La Rioja presentó su primer aceite de cannabis medicinal denominado “Federal”, elaborado 100% en la Provincia. Se trata de un medicamento de amplio espectro que ya fue aprobado por las autoridades sanitarias y se venderá bajo receta. El fármaco ya cuenta con tres mil dosis envasadas, de las cuales mil las distribuirá el ministerio de Salud local para quienes lo necesiten y no tengan cobertura médica, y el resto serán comercializadas en las farmacias.

Realizado por la empresa estatal Agrogenética Riojana, Federal contó con la participación de diferentes secretarías, las Universidades Nacionales de Chilecito, La Rioja y el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria. El producto no solo apunta a resolver un problema de salud, sino que se enmarca en un enfoque más amplio que incluye desarrollo industrial nacional, impulso al turismo cannábico, generación de conocimientos y puestos de trabajo.

Federal representa un gran orgullo para La Rioja porque es un medicamento hecho desde una semilla local hasta un producto final, con mucha investigación, desarrollo, innovación tecnológica y recursos propios, tanto aportes de capital del Estado como recursos humanos de las universidades locales. Entonces, que la Provincia esté a la vanguardia de la medicina en una industria tan innovadora como el cannabis nos genera mucha satisfacción”, destaca Benjamín Enrici, presidente de Agrogenética Riojana.

Si bien hay otras provincias que apostaron a la industria del cannabis a partir de la producción de aceite medicinal, la experiencia de La Rioja tiene la particularidad que todo el proceso (desde la semilla hasta la producción del aceite) se realizó en la provincia.

Calidad y seguridad

En los últimos años aumentó de forma sostenida la producción de aceite de cannabis medicinal. Esta planta milenaria, que fue señalada como perjudicial para la salud, prohibida y perseguida a mediados del siglo XX, recuperó algunos de sus usos ancestrales aun cuando las leyes lo prohibían. Por eso, al ser ilegal, muchos usuarios se lanzaron a realizar fármacos de manera artesanal.

Sin embargo, esta práctica no siempre es sinónimo de seguridad. Algunas personas especulan con los beneficios del remedio, adulteran los productos y comercializan algo que no cumple las normas de seguridad ni tiene beneficios para los usuarios. Incluso, en algunos casos, pueden llegar a resultar tóxicos.

En este marco, la industrialización del proceso permite tener seguridad acerca del desarrollo del aceite y sostener una metodología que asegura calidad y trazabilidad. “Federal es la solución a un problema de salud pública. Muchas personas con epilepsia refractaria, parálisis cerebral y muchas otras patologías deben recurrir a comprarlo en el mercado negro y esos productos no ofrecen ninguna garantía en cuanto a calidad, inocuidad, precio y continuidad”, asegura Enrici.

A mediados de 2022, el Congreso sancionó el marco regulatorio de la industria del cannabis medicinal y el cáñamo industrial (Ley 27669). Un año después, el Gobierno reglamentó la Ley que puso en funciones a la Agencia Regulatoria de la Industria del Cáñamo y del Cannabis Medicinal (ARICCAME), encargada de regular la importación, exportación, cultivo, producción industrial, fabricación, comercialización y adquisición, por cualquier título de semillas de la planta de cannabis, del cannabis y de sus productos derivados con fines medicinales o industriales.

Estado presente

Agrogenética Riojana no es solo un productor de cannabis, sino que es un centro de biotecnología que propone ser referencia para el sector privado con una plataforma de productos y servicios que transfiere know-how, conocimientos, controles de calidad, análisis, semillas y tercerización de cosechas. Además, ordena el crecimiento local con una mirada federal bajo la premisa de que todos los actores y todos los sectores participen.

Al ser una industria nueva, si no hay una presencia fuerte del Estado, el negocio del cannabis queda en pocas manos. No queremos que pase como el sector agroexportador primario que concentró la economía generando solo crecimiento y nada de desarrollo con muy poquitas empresas que ni siquiera son latinoamericanas”, explica el presidente de Agrogenética Riojana.

Y continúa: “América Latina planta el 50 por ciento de los transgénicos a nivel mundial pero no participa en las ganancias. Solo es contratista de la tierra y de la mano de obra. Si tenés mil hectáreas de superficie te va a servir, pero en realidad no es un proceso que derrame dinero y genere desarrollo”.

Por eso, la propuesta provincial impulsa un Estado creciente y participativo, moderador del desarrollo y acompañante del sector privado. En este marco, Agrogenética Riojana busca generar una sinergia entre lo público y lo privado mediante la extensión de permisos y cobertura legal a través de la Ley 37.350, que establece el marco regulatorio para la investigación médica y científica del uso medicinal de la planta de cannabis y sus derivados.

Al acompañar al sector privado, nosotros evitamos que haya un desarrollo especulativo en La Rioja y tratamos de ayudar a que las empresas que se radiquen realmente sean generadoras de trabajo, sustentables, rentables y que no sean negocios para hoy y hambre para mañana”, detalla Enrici.

Una mirada integral

La apuesta del gobierno riojano a la producción del cannabis no se reduce solamente a su empleo medicinal sino que se trata de un modelo de país con desarrollo soberano. Al fin y al cabo, es una mirada multidisciplinaria que abarca la producción de conocimientos científicos y académicos, generación de puestos de trabajo, impulso turístico y concientización social sobre el rol de esta planta.

En este sentido, Agrogenética Riojana es parte de un conglomerado de acciones ordenadas en varios ejes cuyo objetivo es convertir a la provincia en un centro de referencia mediante un proyecto único que incluyó a diferentes organismos, instituciones y universidades detrás de una misma idea donde cada quien aportó sus capacidades.

El primer eje está marcado por la formación académica: la Universidad Nacional de Chilecito realizó la primera diplomatura de Argentina en cultivo e industrialización de cannabis, con un plan de estudios que parte de las semillas hasta el producto final, cuenta con 70 horas de práctica en la empresa estatal y forma recursos para atender esta nueva industria. De la primera cohorte participaron más de 200 estudiantes de todo el país.

El segundo está vinculado a la salud pública: mil dosis de Federal se entregaron de forma gratuita al ministerio de Salud y dos mil dosis estarán disponibles en las farmacias para quien quiera utilizar el cannabis como una terapia pueda comprarlo bajo receta médica. Además, el ministerio capacitó a diferentes profesionales médicos en el uso de esta herramienta y un especialista de la Universidad Nacional de La Rioja se encuentra investigando la aplicación de esta medicina para combatir la migraña.

El tercer eje está relacionado con el desarrollo industrial: La Rioja extendió un modelo invitando a empresas privadas a radicarse en la provincia y otorgó 16 permisos para el impulso de distintas cadenas de valor que van desde las semillas hasta productos textiles, alimenticios y cosméticos. El objetivo es que estos emprendimientos puedan producir y exportar al exterior.

La última arista del proyecto está relacionada a la concientización y al turismo. Así lo cuenta Enrici: “Es una manera de educar a la gente con el cannabis, ya que es mucho más que una sustancia cuyo uso irresponsable puede ser nocivo. Creemos que la planta es muy valiosa y la reivindicamos a través del turismo”. En la localidad de Sañogasta se encuentra la primera finca de turismo cannábico, que se encarga de mostrar los cultivos y explicar su historia. Además, Agrogenética Riojana tiene pensado inaugurar un museo de cannabis que incluya una sala audiovisual y una recorrida por las instalaciones.