La cadena nacional en la que Javier Milei anunció su Decreto de Necesidad y Urgencia fue apoyado por muchos grandes empresarios que tienen intereses en la Argentina. Semejante actitud a nadie asombra, dado que la redacción del mismo estuvo a cargo de estudios jurídicos vinculados a las grandes empresas y su contenido satisface un histórico conjunto de demandas del establishment local en temas tan variados como las finanzas, las comunicaciones, la compra de tierras o la transformación de clubes sociales en sociedades anónimas.
Uno de los grandes empresarios que salieron públicamente a bancar el DNU fue Marcos Galperin, el CEO de Mercado Libre, una de las principales empresas argentinas cuyo dueño emigró al Uruguay para pagar menos impuestos. “Te mintieron durante 80 años, ayer te dijeron toda la verdad en 10 minutos” publicó en las redes sociales difundiendo la cadena nacional de Milei.
Entre otras cosas, el DNU aprueba que se puedan pagar sueldos en billeteras virtuales, es decir, a través de Mercado pago, logrando Galperin una histórica demanda en su competencia con la banca tradicional. “Peronia es el único país de América Latina donde podías pagar sueldos en bancos y en efectivo pero estaba prohibido pagarlos en billeteras digitales, que te pagan interés diario (100 por ciento anual) versus las cajas de ahorro del banco que te pagan 0 por ciento. Viva Perón!”, publicó en las redes Galperin saliendo a bancar la medida que beneficia directamente a su empresa.
Ese entusiasmo por los nuevos negocios que le abre el gobierno de Milei parecen haber enceguecido los conocimientos de historia del CEO, ya que en los últimos 80 años, varios gobiernos de signo liberal con agendas muy similares a la de Milei han dirigido la suerte del país y son, por lo tanto, parte responsable de la deriva nacional.
Galperin parece olvidar que en 1955 un golpe militar derrocó a Perón y que, desde entonces hasta 1973, el principal movimiento político nacional estuvo prohibido, mientras distintas administraciones pro-mercado (algunas más desarrollistas y otras más liberales) dirigieron el país. Tras un breve lapso que no alcanzó los tres años, los liberales volvieron al poder de la mano de la última dictadura militar con un programa económico que, al igual que el reciente DNU, desregulaba la economía de toda intromisión del Estado.
Luego de siete años de dictadura, dejaron el país quebrado con una enorme deuda externa que ahogó la reciente democracia terminando Raúl Alfonsín su mandato con una hiperinflación que volvió a abrir las puertas a un gobierno liberal: el menemismo. Nuevamente la agenda ultraliberal ocupó el poder con privatizaciones, aperturas y desregulaciones hasta que el esquema volvió a estallar en 2001 dejando el lastre de una deuda impagable.
Recién ahí se abrió un paréntesis de gobiernos populares que logró muy buenos resultados económicos pero terminó arrinconado por la falta de dólares, perdiendo las elecciones, para dejarle nuevamente el poder a los liberales que retornaron su política de endeudamiento insustentable, esta vez de la mano de Mauricio Macri.
En definitiva, de los últimos 80 años, el liberalismo argentino tuvo el poder durante 43 años aproximadamente, generando ciclos económicos de endeudamiento insustentable que terminaron en repetidas crisis económica. Háganse cargo de su lugar en la historia de “Peronia”.
@AndresAsiain