Gabriela Michetti y Rogelio Frigerio llegaron a Rincón de Milberg para inaugurar viviendas del plan Procrear y se encontraron con vecinos que agradecían, carteles en mano, la gestión del gobierno nacional de Cristina Fernández de Kirchner. “Gracias Cristina”, con corazones dibujados a mano alzada, rezaban las consignas que recibieron a la vicepresidenta. Es que la obra debió ser adjudicada antes; y sufrió demoras y cambios por parte de la administración de Cambiemos.

A principios de abril, el presidente Mauricio Macri y la gobernadora María Eugenia Vidal ya habían tenido que mutar un acto público en una ceremonia íntima en un departamento cuando los vecinos de un barrio de Castelar levantaron carteles recordando que las obras del plan Procrear habían sido realizadas por la gestión de CFK.

La vicepresidenta y el ministro del Interior arribaron a Tigre junto a Iván Kerr, responsable de Procrear y Segundo Cernadas, el actor colocado como responsable de la Anses en la zona. “Unos minutos antes que empezara el acto, cuando nos vieron manifestándonos, se nos acercó una asistente de Michetti y nos pidió que lo hiciéramos con respeto, que si queríamos ella después vendría a hablar”, contó a PáginaI12 María Lorena Sarasa, una de los 114 vecinos que se convocaron esta mañana. El diálogo no se produjo.

La obra que se inauguró consta de 442 viviendas, entre casas y departamentos. Según Matías Fortunati, vecino y abogado del grupo que se manifestó, “la mitad ya estaban terminadas cuando se produjo el cambio de gobierno. La entrega estuvo pendiente durante más de un año y medio y tuvieron la obra parada”. Hubo dos empresas constructoras en el proyecto: Centro Construcciones y Farallón. A la segunda le rescindieron el contrato y terminaron renegociando uno nuevo. Eso llevó a las demoras. Según Fortunati, “de las 442 viviendas adjudicaron 220, la mitad”.

Michetti aprovechó su discurso “para pedirles disculpas” a los adjudicatarios. “Me comentaron de las dificultades enormes que hubo en este caso. Encontramos una serie de conflictos que fueron destrabando, algunos en la Justicia, otros tenían que ver con la administración, renegociación de precios con las empresas constructoras, e hizo que el proyecto se tardara un poco”, apuntó la número dos del Ejecutivo Nacional.

En rigor, la tardanza aun afecta a los vecinos, ya que todavía falta terminar la obra de un módulo que albergará a cien familias. “Nos quisieron cambiar las condiciones cuando Macri asumió, buscando una reevaluación”, dijo Sarasa. El sorteo para las viviendas tiene cinco categorías, siendo la 1 la más baja, que paga 2 mil pesos mensuales a 30 años. Se determina según la cantidad de ingresos de los interesados. Las otras cuatro son a 20 años y la quinta paga 15 mil pesos. El grueso de los adjudicatarios de Rincón de Milberg estaba en la 1. “La idea de ellos fue reevaluar con los ingresos de 2016 en base a la tabla de 2014”, explicó Fortunati. “De esa forma se iba a pagar mucho más, con vecinos que compulsivamente eran elevados de categoría”. Les cambiaban las reglas con las viviendas ya adjudicadas.

Eso llevó a una serie de protestas, que incluyó la toma de la sede Tigre del Banco Hipotecario (que financia las obras), hasta que se dio marcha atrás con esa medida.

Así las cosas, la obra entregada genera críticas. Los vecinos denuncian que los módulos, de tres pisos, deberían tener ascensores, y que no se cumplió en hacerlos. También, que las unidades incluían cocheras. “Ahora resulta que las cocheras son aparte y las cobran”, señaló Fortunati.