La movilización que se realizará esta tarde desde las 15 en Moreno y Diagonal Sur será la segunda protesta de la Confederación General del Trabajo (CGT) contra las decenas de miles de despidos y suspensiones que generó en el sector industrial la política económica de Mauricio Macri desde la llegada al Gobierno hace 15 meses. Desde el palco que ya se montó de espaldas al Ministerio de la Producción (en Diagonal Sur y Moreno), los integrantes del triunvirato que conduce la CGT unificada –Juan Carlos Schmid, Héctor Daer y Carlos Acuña– también le pondrían fecha al primer paro general contra el gobierno de Cambiemos, que estiman se ubicará entre “el último día de marzo y la primera semana de abril”, si el Ejecutivo “no rectifica el rumbo económico” de primarización de la producción y la apertura indiscriminada de importaciones industriales. Una huelga general que sectores internos cegetistas, las dos CTA y sindicatos clasistas –que participaron del acto del año pasado frente al Monumento al Trabajo y también volverán a marchar hoy– reclaman desde hace tiempo.                            

“Seguramente con la movilización se va a anunciar esa protesta”, dijo Schmid ante la pregunta de si el paro general ya tiene fecha. Aunque el sindicalista de Dragado y Balizamiento y miembro del triunvirato de la CGT estimó que huelga de 24 horas se concretaría “entre el 31 de marzo y la primera semana de abril” y afirmó que “hay una gran voluntad” al interior de esa central sindical para ir al paro. “Espero que el Gobierno tome en cuenta (la protesta) porque estamos partiendo de diagnósticos y visiones totalmente diferentes. El Gobierno cree que las cosas están marchando bien y nosotros creemos todo lo contrario”, dijo Schmid sobre la posibilidad que desde el Ejecutivo rectifiquen el rumbo económico tras el encuentro de ayer de la “mesa chica” de la conducción de la CGT.

Como no sucedía desde hacía mucho tiempo, los sindicatos cegetistas convocan a la marcha de hoy con afiches y pintadas callejeras. Tampoco será común el lugar de la convocatoria. No será en Plaza de Mayo, tradicional epicentro de los reclamos sindicales, sino frente al Ministerio de la Producción. “Es donde mayor pedido de autorizaciones para la importación se han hecho”, se justificó Schmid y recordó que allí funcionó el edificio de Somisa “que fue símbolo de la argentina industrial”. 

Movilizados, críticos y escépticos    

“El éxito de la marcha no es que haya 200 mil, 300 mil o 500 mil personas, el éxito es que el gobierno perciba que hay un reclamo real de muchísimos sectores de la sociedad. El éxito sería que el gobierno comprenda la solicitud de determinadas rectificaciones. Si esto no sucede y no escuchan nos vamos a estar viendo involucrados en la convocatoria a un paro”, advirtió otro integrante del triunvirato cegetista y sindicalista de Sanidad, Héctor Daer en una entrevista radial.

“Espero que haya una enorme cantidad de trabajadores que van a expresar el malestar que sabemos que estamos atravesando, empezando por la inflación y terminando con los despidos y suspensiones”, concluyó Schmid ante los periodistas. Las poderosa Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte, de la que también forma parte Schmid, será parte de la marcha pero garantizarán la movilización de los trabajadores a la protesta. Así lo anunciaron los sindicatos de la UTA (choferes), La Fraternidad (maquinistas de trenes) y Aeronavegantes.

Gremios industriales como metalúrgicos y textiles buscarán mostrar en la movilización la forma en que sus afiliados fueron golpeados por los despidos y suspensiones que generó la política económica macrista. Otros sindicatos cegetistas preparan sus columnas masivas para expresar su protesta en la marcha, donde los camioneros –de la mano de Pablo Moyano– prometen volver a hacer gala de su capacidad movilizadora. Lo mismo que los gremios enrolados en la Corriente Federal que encabezan las combativas Asociación Bancaria y Federación Gráfica Bonaerense y que nuclea a gremios como aceiteros y petroquímicos.

Las dos CTA marcharán juntas como parte de los acuerdos para unificar fuerzas en un plan de acción conjunto, luego de años de diferencias. La columna unificada partirá desde Paseo Colón y Belgrano. “No dudo que el martes se va a anunciar el paro general”, sentenció Hugo Yasky de la CTA de los Trabajadores que volverá aportar la movilización de docentes y otros gremios industriales. Yasky confía que una medida acordada entre las distintas centrales sindicales “va a trazar una línea clara entre los trabajadores y los pequeños empresarios por un lado, y el Gobierno y los grupos económicos que lo sostienen”.

“Esperamos que haya muchísima gente, va a ser una marcha multitudinaria y también va a tener presión en las ciudades del país que no pueden viajar a la Capital Federal”, sostuvo en tanto el referente de la CTA Autónoma, Pablo Micheli, sobre su expectativa sobre la manifestación de hoy, donde su central aportará una gran cuota de los estatales que participen de la marcha. “Si este gobierno no da respuestas (a los reclamos sindicales), tiene que haber paro”, agregó Micheli, que consideró correcto que “la oposición haya entendido que ante la ausencia de respuesta, se recurra a este derecho constitucional que es la huelga”.

Los sindicatos clasistas también tendrán su propia columna en la marcha de hoy. Bajo las consignas de “¡Basta de tregua! Paro nacional y plan de lucha ya”, contra los despidos y suspensiones, se movilizarán loa trabajadores despedidos de AGR Clarín, la seccional Oste de los ferroviarios que conduce Rubén “Pollo” Sobrero, un sector de los trabajadores del Subte y las seccionales disidentes de Suteba y docentes universitarios, además de agrupaciones sindicales combativas.

Quienes sólo adhirieron a la movilización fueron los sindicatos reunidos en el Movimiento de Acción Sindical Argentino (MASA), que conducen el taxista Omar Viviani y el ferroviario Sergio Sasia, aunque realizarán “un cese de actividades de cuatro horas por turno en los lugares de trabajo industriales” para avalar “el reclamo de los gremios” sin confrontar con el Gobierno. Una alternativa que dejaron abierta para los sindicatos del agrupamiento afectados por la recesión económica como mecánicos.