Hebe de Bonafini prendió las luces de alarma al denunciar un intento del Gobierno para desalojar la sede de la Asociación Madres de Plaza de Mayo. La histórica referente de derechos humanos apuntó a Javier Buján, el rector normalizador de la Universidad de las Madres, y en un video difundido en las últimas horas reafirmó: “Esta casa es la casa de las Madres, acá no funciona el Iunma. Que no queden dudas, es nuestra casa desde hace muchos años y la casa de todos ustedes”.

Reafirmó que “sé que hay algunas cuestiones que no están muy claras y por eso se los quería aclarar, el Instituto no tiene nada que ver”. Explicó que el Instituto Universitario Nacional de Derechos Humanos Madres de Plaza de Mayo (Iumna) funciona en 25 de Mayo 544, según consigna la propia página web del organismo dependiente del Ministerio de Justicia.

Es que el macrismo pretende el inmueble de Hipólito Yrigoyen 1584, la sede histórica de la Asociación. En un primer video, Bonafini había denunciado públicamente a Buján: “Ayer nos amenazó, diciendo que por las buenas o por las malas, esta semana nos va a sacar de la casa de las Madres”.

Buján llegó a la Universidad de las Madres en junio pasado, tras ser desplazado del Inadi. Para Bonafini, desde su cargo como interventor busca quitarles la sede, algo que “jurídicamente no se puede, pero ellos tienen mucho poder y no les importa nada”. Entre ese primer video y el difundido hace pocas horas, donde escuetamente reafirma que no hay ninguna institución educativa en la casa de las Madres, Bonafini había dicho en la tradicional ronda de los jueves que “la casa de las Madres está declarada museo y ellos la quieren quemar, como desarmaron el Museo de la Casa de Gobierno. Quieren hacer lo mismo con la casa de las Madres, pero antes que se lo lleven ellos, la prendo fuego”.

La ofensiva contra la Asociación ya había tenido un episodio hace un año. El 4 de agosto de 2016, el juez Marcelo Martínez de Giorgi ordenó ir a buscar con la fuerza pública a Bonafini, por no haberse presentado a ejercer su derecho a defensa en la citación a declaración indagatoria en el marco de la causa por Sueños Compartidos. Cientos de policías con cascos, escudos y carros hidrantes rodearon la sede de Madres a la hora en que salen para la habitual marcha de los jueves. Lograron eludir el anillo policial ante la solidaridad popular que repudió la medida y el juez se avino a tomarle declaración a Bonafini en la sede de Madres días más tarde. 

A esto se sumó la avanzada judicial por el lado del juez en lo Comercial Fernando Perillo, que en julio había dado el visto bueno para la eventual clausura del “inmueble de la calle Hipólito Yrigoyen” en caso de tratarse de la sede de la Fundación Madres de Plaza de Mayo. Así dispuso tras decretar la quiebra de la Fundación a raíz de un juicio de un ex empleado. Sin embargo, los síndicos comprobaron que allí funciona la Asociación, no la Fundación. 

La intervención de la Universidad de las Madres se produjo al tiempo que Bonafini era procesada por la causa Sueños Compartidos. Buján, designado por el ministro de Justicia Germán Garavano, reemplazó al rector Germán Ibáñez. Había sido subsecretario en la gestión de Guillermo Montenegro en el Ministerio de Justicia porteño. Cuando arribó, hacía tiempo que la otrora Universidad de las Madres era el Iunma tras la estatización votada por el Congreso durante el gobierno kirchnerista.

La ofensiva contra Bonafini no pudo darse de forma total con el desembarco de Buján: por aquellas horas aun estaba muy sensible el debate por el 2x1 a los genocidas de la dictadura, que motivó una multitudinaria movilización a Plaza de Mayo.