El ministro de Trabajo, Jorge Triaca, abogó ayer por la sanción de una reforma laboral que “se adecue a los procesos de cambio”, pero subrayó que una norma en tal sentido no producirá una precarización de las relaciones laborales, “definitivamente”. Justamente, este es el tema central en debate, dado el antecedente de la reforma de carácter fuertemente regresivo que se acaba de votar en Brasil. “La reforma significa dejar de lado muchos privilegios que son de los trabajadores, pensando en el trabajador desocupado, en esa gente que está informalizada”, postuló.

 En una entrevista con una radio FM de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Triaca defendió la iniciativa señalando que “hay que sacarse los prejuicios, porque ya sea que lo proponga uno o lo proponga otro, no significa que tengamos que esconder esta realidad de tener uno de cada tres argentinos en situación de pobreza, y que esa situación sólo se resuelve si encontramos oportunidades de trabajo para todos”. El argumento de los sectores que impulsan la flexibilización de las normas laborales es que, si no se bajan los costos de contratación de mano de obra, no habrá más empleo. El gobierno de Cambiemos se ha planteado, desde un primer momento, la baja de los costos laborales como una de sus principales metas.  

 “No hay que temerles a los procesos de cambio, sino adecuarse”, sostuvo el ministro, quien además advirtió que “las paritarias hay que discutirlas con la mayor libertad posible, pero entendiendo que también afectamos a otros sectores con nuestros reclamos”. También consideró que “los convenios colectivos de trabajo deben reflejar los procesos productivos, que permanentemente se están cambiando; la mayoría de las actividades los cambian, y eso porque cambian los procesos productivos. Pero muchos convenios no se modifican desde 1970 y contienen categorías que no existen más”.

Triaca intentó cubrirse de las críticas que vinculan la reforma impulsada en Argentina con la que acaba de obtener el gobierno de Michel Temer en Brasil. Aseguró, al respecto, que “lo que ocurre en Brasil no necesariamente es espejo para lo que ocurra en Argentina. Nosotros no tenemos que copiar la receta de nadie”. Y al ser consultado sobre una eventual precarización de las relaciones laborales en Argentina como consecuencia de una reforma, respondió: “Definitivamente, nosotros tenemos que subir la vara, no bajarla. Subir la vara significa dejar de lado muchos privilegios, y hay muchos privilegios que son de los trabajadores, pero cuando estamos hablando de ese trabajador desocupado, de esa gente que está informalizada, ¿dónde están esos privilegios?”