El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires presentó la versión final del protocolo para el regreso a clases presenciales y los sindicatos docentes anunciaron que, pese a que se lo intentó presentar como resultado de un acuerdo con los maestros, lo evaluarán durante esta semana en plenarios de delegados. “Todo va a ser analizado y puesto a consideración por los delegados y los técnicos de seguridad e higiene, en comunicación con médicos laboralistas y abogados. Hay que leerlo con seriedad, ver qué falta y seguir proponiendo al Ministerio de Educación”, sostuvo la secretaria gremial de UTE-Ctera, Alejandra Bonato, en diálogo con PáginaI12. El gremio está relevando el estado de los edificios escolares en la Ciudad --en su mayoría cerrados durante 2020-- y de lo que encuentren dependerán los pedidos que harán a las autoridades. Otros puntos clave son las burbujas y el transporte público.
El protocolo oficial, de 24 carillas, contiene las pautas "generales y específicas" tendientes a garantizar que se cumplan las medidas de prevención de contagio por parte de alumnos, personal docente y no docente de las escuelas, informó el gobierno porteño. “Es un protocolo que contempla todas las cuestiones que llevan tranquilidad al sistema educativo” y “prioriza el cuidado e higiene de los chicos y docentes”, defendió el jefe de Gabinete porteño, Felipe Miguel. Las autoridades sostienen que incorpora algunos de los planteos que realizaron los sindicatos docentes durante las reuniones que mantuvieron con funcionarios del Ministerio de Educación porteño.
Algunas de ellas son la vacunación prioritaria junto con el personal de salud de las y los docentes hospitalarios, domiciliarios y de jardines maternales que funcionen dentro de los hospitales; la excepcionalidad de la presencialidad para estudiantes que convivan con personas con comorbilidades; la incorporación de las y los docentes a una cuarta etapa de vacunación contra la covid-19; y, muy posiblemente, que en el nivel inicial sólo comiencen las salas de 5 años.
De todos modos, el gobierno porteño insiste con la idea de que la "burbuja" la conformen los grados completos con su docente. "El criterio es que la burbuja la completa el grupo de un año o un grado", dijo Miguel y sostuvo que el concepto “es muy importante porque no interactúan con otra burbuja”. Sin embargo, el protocolo plantea que las y los docentes sí pueden estar al frente de distintos grupos de estudiantes, por lo que la "burbuja" no será tal.
Otras cuestiones por tratar son la excepción de la presencialidad para docentes que convivan con familiares en grupos de riesgo y que no se descuente el presentismo a quienes se contagien de coronavirus. Así como el transporte público: desde el gobierno porteño plantean que aumentarán la cantidad de colectivos, pero desde los sindicatos no lo consideran suficiente. “Los colectivos no pueden dejar subir más del 50 por ciento de la capacidad, ¿cómo hacemos a las 8 de la mañana con las escuelas abiertas? ¿Qué nivel de distanciamiento social se puede sostener así?”, cuestionó Bonato.
“De la Carpa Blanca hasta acá no recuerdo un conflicto más álgido que éste, porque acá se juega la vida”, sostuvo a este diario la secretaria gremial de UTE-Ctera. De todos modos, consideró que será posible seguir negociado con el Gobierno de la Ciudad. “Estamos dispuestos a lograr la presencialidad cuidada, responsable. Los sindicatos estamos en construcción del mejor protocolo posible.”
Las autoridades porteñan insisten con el inicio presencial de las clases para el 17 de febrero. En ese sentido, desde el Sindicato Argentino de Docentes Privados (Sadop) sostuvieron a PáginaI12 que “nuestras energías van a estar puestas a que el protocolo sea implementado en cada una de las instituciones educativas de gestión privada, monitoreando permanentemente su estricto cumplimiento y sabiendo la heterogeneidad del sector”.
“La curva de contagios es alta, aunque esté amesetada, pero entendemos que las autoridades nacionales y de la Ciudad en materia sanitaria son las que dictaminan y resuelven estas cosas. El protocolo definitivo ya está, nuestra función es, a partir de ahora, monitorear permanentemente su cumplimiento”, avisaron desde Sadop.
Informe: Sofía Moure.