El ministro de Agricultura, Ricardo Buryaile, se mostró ayer preocupado por el precio del litro de leche que en dólares cotiza a 1,55, siendo sólo superado por el valor que pagan en Canadá, según denunció el jueves el Centro de Almaceneros, Autoservicios y Comerciantes Minoristas de Córdoba a partir de un relevamiento que incluyó a 36 países. “Hay precios que van desde 20 a 25 pesos en el litro de leche y esto es más que caro. Por la incidencia impositiva, por los márgenes de rentabilidad, y por los costos propios que tiene el país”, sostuvo el ministro, quien aseguró que sólo intentarán reducir el peso de los impuestos, pese a que la carga impositiva viene siendo la misma al menos durante el último año y medio y desde entonces la leche no para de subir.
“Pasadas estas elecciones, el ministro (de Hacienda, Nicolás) Dujovne está preparando un paquete impositivo para bajar la presión fiscal que afecta a la leche, la comida, y miles de productos que en Argentina tienen una presión impositiva alta”, enfatizó Buryaile.
El reporte del Centro de Almaceneros describe que hubo un valor histórico de venta al público, acorde a la media internacional, de un dólar el litro, en tanto que el precio pagado al productor tuvo un “estándar” de 30 centavos de dólar. “Este año el precio rompió esa media para situarse 55 centavos de dólar por encima”, alertan. Para el Centro, el precio de la leche en el mercado interno está “desfasado y desequilibrado” respecto del internacional, “ocasionando un abrupto descenso en su consumo y el encarecimiento de sus derivados”
Los primeros diez puestos del ranking son para Canadá (1,86 dólares), Argentina (1,55), Puerto Rico (1,52), Israel (1,50), Qatar (1,47), Suiza (1,45), Australia y Panamá (1,40) y Costa Rica (1,30). Los países más baratos que cierran la tabla son Alemania (0,75), Egipto (0,70) e India (0,65 dólar).
El precio se disparó luego de la devaluación de diciembre de 2015 y frente a la pasividad del gobierno. De hecho, el sachet de leche de las marcas La Serenísima y Sancor, las dos más importantes del mercado, en diciembre de 2015 costaban 10 pesos y ahora cuestan cerca de 25 pesos en los supermercados y en los almacenes incluso más llegando a 26 pesos en algunos casos, un 160 por ciento más que hace un año y medio. Pese a ello, Buryaile solo prometió cambios impositivos. “Hay presión impositiva altísima en todos los niveles, no solamente desde el gobierno nacional sino desde los gobiernos provinciales y los gobiernos municipales”. Por otra parte, el ministro consideró que “lo que merece un estudio profundo son los márgenes de rentabilidad de los supermercados” y destacó que es “un punto que hay que mirar y poner bajo la lupa qué es lo que está pasando”. “Nosotros sabemos que hoy los precios que recibe el productor están dentro de los mejores pagos. Hoy cinco pesos con cincuenta representan casi 33 centavos de dólar, que es lo que están recibiendo muchos productores en los países más importantes del mundo”, destacó.
Además, aclaró que nunca dijo que el tipo de cambio está atrasado y retrucó: “En Argentina la solución no es tocar siempre el tipo de cambio. Hay sectores que piden esto, pero son los mismos sectores que después se quejan porque cae el consumo interno”. “Lógicamente va a caer el consumo interno si se devalúa y perdemos poder adquisitivo. La solución más fácil es tocar el tipo de cambio ¿Es una solución duradera? Definitivamente no”, manifestó, pese a que en el último mes el dólar trepó de 16,54 a 17,66 pesos, 6,7 por ciento.
En ese marco, precisó que el gobierno está “tratando de buscar una solución duradera”, por lo que busca “remover todos los aspectos que hacen a que el costo de comercialización y producción esté más relacionado con la producción propiamente dicha y no con otros costos ocultos que siempre hay en la Argentina”. “Hay muchos sectores que tienen costos altísimos. Hoy se está discutiendo la carga impositiva de los costos laborales y no estoy hablando del salario. Los salarios están fuera de discusión, se negocian en libre paritaria”, concluyó.