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PAKISTAN E INDIA SE PREPARAN PARA LA GUERRA
Más armas hacia la frontera

India rechazó hablar con
Pakistán y ambos países enviaron más tropas y armas a la frontera. Hubo otro tiroteo en Kashmir donde, según informó Pakistán, hubo un muerto y tres heridos.

Soldados paquistaníes se hacían de más armamentos y municiones que llevaban a la frontera.

Las tensiones entre India y Pakistán no ceden y todo parece tender hacia un conflicto armado. India rechazó una propuesta de Pakistán para que su presidente, Pervez Musharraf, y el premier indio, Atal Bihari Vajpayee, se reúnan en el marco de un encuentro regional en Nepal la semana próxima. Mientras se redoblaban los refuerzos de las tropas y traslado de artillería a sus respectivas fronteras, más personas huían de la disputada región de Kashmir. Hubo tiroteos entre las fuerzas indias y paquistaníes cerca de la tensa Línea de Control que divide Kashmir y, según fuentes paquistaníes, un civil murió y tres fueron heridos. Unos quince soldados indios murieron ayer y ocho resultaron heridos al explotar la mina antitanque que estaban colocando en la región, en la frontera de Gamanewala. El corte de comunicaciones entre ambas potencias nucleares incluyó la prohibición recíproca de transmitir programas de televisión de su rival. En un deseo de aplacar los ánimos, el presidente norteamericano George. W. Bush llamó al presidente Musharraf a que controle a los terroristas de su país y le aseguró a Vaipayee que Estados Unidos cooperará en su lucha antiterrorista.
India y Pakistán advirtieron ayer el riesgo de guerra, aunque con diplomacia aseguraron querer evitar el que está próximo a ser su cuarto conflicto. Alrededor de la frontera en la región disputada de Kashmir se reanudaron enfrentamientos en los que según Pakistán, murió un civil y tres heridos en las cercanías a la tensa Línea de Control que divide dicha zona. India rechazó la propuesta paquistaní –con iniciativa de Washington– de mantener una cumbre entre el presidente de Pakistán y el primer ministro Vajpayee, con motivo de una reunión regional la semana próxima en Nepal. Vajpayee declaró que Nueva Delhi haría todo lo posible por prevenir una guerra, pero pidió a los ciudadanos indios que se preparen para “cualquier eventualidad”.
El gobierno indio prometió poner fin a la violencia terrorista proveniente de Pakistán, al atribuirle a extremistas paquistaníes los atentados suicidas contra al Parlamento indio del pasado 13 de diciembre que causaron 14 muertes. Por su parte, el canciller paquistaní, Abdul Sattar, no dudó en calificar de “peligrosamente tensa” la situación con el vecino, al tiempo que subrayó que “Pakistán no busca ninguna guerra, sea local o general, convencional o nuclear”.
En el marco de la creciente tensión bilateral, quince soldados del ejército indio murieron y ocho fueron heridos en un accidente al explotar las minas antitanque que estaban colocando en la región fronteriza de Gamanewala, en el estado de Rajasthan. Hubo más huidas de los habitantes de la frontera de ambos países, al tiempo que llegaban refuerzos de tropas y armamentos. El gobierno de Islamabad prohibió la difusión de programas indios, por ser propaganda contra de Pakistán, medida que también lleva a cabo su rival vecino, al mismo tiempo que permanece suspendida la comunicación por tierra. Nueva Delhi prosiguió con el despliegue de efectivos, tanques y arsenal de artillería pesada en la frontera con Pakistán, a la vez que se dijo que podrían trasladarse soldados de la frontera afgana a la india de ser necesario. El presidente norteamericano, George.W. Bush, llamó a ambas potencias nucleares a reducir tensiones y exigió al presidente Musharraf que controle a los extremistas islámicos de su país. Además, Bush dijo al premier indio que Estados Unidos quiere aumentar su cooperación antiterrorista.
India y Pakistán libraron tres guerras desde su independencia de Gran Bretaña en 1947 y su inmediata separación, dos de ellas por la región de Kashmir. La tensión se agravó tras el episodio contra el Parlamento indio del 13 de diciembre: India acusó a los atacantes suicidas de ser patrocinados por la inteligencia paquistaní, y no se contentó en absoluto cuando Pakistán congeló las cuentas de los grupos extremistas acusados, Laish-e-Mohamad y Lashkar-e-Taiba.

 


 

ARAFAT MANDO DETENER A TRES MIEMBRO DE JIHAD
Como un milagro de año nuevo

La Autoridad Palestina ya entendió el mensaje de Israel: no basta con decir que se quiere la paz. Para probarlo, la fuerza de seguridad palestina continuó ayer su campaña de detenciones de activistas palestinos con el arresto de tres militantes de Jihad Islámica. El marcado descenso de la violencia de ambas partes fue calificado como un “buen comienzo” por el secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, que se comunicó con el líder palestino Yasser Arafat y con el primer ministro israelí Ariel Sharon. Sin embargo, miembros de Jihad Islámica y de Hamas aseguraron que la decisión de paralizar los atentados suicidas era sólo temporal. Así y todo, parece haber consenso en reducir los niveles de violencia que aumentaron con los ataques de principios de diciembre.
La policía palestina informó que los tres activistas de Jihad arrestados ayer iban a cometer un atentado. Además la Autoridad Palestina (AP) informó que siete funcionarios de seguridad palestinos fueron condenados por haber desobedecido a las órdenes de alto el fuego que dio Arafat el pasado 16 de diciembre. Con estas acciones, el líder palestino intenta demostrar que está dispuesto a reprimir a los grupos extremistas, lo que es puesto en duda por el gobierno israelí. Arafat “arresta pero no desbarata” sostuvo el ministro de Defensa Benjamín Ben-Eliezer.
También ayer, simpatizantes de Jihad Islámica afirmaron que las operaciones contra Israel van a continuar. Por su parte, un vocero de Hamas, Ali Baraka dijo que la tregua “no durará mucho tiempo, ya que es sólo una medida temporal para proteger la unidad nacional y evitar una guerra civil”. La amenaza fue lanzada en el funeral de Mahmoud al-Bore, miembro de Jihad que murió anteayer a manos de soldados israelíes. Fuentes del ejército israelí señalaron que el militante estaba por inmolarse cuando fue descubierto por soldados en Gaza. Su funeral congregó alrededor de 500 personas en el campo de refugiados de Jabalia en la franja de Gaza.
Una manifestación se unió ayer al pedido de los palestinos contra la ocupación israelí de los territorios autónomos. Cerca de 100 palestinos y extranjeros se pronunciaron contra el bloqueo de Nablus y Ramalá en el norte de Cisjordania. Posteriormente, se dirigieron a un puesto de control militar israelí y los dispositivos militares dispararon al aire con armas automáticas para dispensarlos. Esta protesta se suma a la que tuvo lugar el viernes cuando israelíes y palestinos desfilaron por las calles de Jerusalén al grito de “paz” y “el fin de la ocupación”. En la ciudad de Ramalá se encuentra detenido Arafat tras las represalias con que el ejército israelí vengó los ataques suicidas de Jaifa y Jerusalén de principios de mes.
En tanto, el canciller israelí Shimon Peres se reunirá en pocos días con el presidente del Parlamento palestino, Ahmed Qorei, para continuar con las conversaciones. El ministro Ben-Eliezer se mostró optimista respecto de los encuentros: “Si los palestinos siguen con las detenciones y continúan frustrando los atentados, pienso que podremos aplicar el informe Mitchell”, declaró. Este plan prevé el fin de la violencia y medidas para restaurar la confianza antes de reanudar las negociaciones entre palestinos e israelíes.

 

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