Hace pocas semanas, Brenda Rojas ganó el clasificatorio de las Américas en Estados Unidos en la categoría K1 500 y se clasificó a los próximos Juegos Olímpicos. Será la tercera vez que la atleta participará de la máxima cita multideportiva, aunque todavía está tomando noción de lo que consiguió a sus 28 años.

Desde Szeged, Hungría, donde el pasado fin de semana compitió en una Copa del Mundo, la palista habló con Página/12 sobre su recorrido en el equipo nacional de canotaje, la importancia de sus seres queridos y los comienzos en este deporte en el que se quedó por el grupo humano.

Ni bien arrancó la charla la deportista advirtió: “Previo a cada competencia no soy de dar notas, pero en este caso todavía falta, me aíslo mucho antes de competir y se ve que es mi manera de ser”.

El equipo nacional iba en busca de dos plazas en el Clasificatorio de las Américas: primero en K2 500, embarcación en la que competían ella y Candelaria Sequeira, y en el K1 donde Rojas ganó la carrera. En K2 quedaron en el segundo lugar y no pudieron acceder a la plaza olímpica.

-¿Qué fue lo primero que se te vino a la mente cuando cruzaste la meta?

-Sentí mucha emoción porque uno se presiona tanto… En mi caso nunca doy por hecho un resultado, siempre el resultado me sorprende. Fue muy dura la regata hasta los últimos metros porque tanto Cuba como Brasil estaban haciendo fuerza. Cuando llegué y vi que pasé primera la meta sentí emoción porque te das cuenta de que vale la pena tanto trabajo, y ahí estamos todos para lo mismo.

-¿Cómo te levantaste después de quedar afuera en el K2?

-Fue durísimo, todo ese día estuvimos mal, tratando de valorar que estuvimos ahí, pero el ánimo estaba muy abajo. Igual nos permitimos sufrir y llorar, porque si no es como que te da igual y si te da igual replanteate qué haces ahí. Cuando no se da se sufre mucho, pero cuando se da también es una alegría muy grande.

Rojas estará en su tercer Juego Olímpico pero todos en una categoría distinta. En 2016 compitió en K4 en una embarcación en equipo, en 2021 ganó su plaza individual en K1 200 en un mano a mano con Sabrina Ameghino, la máxima medallista argentina panamericana, por la plaza olímpica. La categoría K1 200 no está más dentro del programa olímpico y en París 2024 competirá en K1 500. “En Argentina era tercera o cuarta en 200 metros, no sé si no le daba tanta importancia pero no era tan rápida o explosiva naturalmente, me iba mejor en el 500”, contó la sampedrina.

Sus comienzos en el deporte

Rojas se crió frente al río, unos chicos que hacían canotaje le vendieron una rifa y la invitaron. Siempre fue muy inquieta, hizo patín y atletismo pero cuenta que se quedó con el canotaje porque se enganchó con el grupo: “Desde los 14 años quería entrar al equipo nacional y no podía, pero seguí de testaruda. Tuve dos entrenadores que me ayudaron a dar ese salto de calidad. Creo que haber vivido todo eso es lo que me hizo ser la que soy hoy, no haber tenido buenos resultados al principio me fortaleció”.

Recién en 2014 a los 18 años pudo entrar al equipo nacional y en 2015 ya se estaba clasificando a su primer Juego Olímpico: “No hubo escala y no tenía tanta dimensión de lo que estaba pasando. Me encantó pero era más chica y tal vez mi sueño más grande era estar en el equipo. Esto me hizo dar cuenta de que era lo que quería en mi vida, representar a Argentina, a San Pedro, al barrio, a cada chico que va ahí a 'Las Canaletas' a remar y demostrarles a ellos que se puede, que pueden estar donde quieren y que no hay imposibles”.

-¿Sentiste alguna diferencia en cada ciclo olímpico?

-Mi sueño más grande en esa época era entrar al equipo nacional. Entré en septiembre en 2014 y en 2015 ya estaba clasificando a un Juego Olímpico, me costó mucho tiempo entrar y al poco tiempo estar lista para estar arriba de un K4, para mí fue gigante y no tomaba dimensión de lo que significaba estar ahí. Para el siguiente no hubo Preolímpico y tuvimos que hacer selectivo entre dos de Argentina. Ahora ya hace rato que estoy en esto, siempre con los objetivos claros pero entendiendo cada proceso y cada competencia. Para Tokio no tenía tantas competencias internacionales en K1, sabía más lo que era competir en equipo. Ahora me siento más confiada, sabiendo lo que hago.

-¿Ves alguna diferencia en cuanto a apoyos entre los ciclos olímpicos?

-He escuchado historias desde antes de que existiera el ENARD. Antes de estar en el equipo mi familia o la escuela donde empecé a remar, me han apoyado en viajes y en concentraciones, pero una vez que fui al Panamericano en 2014 en México, entré al sistema de becas y siempre con resultados fui revalidándola. Siempre tuve la comida, la casa y el lugar para remar y los botes. Se puede estar mejor sí, pero desde mi experiencia no vi la otra parte desde antes de que existiera el ENARD que otras de mis compañeras sí vivieron esa parte que fue mas dura.

Las aspiraciones para París

Además de las dos participaciones en Juegos Olímpicos, Rojas cuenta en su haber con cinco medallas panamericanas: un bronce en Toronto 2015, una plata y un bronce en Lima 2019 y dos platas en Santiago 2023.

-¿Cuál es tu objetivo para París 2024?

-El objetivo siempre es mejorar, nunca pierdo de vista tratar de estar mejor que antes y ver qué sale. Siempre tengo el mismo pensamiento, me preparo para ganar y trataré de que me vaya mejor que la última vez. Ahora vuelvo a Argentina un mes y después haremos la gira previa a los Juegos que estamos terminando de definir.

-¿De dónde sacás la motivación todos los días para entrenarte?

-A veces se va, no hay que ser hipócrita. Casi siempre estoy motivada y cuando no, está el entrenador. Ahora fui a San Pedro, estuve entrenando y fue mi compañera de K2, Candelaria Sequeira. Las personas que te rodean también ayudan, mi familia, mi novio, mi equipo de trabajo, otros amigos que hacen el deporte, somos de las personas que nos rodean. Esas pequeñas cosas en el día a día que te impulsan a no bajar los brazos, a seguir aunque estés cansada, estar rodeado de personas que te alienten y entender que si tenés un día malo no pasa nada, entrenás y seguís, pero obviamente que están los días buenos y lo que no tanto.

En Río 2016 llegó a la semifinal en el K4 500, en Tokio 2020 quedó afuera en el K1 200 y repitió semis en el K1 500. El 6 de agosto comenzará su camino en París e intentará meterse en una final el 10 de agosto en el canal de Vaires-Sur-Marne.