Un día después de que Evo Morales fuera presionado por el Ejército y las fuerzas de seguridad a renunciar a la Presidencia de Bolivia , el presidente saliente Mauricio Macri se pronunció escueta y velozmente sobre lo que ocurrió en ese país: “Todos estamos preocupados.”

La declaración pública del mandatario fue hecha al pasar mientras transitaba los pasillos de la Casa Rosada, y fue la primera declaración después del comunicado de ayer de la Cancillería, en el que definió que en Bolivia se abrió un "período de transición que se ha abierto por las vías institucionales”.

En sintonía con ese eufemismo que evitó decir que en ese país hubo un golpe de Estado contra su par Evo Morales, Macri tampoco se refirió al derrocamiento como tal ni habló de una interrupción del orden democrático y ni siquiera condenó lo que ocurrió.

“Todos estamos preocupados”, dijo solamente y a las apuradas mientras caminaba por un pasillo lateral del Patio de las Palmeras, acompañado por el ministro de Trabajo, Guillermo Dietrich.

 

Sin embargo, pese a los eufemismos, la postura del gobierno fue sincerada esta mañana por el embajador argentino en Bolivia, Normando Álvarez García, quien durante una entrevista radial dijo: “Hay declaraciones del canciller (Jorge Faurie) diciendo que no hay golpe de Estado para nuestro gobierno. Yo personalmente pienso algo, pero el pensamiento de nuestro gobierno es ese”.

Quien volvió a negar la interrupción del orden constitucional fue el titular del Sistema de Medios Públicos, Hernán Lombardi, que cuando se le consultó puntualmente si en Bolivia se produjo un “golpe de Estado” manifestó: “No lo sé, tendría que estar con muchísima más información que la que tengo en este momento para saber los hechos”.

 

En declaraciones a radio Metro, el funcionario reconoció que en el país vecino “ya tenés una disminución de la calidad institucional” pero advirtió que “lo ideal hubiese sido llamar a elecciones dado que fue un evidente fraude”.