El primer Centro de Estudios sobre China en el país comenzó a gestarse ayer, cuando se firmó una carta de intención entre el Instituto de Investigaciones Gino Germani (UBA), el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (Clacso) y la Academia de Ciencias Sociales de China, como parte de un proyecto que incluirá a otras universidades públicas. En el país asiático ya existe un Centro de Estudios sobre Argentina y la idea es que aquí funcione pronto su contraparte. Los impulsores afirman que desde que hace 45 años se iniciaron las relaciones diplomáticas entre ambos países China pasó a ser en los últimos tiempos un vínculo socioeconómico fundamental para la Argentina.

“En los últimos 15 años, a raíz del vertiginoso crecimiento económico de los países del Asia Pacífico, especialmente de China, así como de la orientación de la política exterior multilateral iniciada por los presidentes Néstor Kirchner y Cristina Fernández –quienes priorizaron la relación entre los países de América latina, los Brics y las relaciones Sur-Sur–, se ampliaron los actores de ámbitos privados y públicos con interés por establecer relaciones con los países del Asia-Pacífico y China”, explicó a PáginaI12 Carolina Mera, directora del Instituto Germani y una de las principales impulsoras del proyecto. “La firma de acuerdos de cooperación y la apertura de una relación de amistad y compromiso pusieron a China en un lugar económico y político fundamental para Argentina. Nos quedaba empezar a reforzar esta decisión desde el ámbito académico y cultural”, agregó.

Hace un año y medio, cuando la Academia de Ciencias Sociales de China, que ya cuenta con una área sobre América latina, creó el Centro de Estudios sobre Argentina, se empezó a buscar su contraparte en el país. El objetivo político es que, además del intercambio comercial, exista también uno académico: con estudios argentinos que se difundan en China y viceversa. La apuesta es también promover procesos de producción e investigación conjuntos: políticas de empleo, diversidad cultural, juventudes, urbanismo, salud y seguridad, entre otros temas. También, explorar intercambios de estudiantes y docentes. 

Aunque la carta de intención la suscriben el Instituto Germani (Facultad de Ciencias Sociales-UBA), Clacso y la Academia de Ciencias Sociales china, el propósito es que se involucren en el proyecto más universidades públicas nacionales. De hecho, en el Seminario sobre desarrollo social y gobierno en China, Argentina y América Latina, que se realizó ayer, participaron investigadores de las universidades de Tres de Febrero, Lanús, José C. Paz y la UMET.

“Desde el cambio de siglo, las relaciones entre la República Popular China y América latina se han vuelto más productivas, soberanas y emancipadas. En el caso de nuestra región, sin las mediaciones y obstáculos de Estados Unidos, que hoy amenaza esas realizaciones”, dijo Patricia Funes, vicedecana de Ciencias Sociales, quien también participó ayer del seminario. “La economía china y sus inversiones han sido un motor fundamental en las economías emergentes de la región –señaló Funes–, una América Latina que construyó estrategias regionales de cooperación, que colaboraron para que ese diálogo fuera posible (Alba, Unasur, Celac, Brics)”. Pero, observó, el vínculo entre las ciencias sociales no ha tenido hasta ahora esa dinámica.

Mera analizó los aportes que puede generar el acercamiento académico con el gigante asiático: “Es la región del mundo emergente, tiene un lugar cada vez más predominante en el planeta, aunque en Argentina eso todavía no se aprecia en su totalidad. Aquí hay poco conocimiento sobre China, su cultura, algo que es fundamental para entender al otro”.

Con un perfil orientado sobre todo al estudio y la enseñanza de la lengua china y la difusión de su cultura, en Argentina ya existen sedes del Instituto Confucio: en la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA y en la Universidad Nacional de La Plata, por ejemplo. También se creó recientemente  un centro de investigación entre el CEIL-Conicet y la Universidad de Shanghai (ver aparte). En el Instituto Germani funcionan varios grupos de estudios sobre el Este asiático. “Hemos formado doctores en estudios chinos, coreanos y japonenes –contó Carolina Mera–. Hay un vínculo desde hace tiempo y este centro lo va a consolidar.”

“El desafío –cerró ayer Funes– es establecer una agenda de problemas comunes compartiendo nuestras experiencias: estrategias de desarrollo, ‘ciudades de campesinos’, juventud, violencias, gobernabilidad, diversidades, el desarrollo científico y tecnológico, las formas del Estado para amparar y fomentar un desarrollo que tenga en los ojos, en la mirada y en la acción ‘a los pobres de la tierra’, a nuestros pueblos, como decía José Martí.”

Informe: Gastón Godoy.