El presidente Mauricio Macri continuó ayer con su visita a China, donde insistió en tratar de convencer que el mercado asiático siempre fue prioritario para el gobierno, pese a las críticas a esa estrategia cuando estaba en la oposición. Durante una reunión bilateral con su par chino, Xi Jinping, Macri sostuvo que la Argentina venía de muchos años de aislamiento y que con su administración comienza a abrirse al mundo. Los mandatarios firmaron una serie de acuerdos que habían sido tramitados y alcanzados durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner (ver aparte). En ese contexto, el presidente argentino dijo que espera que la Justicia “dé el visto bueno” para poder comenzar las obras de las represas Jorge Cepernic y Néstor Kirchner, en la provincia de Santa Cruz, una vez pasado el próximo invierno. La fecha más precisa que comunicó Presidencia fue septiembre. Hoy será su última actividad de Macri en territorio chino antes de seguir su gira por Japón.
Previo a la bilateral, el presidente y su comitiva se reunieron con el primer ministro chino, Li Keqiang. De ese encuentro, el gobierno argentino se fue con la promesa de seguir sumando productos agrícolas a las exportaciones al gigante asiático. Pese al discurso de convertir al país en el supermercado del mundo y no en el granero, las posibilidades de penetrar más en el mercado chino son a través de productos primarios. El ministro chino les manifestó además que en su país están “abiertos y activos para buscar un mayor equilibrio en la balanza comercial” entre ambos países, y ofreció trabajar en conjunto para disminuir el déficit argentino.
Más tarde, en su encuentro con Jinping en el Gran Palacio del Pueblo, y sin tener en cuenta que estaba en el país con el cual la Argentina aumentó más su nivel de comercio en los últimos años fuera de la región, Macri sostuvo que “después de muchos años de aislamiento que llevaron al país a la pobreza, Argentina decidió abrirse al mundo con nuevos desafíos, reglas de juego claras, que hablen de un país que asume compromisos y es previsible”. “Usted planteó que Argentina deje de ser el granero del mundo para convertirse en el supermercado y China quiere importar productos argentinos competitivos con valor agregado de ese supermercado para achicar el déficit comercial”, le devolvió Jinping a Macri. Ambos coincidieron en la necesidad de ser creativos para encontrar el modo de achicar la brecha de la balanza comercial, para lo cual, en principio, se propuso como meta reducirla en al menos 2000 millones de dólares.
Macri le expresó a su par chino el interés de Argentina en que el vínculo entre ambos países “se transforme en una relación estratégica estructural, basada en la confianza”. “Hoy China adquiere alimentos por 10.000 millones de dólares y a la Argentina sólo le compra 330 millones”, le señaló Macri a Xi Jinping, tras lo cual señaló que espera poder conversar nuevamente con él en Alemania y en la Argentina durante las cumbres del G-20, y ver que ambos países pudieron “avanzar en los temas planteados” en la actual visita. “Quiero que confirmemos nuestros consensos y para eso tenemos que consolidar la confianza mutua, que es la base de lazos duraderos. Todas las reformas son bienvenidas y tenemos un gran potencial aún por explorar”, puntualizó Jinping.
Finalmente, Macri le confirmó el compromiso de subsanar los aspectos ambientales que mantienen paralizada la construcción de las dos represas sobre el río Santa Cruz, que estará a cargo de una Unión Transitoria de Empresas de la que forma parte la China Gezhouba Group Corporation (CGGC). “Esperamos que la Justicia dé el visto bueno para poder arrancar la obra cuando termine el invierno”, aseguró. Actualmente, las obras de ambas represas se encuentran paralizadas por decisión de la Corte Suprema de Justicia que, a fines del año pasado, convalidó un amparo presentado por la Asociación Argentina de Abogados Ambientalistas de la Patagonia y la Fundación Banco de Bosques, a raíz del impacto ambiental que, según esgrimen las ONG, acarrearía el emprendimiento. La medida cautelar dictada por el máximo tribunal dejó en suspenso las obras “hasta que se implemente el proceso de evaluación de impacto ambiental y audiencia previsto en la Ley 23.879, o hasta el momento en que dicte la sentencia definitiva, lo que suceda en primer término”.