia ha sido tan contundente que no está en situación de ser revertida”. Burlando dejó sentado que “esta vez se hizo justicia”.
Los abogados de la parte querellante reaccionaron con mayor encono que las propias fans. Para Miguel Angel Arce Aggeo, letrado de la mamá de Rodrigo, Beatriz Olave –quien no estuvo presente en la sala, lo que disminuyó el nivel de tensión a la hora de escuchar la sentencia–, lo que ocurrió anoche fue “sencillamente una vergüenza, un fallo lamentable”. Dijo que el tribunal oral 2 de Quilmes coronó ayer “una actuación que fue deficiente desde el primer día del juicio”.
El malhumor de Gregorio Dalbón, abogado del músico Jorge Moreno, herido en el accidente, comenzó a manifestarse en plena lectura del fallo. “Es una vergüenza”, sostuvo en voz alta y fue recriminado, una vez más, por el presidente del tribunal, González Eliçabe, quien le pidió que se retirara de la sala. Como Dalbón prometió portarse bien, lo perdonaron y pudo llegar hasta el final. Al entrar en la sala, previo a la lectura del fallo, Dalbón se había mostrado demasiado seguro: levantó su puño derecho en gesto ganador dirigido a Alberto Campos, tío de Rodrigo.
La lectura de la sentencia comenzó dos horas después del horario previsto de las 17.30 y fue por demás tediosa, en una sala de la planta baja algo más grande que la del primer piso –donde se había desarrollado todo el proceso oral–, pero sin aire acondicionado y con un calor que hizo más costoso todo. González Eliçabe, en los fundamentos de su voto, le pegó muy duro a todos los testigos de cargo, a los que definió como “fans de Rodrigo” que en cada una de sus expresiones demostraron “una admiración desmesurada” por el cantante cuartetero cordobés.
Con comentarios irónicos y a veces duros, descartó uno por uno todos los testimonios de los amigos y fans que había señalado a Pesquera como responsable de maniobras peligrosas, en zig-zag, para evitar que la Ford de Rodrigo sobrepasara la línea de su Chevrolet Blazer. “Todos fuerontestigos interesados y carentes de veracidad”, concluyó, aunque dijo que por su cercanía con la víctima no pueden ser acusados de falso testimonio. Los tres jueces, incluido Sánchez, dieron por veraces las pericias que indicaron que Rodrigo tenía más alcohol en la sangre que el aconsejado para ponerse al volante de un vehículo y que precisaron que fue la Explorer la que rozó a la Blazer. Y admitieron también otros estudios que determinaron que la camioneta de Rodrigo volaba a 144 kilómetros por hora. También se señaló como agravante que el hijo de Rodrigo no viajara en el asiento trasero, como corresponde a un menor de 12 años.
González Eliçabe cuestionó duramente el desempeño de la fiscal María Cristina Díaz, tal vez la gran derrotada del juicio, ya que había pedido 13 años de cárcel para Pesquera, por homicidio por dolo eventual. “No siguió los correctos pasos procesales y cometió desaciertos de gran envergadura”, cuestionó Eliçabe aludiendo al alegato final de la fiscal. Por lo visto en el proceso, los desaciertos se produjeron por el aporte solidario de todas las partes, incluyendo al propio tribunal, que no supo poner coto a los exabruptos de la defensa y de algunos de los querellantes, sobre todo Dalbón.
En la parte resolutiva, tras un año y medio de controversia, los jueces decidieron por mayoría que las muertes y las lesiones fueron “exclusiva responsabilidad de la víctima”, que luego de insultar a Pesquera porque lo había sobrepasado con su camioneta, trató de alcanzarlo y finalmente realizó “una maniobra de pánico”, ante el choque inevitable, provocando el accidente fatal.

 


 

MILES DE DISCOS VENDIDOS, CIENTOS DE CHICOS QUE LLEVAN SU NOMBRE
El camino que va del ídolo al mito

Si Rodrigo fue un cantante exitoso durante su carrera, se transformó en un verdadero mito después de muerto. Considerado como un santo para muchos de sus seguidores, que le piden favores y le agradecen milagros, tiene su propio santuario en Berazategui al que sus fans asisten religiosamente. Pero la expansión de su figura no termina ahí: Rodrigo se perpetúa en los discos que aumentaron vertiginosamente sus ventas y también en los cientos de chicos que llevan su nombre.
El cuartetero cordobés murió el 24 de junio del año pasado en el kilómetro 26 de la autopista Buenos Aires - La Plata. A partir de aquel día, el lugar donde ocurrió el accidente que terminó con su vida y la del actor Fernando Olmedo se convirtió en un sitio de referencia obligada para sus fans.
Comenzaron llevando ositos de peluche, fotos, velas, banderas y hasta botellas de cerveza. Como para llegar hasta la zona tenían que cruzar la peligrosa autopista, lograron que el municipio de Berazategui autorizara la construcción de un monolito y una colectora para facilitar el acceso. Cualquier día, pero sobre todo en el aniversario de la muerte, cientos de fanáticos se congregan en el lugar para rezar, bailar o cantar los temas que lo hicieron famoso. El primer mes pasaron por allí más de 5.000 personas y 14.000 por el cementerio de Esteban Echeverría, donde se encuentra el cuerpo.
Pero Rodrigo también despertó en quienes lo escuchaban una suerte de devoción mística. Así fue como al menos tres familias dijeron haber visto lágrimas de sangre en posters del músico. En La Plata, Florencio Varela y Paysandú, los testimonios fueron similares: fotos de Rodrigo que adornaban la casa de pronto “se tiñeron” de lágrimas de sangre, imposibles de detener. Estas supuestas revelaciones fueron pasando de boca en boca por lo que un aluvión de vecinos, deseoso de ver en vivo y en directo el ‘milagro’, invadió los privilegiados hogares.
Paradójicamente, la vida y la muerte se entrelazaron en este fenómeno. Por un lado, treinta días después del fallecimiento del cantante había aumentado un 550 por ciento la cantidad de niños porteños que fueron inscriptos con el nombre de Rodrigo. Por otro, se conocieron varios casos de suicidios de adolescentes supuestamente influenciados por la desaparición de su artista preferido.
Las ventas de sus discos crecieron enormemente, porque amplió su público entre los fieles de siempre y los que –arrastrados por la movida mediática del momento– salieron a consumir su música. De este modo, dos compacts editados para la ocasión (Homenaje y Grandes Exitos) alcanzaron las 400.000 copias en apenas 15 días. Además, la página web del Potro fue visitada por 30.000 personas por día la semana posterior al accidente, cuando lo habitual eran 2.000 personas. Eso no fue todo: la historia del cordobés que conquistó Buenos Aires cuarteteando llegó al cine con ‘Rodrigo, la película’, protagonizada por Agustina Cherri y Guillermo Pfening. Está claro que para quienes lo admiraron, Rodrigo cada día canta mejor. Al menos, eso quieren creer.

 

PRINCIPAL