Cristina Fernández de Kirchner, a la cabeza de Unidad Ciudadana, le saca una apreciable ventaja de seis puntos a Esteban Bullrich, candidato de Cambiemos, en tanto que Sergio Massa le pisa los talones al postulante oficialista, ubicándose a sólo dos puntos en la pelea por el segundo puesto. Los números del postulante de Cambiemos no mejoran cuando se informa al encuestado que Bullrich es el candidato apoyado por Mauricio Macri y María Eugenia Vidal. Por otra parte, los datos muestran que Cambiemos tiene un techo bajo –incluso más bajo que el de Cristina– porque el 65 por ciento de los bonaerenses piensan que Macri gobierna para los ricos y sólo un 31 un por ciento considera que en estas elecciones hay que votar para fortalecer al presidente, mientras que un 64 piensa que hay que votar para limitar a Macri. 

Las conclusiones surgen de una amplia encuesta realizada por Hugo Haime y asociados. A diferencia de otros consultores, Haime se basa en encuestas domiciliarias, es decir con encuestadores que realizan las entrevistas en las viviendas de los encuestados. Del total de 1000 personas entrevistadas, 500 se corresponden al Conurbano bonaerense, 150 a grandes ciudades del interior (Mar del Plata, Bahía Blanca y La Plata) y 350 a las demás ciudades y localidades del interior provincial. En el caso de estas últimas 350 encuestas, las entrevistas fueron telefónicas.  

El método presencial tiene su importancia. En primer lugar porque el encuestador percibe exactamente la situación social del encuestado. Pero, además, porque las entrevistas telefónicas tienen el problema de que hoy en día hay pocos teléfonos fijos en los hogares y menos aún en los hogares humildes. En segundo lugar, los jóvenes no suelen atender el teléfono y tienden a rechazar las encuestas, por lo que, en general, las respuestas provienen mucho de personas mayores. Por último –y es un dato no menor– quienes suelen contestar las encuestas telefónicas son personas interesadas en la política. Se considera que los más interesados son los votantes de CFK y de Cambiemos y los menos interesados son los de Sergio Massa, por lo que la entrevista domiciliaria percibe mejor el voto del tigrense. Por supuesto que las encuestas domiciliarias tienen sus dificultades también: no es fácil entrar a edificios para encuestar y lo mismo sucede con los barrios más humildes. Los consultores tienen factores de corrección que fueron creando, con la experiencia, para calcular los desvíos del método que utilizan. Y eso es así tanto para las encuestas domiciliarias como para las telefónicas.

Hipótesis y techo 

Haime explica alguna de las diferencias, no sólo metodológicas, entre su estudio y otros. “Hay colegas míos que le calculan un aumento a Bullrich porque dicen que hay una parte del electorado que no sabe que es el candidato de Cambiemos. Es una hipótesis de trabajo. La respeto, pero es una hipótesis. Nosotros preguntamos directamente por Bullrich como candidato de Cambiemos y en una pregunta inmediatamente posterior le agregamos que es el candidato de Macri y Vidal. No nos da una notoria diferencia. Apenas medio punto. Y yo creo que tiene que ver con ese techo que percibe nuestra encuesta: si el 64 por ciento dice que hay que votar para limitar a Macri, eso marca un techo para el oficialismo. Es un techo incluso más bajo que el de Cristina. Además, es un porcentaje que está en sintonía con otros dos datos de la encuesta: el 65 por ciento sostiene que gobierna para los ricos y el 61 por ciento dice que el gobierno va en dirección equivocada”. 

Movimientos

Haime sostiene que la mitad de la población por ahora dice que no le interesa la elección. “A partir de esta semana, con los spots en los medios de comunicación, es posible que la gente empiece a visualizar un poco más la elección –señala el consultor–. En mis encuestas, los números se han mantenido estables en los últimos tiempos. Pero mi impresión es que hay una especie de calesita en la que cada candidato recibe y pierde votos de otros. Por ejemplo, de los votos de la primera vuelta de 2015, de los que votaron a Scioli, ahora el 72 por ciento van para Cristina, pero hay un ocho por ciento que van para Randazzo y un 11 por ciento para Massa. Y de los que votaron a Macri en la primera vuelta de 2015, hay un 19 por ciento que se corren hacia Massa. Entonces, lo que sucede es que percibo que todavía hay cierto movimiento. No serán enormes cambios, pero puede haber variaciones. Por eso digo que esta es una elección de tres candidatos, no una carrera de dos. Massa todavía está en condiciones de pelearle una parte del electorado a Cambiemos y, en menor medida, a Unidad Ciudadana. Es una elección abierta”. 

Zonas

Una mirada a la detallada encuesta de Haime permite ver algunos resultados que llaman la atención:

  • La situación en el Conurbano bonaerense debería poner muy en guardia al gobierno nacional. Allí Cambiemos apenas tiene el 17 por ciento de los votos y es superado ampliamente por Cristina (35 por ciento) y Massa (26 por ciento).
  • En los sectores más humildes, CFK tiene el 55 por ciento de los votos, un porcentaje asombroso.
  • En la Tercera Sección Electoral, la más populosa –La Matanza, Avellaneda, Quilmes, Ensenada, Berisso, Berazategui, Florencio Varela y varios distritos más–, supera el 40 por ciento. 
  • Esos altos porcentajes se compensan con el interior provincial y las grandes ciudades del interior en los que sólo cosecha el 24 por ciento de los apoyos. 
  • Un dato asombroso es que a Cristina le va mal entre los mayores de 64 años, pese a que, por ejemplo, instituyó la moratoria que le permitió jubilarse a millones de personas. Del otro lado, es el segmento en el que mejor le va a Cambiemos, nada menos que el 42 por ciento de los mayores de 64 apoya al oficialismo. 
  • A Massa le va bien en la clase media baja (29 por ciento lo votan) e igualmente tiene más apoyo en los jóvenes que en las personas de edad. 
  • Randazzo tiene más respaldos en hombres que en mujeres, le va bien en la clase media y, siendo un hombre del interior bonaerense, no le va mal en esas zonas. 
  • A la izquierda, que hace una buena elección, le cuesta entrar en el Gran Buenos Aires y logra más respaldos en ciudades como La Plata y Mar del Plata.  

Avenida

Entre los consultores hay un cierto debate sobre lo que se llama la polarización, es decir una elección en la que dominarán la escena los dos polos. La mayoría de los encuestadores piensa que la elección es una carrera entre Unidad Ciudadana y Cambiemos y que habrá una especie de presión hacia el voto útil, que gane Cambiemos para que no gane Cristina, o que gane Cristina para que no gane Macri. 

Haime no ve las cosas de esa manera. En primer lugar porque en su encuesta Cambiemos y 1País están bastante parejos. Pero, además, sostiene que “si uno suma a Massa, más Randazzo, más la izquierda, totalizan un 40 por ciento del total. Y nosotros percibimos, por ejemplo, que en Cambiemos hay un 28 por ciento que llamamos adherentes críticos, es decir que por ahora apoyan a Bullrich pero podrían cambiar. De manera que no todo es blanco o negro. La avenida del medio existe”. 

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