Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira
KIOSCO12


UN DEBATE ALREDEDOR DEL ARRASADOR FENOMENO DE HARRY POTTER, EL NIÑO MAGO
El chico que consiguió hechizar al mundo

¿Qué hace de Harry Potter el vehículo ideal para cautivar a públicos tan diferentes? Responden Oscar Steimberg, Elsa Bonerman, Luis Soto, Nora Sormani, Susana Cello, Gabriel De Luca, Claudia Castillo, y Sandra Comino, entre otros expertos.

Por Oscar Ranzani

La historia del niño huérfano y maltratado que un buen día adquirió los poderes de la magia está dando que hablar. Las cuatro publicaciones de la saga de siete de Harry Potter llevan vendidas más de 600 mil ejemplares en la Argentina, y el film Harry Potter y la piedra filosofal ya fue visto por 722 mil espectadores. Página/12 intentó indagar qué hay detrás de estos datos, con el objeto de analizar cuáles son los indicadores que permitan dar cuenta del impacto social. ¿Hay un nuevo lenguaje infantil? ¿La maquinaria disfraza el suceso o se trata de un fenómeno genuino? ¿De qué manera esto promueve el acercamiento de los chicos a la lectura? El mundo de la magia y lo sobrenatural ya fue utilizado en otros casos, ¿por qué funcionó aquí de otra manera? Estos son algunos de los interrogantes sobre Harry Potter, y sobre los cuales este diario entrevistó a diversos especialistas en literatura infantil, editores y analistas.
Para el filósofo Luis Soto se trata de un fenómeno de época. “Estamos buscando algo que no nos está dando esta realidad. Por otro lado, hay algo ancestral que busca el alma y que, a través de Harry Potter, se expresa. La gran duda es si la autora lo hizo ex profeso, o simplemente lo logró al utilizar los elementos que emplean los mitos o las leyendas. Los mitos son para–racionales, van dirigidos al alma y no a la razón”, expresa Soto. En cambio, para Nora Sormani, especialista en literatura infantil, se trata de un fenómeno comercial que funcionó y que se fue multiplicando. “Por otra parte, es una novela efectista que tiene todos lo ingredientes necesarios para obtener una buena respuesta de los chicos: tiene impacto, resulta fácil de leer, es atrapante y tiene la suerte de ser comercial. Aunque, en realidad, no es una gran creación. No es original porque reúne aspectos que ya fueron tratados en novelas y cuentos para los chicos desde hace años, y porque no está respaldada por una cosmovisión sólida de lo que es la magia y lo fantástico”, cuestiona Sormani.
En líneas opuestas, Antonio Santa Ana, editor de libros infantiles del Grupo Editorial Norma, destaca que Harry Potter se impuso porque “se diferencia de la literatura para niños y jóvenes que se venía distribuyendo, sobre todo en Europa y Estados Unidos que estaban muy metidos con un realismo descarnado”. Gabriel De Luca, profesor de literatura y comunicación en escuelas medias y jefe del Area de Lengua de Editorial Estrada, define diversas variables que permiten dar cuenta del fenómeno. “Una es el tema del marketing. Otra tiene que ver con que el personaje no es un adulto sino un niño que en principio tiene características antiheroicas, pero que luego se transforma en un héroe con un superpoder. La magia lo hace más atractivo. No se trata de un chico siempre bueno, en el sentido más tradicional de la bondad. Es solidario pero también hace sus travesuras”, concluye De Luca.
Según el semiólogo Oscar Steimberg, no es acertado hablar de un nuevo lenguaje infantil porque “es una obra de ficción que se emplaza dentro de una tradición que no rompe con los relatos del cine de Disney”. Susana Cello, profesora de literatura de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, no se atreve a decir que se trate de un nuevo lenguaje. “También hay que tener en cuenta una cosa: hay unas mediaciones para considerar. Puede tener influencia para los chicos pero creo que se mezcla con otras influencias más directas del lenguaje coloquial, de series televisivas y de otros personajes infantiles”, aclara. Para la psicóloga Claudia Castillo, Harry Potter no crea un nuevo lenguaje. “Está escrito en un lenguaje bastante convencional, con muchos detalles, descripciones minuciosas de lugares y personajes. Posiblemente ciertos nombres y lugares tengan una connotación distinta en su lengua original. Incluso hay lugares que el libro menciona que existen, aunque con variaciones”, opina Castillo. En la misma dirección, Soto sostiene que es lo mismo de siempre. “El comienzo es el mismo que el de Cenicienta, el de Moisés en la historia sagrada y el de Rómulo y Remo. La historia de alguien que no tiene padres y que es recogido por una persona”, analiza el filósofo. Como todo fenómeno, Harry Potter tiene elementos de significación que permiten desentrañar su éxito. Steimberg sostiene que Harry Potter articula opuestos narrativos. “Por un lado, la ruptura con las restricciones del mundo a través de la magia. Por el otro, la existencia de una tranquila disciplina en relación con las instituciones del mundo. Potter realiza el milagro de ser distinto porque es mago y, sin embargo, es más cualquiera que cualquiera porque se trata de un chico escolarmente exitoso o bien educado”, define el semiólogo. Los elementos que encuentra De Luca tienen que ver con la figura del héroe y cómo obtiene sus poderes. “Potter adquiere la magia, no es un don que le venga dado. Al no ser héroe desde el principio, puede generar identificación en los chicos porque ellos tampoco lo son”. Para el profesor, esto tiene estrecha vinculación con los tiempos que se viven y con la sociedad de masas, en el sentido que “posibilita la identificación con el personaje porque es uno como cualquier chico que, a través de un proceso, se convierte en ese otro todopoderoso. Esto les permite a los chicos decir `yo también puedo’”.
Castillo cita a Bruno Bettelheim, autor del libro Psicoanálisis de los cuentos de hadas, para dar cuenta de los elementos de significación: “El escritor dice que los cuentos de hadas transmiten a los niños que la lucha contra las serias dificultades de la vida es inevitable, pero que si uno no huye sino que las enfrenta llega a dominar los obstáculos alzándose victorioso. En este sentido, Harry Potter es un cuento de hadas”, concluye la psicóloga. Sandra Comino, escritora y miembro de la Asociación de Literatura Infantil y Juvenil de la Argentina (ALISA), sostiene que es una historia fantástica “con elementos y estructura del cuento tradicional, figuras siniestras, personajes malos y buenos aunque no tan polarizados. Si bien el héroe responde a un modelo clásico, tiene características actuales y el universo adulto, en su mayoría malvado, cuenta con la salvación que llega de la mano de los chicos. Se hace justicia no en el final, sino a medida que circula la historia”, señala la escritora.
El debate acerca de si se trata de un fenómeno genuino o está disfrazado por la gran maquinaria publicitaria genera opiniones disímiles. Soto destaca que “es un fenómeno verdadero, al margen de que todo el consumismo se enganche detrás. Si no fuera así, todos los días sacarían un best seller.” Comino opina que la publicidad lo disfraza: “Aunque no subestimo la novela, el efecto que causa es por el entorno de la prensa”. Castillo sostiene que la publicidad incidió en el fenómeno. Sin embargo, “antes de que la primera edición de Harry Potter viera la luz, el manuscrito fue rechazado por tres casas editoriales. El primer libro Harry Potter y la piedra filosofal alcanzó un éxito inesperado para los propios editores, aunque tenía más de 250 páginas. Los primeros divulgadores fueron los propios niños. De ahí en más, el fenómeno ya está lanzado: librerías abiertas hasta la medianoche con personas haciendo cola por cada nuevo libro, páginas en Internet, promoción de la película”, comenta la psicóloga. Según Santa Ana, el fenómeno es genuino y la maquinaria publicitaria se montó después. “Hay que tener en cuenta que Harry Potter rompe con ese concepto prejuicioso que señala que los libros que se venden masivamente son una porquería y los que no se venden son maravillosos. Creo que no es ninguna de las dos cosas”, concluye el editor.

 

La opinión de una experta

Una reconocida especialista en la materia, Elsa Bornemann, señaló la importancia de que a los chicos les guste Harry Potter. A pesar de la gloria que supo alcanzar con sus cuentos, Bornemann apela, casi en un paralelismo con la historia de la saga, a la magia. “A mí me encantaría tener una mano de la escritora que me diese ese éxito”, señala. En un mundo en el que la utilización de las computadoras y los instrumentos electrónicos reemplazaron, en parte, a la lectura, Harry Potter vino a conquistar una legión de nuevos lectores. Respecto a ese punto, Bornemann, conocedora del tema, sostiene que lo bueno es que “empiezan a leer chicos que antes no lo hacían”. Al ser consultada sobre si es posible ejercer otras formas de educación a partir de libros y películas que alimenten la fantasía infantil, la escritora destaca que sí, “pero para eso tienen que cambiar los adultos. Si los mayores que están con las criaturas, aparte de lo que pasa en el país y de la guerra en el mundo, no se ocupan de las criaturas, no es posible hacer nada”.

 

PRINCIPAL