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Jueves 18 de Octubre de 2001

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UNA PELICULA ACTUADA Y REALIZADA POR PIBES DE FIORITO Y BUDGE

Reality,
no show
 

Es un proyecto conjunto de Unicef, la municipalidad de Lomas de Zamora y las fundaciones “Merienda” y “Che pibe”. Los chicos actúan, asisten, deciden el vestuario, maquillaje y participan de la producción general. Todo comenzó con un taller de actuación y no parece concluir cuando se estrene el film, el año que viene. Una buena...

POR JAVIER AGUIRRE

Las villas de Ingeniero Budge, General Lamadrid y Fiorito no son lugares fáciles para nadie. Las malas noticias abundan, y no son precisamente la evolución del riesgo país o los temores a la guerra química; o por lo menos, no son ese riesgo país de los cuatro dígitos, ni esa guerra química de Bush, Blair y Bin. Sin embargo, unos setenta chicos y adolescentes del lugar están viviendo algo que más que una buena noticia, tiene casi forma de sueño: hacer una película. Algunos como actores, y otros como asistentes de camarógrafos, técnicos, maquilladores, vestuaristas, u ocupando otros lugares en la producción; los chicos participan en la realización de Al rescate del divino tesoro, una película que está siendo rodada en Budge, con el auspicio de Unicef, la municipalidad de Lomas de Zamora y las fundaciones “Merienda” y “Che Pibe”. “La realización del film, en realidad, forma parte de un proyecto de contención y comunicación –explica al No Gabriel Aquino, director y guionista de la película–, ya que el equipo trabaja también con las familias, las escuelas y hasta en la gestión de DNI para los chicos. Lo de la película va de a poco.”
Inicialmente, el plan había sido realizar un corto y una serie para TV sobre la vida de chicos de entre trece y diecinueve años en las villas. Pero luego el proyecto mutó a película –”porque a diferencia de la televisión, lo que se hace en cine queda para siempre”, según los realizadores– y añadió el trabajo de asistencia social y de formación. En marzo empezaron a funcionar talleres de actuación, que consiguieron gran adhesión entre los chicos, hasta que 73 de los asistentes a los talleres finalmente se incorporaron al equipo de realización de la película. “Los pibes se engancharon muy bien, especialmente porque el proyecto les ofrecía algo muy distinto al mensaje de fracaso permanente y de ‘no se puede hacer nada’ que están acostumbrados a recibir todo el tiempo”, cuenta Aquino. Es importante aclarar que ninguno de los involucrados en la realización cobra por su trabajo, ni siquiera los actores y técnicos profesionales que también integran el equipo, por lo que las jornadas de rodaje sólo tienen lugar durante los fines de semana. Si bien los realizadores están gestionando un crédito con el Instituto Nacional del Cine, además de otros subsidios (que en caso de conseguirse se convertirán en sueldos para todos los participantes, tanto profesionales como chicos), hasta el momento se trata fundamentalmente de un trabajo de corte social.
Para los chicos-actores, los talleres de actuación previos al rodaje funcionaron como un “casting natural”, ya que algunos fueron tomando el lugar de personajes ya existentes en el guión, y en otros casos el guión fue adaptado a las condiciones de los posibles intérpretes. “Hubo coincidencias que resultaron increíbles –recuerda Aquino–, como en el caso de un personaje que en el guión se llamaba Palermo, porque era muy parecido a Martín Palermo, el jugador de fútbol. Cuando empezamos con los talleres, apareció un chico que tenía el mismo corte de pelo que Palermo, así que coincidió perfectamente con el guión. Parecía preparado.” El rodaje de Al rescate del divino tesoro comenzó en septiembre y continuará hasta noviembre. El estreno, en salas especiales y muestras, está previsto para marzo del 2002, y su llegada a los cines para el próximo invierno. Pero algunos de los chicos tienen tanto entusiasmo con la experiencia que quieren seguir actuando, más allá de la película. Por eso Unicef está previendo la posibilidad de promover muestras, nuevos talleres de actuación y hasta de conseguir becas o trabajos actorales, además de involucrar a los chicos en la tarea de difusión de la película, una vez terminado el rodaje. “La gran novedad para ellos –reflexiona Aquino– es que se encuentran participando de una actividad con gente que no es de la villa y no se sienten discriminados ni señalados con el estigma del delito. En cierta medida, parte de la idea de la película es desmitificar lo que se piensa o se prejuzga en relación con los adolescentes pobres;que son peligrosos, que te van a robar, y todo eso.” Justamente, el argumento de la película cuenta lo que los realizadores llaman el “encuentro de dos mundos”, entre una estudiante universitaria de Barrio Norte y unos chicos de Fiorito, que comienza siendo conflictivo, pero que al final desarrolla lazos de solidaridad mutua. Sigue Aquino: “Mi experiencia fue que el proyecto empezó como un trabajo de contención para ellos, pero que hoy ya es de contención también para mí, por todo el afecto que recibo. La verdad es que siento que cuando termine el rodaje de la película, no me voy a querer ir ni voy a querer dejar de estar con ellos”.