La Armada no lo dijo oficialmente, pero ya considera que los 44 tripulantes del submarino ARA San Juan están muertos: ayer anunció que dio por finalizada la etapa de rescate de posibles sobrevivientes y que de ahora en más se concentrará solo en la búsqueda del navío en el lecho del Mar Argentino. La fuerza justificó la decisión en la falta de resultados del operativo en el Atlántico sur y en el hecho de que las tareas de rescate se extendieron al doble del plazo de posible supervivencia del personal a bordo. En medio del renovado dolor, los familiares de los tripulantes que no se encontraban en la Base Naval de Mar del Plata se quejaron porque se enteraron de las novedades a través de los medios y reiteraron sus críticas: “Tienen una perversidad inusitada. No sabíamos que iban a abandonar el rescate”, resumió el sentir Luis Tagliapietra (padre de Alejandro, un teniente que iba en el navío), quien en diálogo con PáginaI12 exigió al presidente Mauricio Macri que “revierta esta decisión arbitraria, absurda y cumpla su promesa de buscarlos hasta las últimas consecuencias”.

En el día había ido creciendo el desconcierto. A media mañana, trascendió que tres barcos que participaban del operativo en la zona del desastre estaban regresando a Comodoro Rivadavia. Entre ellos, el Sophie Siem, de bandera noruega, contratado por la Marina norteamericana para llevar al lugar un submarino de rescate de personas. No solo no se dio en ese momento información oficial al respecto sino que no se explicó quién había tomado la decisión de emprender el regreso.

Para sumar desconcierto, la habitual conferencia de prensa de las 12 del vocero de la Armada, Enrique Balbi, fue postergada primero para las 16 y luego para las 18. 

Finalmente, se presentó ante los periodistas casi a las 18.30, cuando los buques llevaban casi medio día navegando hacia el continente. Arrancó anunciando que esta vez leería una gacetilla de prensa. A través de ella, la fuerza anunciaba que se daba por concluida la operación para la “búsqueda y salvamento de personas” tras la desaparición del submarino y se centrará a partir de ahora en las tareas para localizar la nave en el lecho marítimo, con lo cual puso fin a las esperanzas de encontrar con vida a sus 44 tripulantes. Y aseguró que los barcos estaban volviendo “por cuestiones operativas” (ver nota aparte).

Dos minutos después del anuncio de la Armada, Macri tuiteó sobre el G20 y aseguró que el país vivía “un día histórico” porque había quedado a cargo de la presidencia del organismo internacional. Tras una serie de críticas en las redes sociales por lo inoportuno del tuit, el Presidente suspendió su agenda de hoy (ver recuadro).

Los familiares que están en la Base Naval (principalmente algunos que llegaron del interior) fueron informados de la novedad minutos antes de la conferencia de prensa de Balbi, pero la gran mayoría no fue contactada previamente. 

La bronca la resumió Tagliapietra, papá del teniente de corbeta Alejandro Damián, de 27 años. “Estoy muy triste, tiraron por la borda la última esperanza que teníamos, de forma arbitraria porque no encontraron ni un tornillo y volvieron a hacer lo que hicieron estos días: dilataron sin justificación la conferencia para decir que cancelaron el rescate. Tienen una perversidad inusitada. Es muy cruel. Siento que nos manipularon, nos mintieron y no nos dijeron toda la verdad. No sabíamos que iban a tomar la decisión de abandonar el rescate”, sostuvo. 

Desde Caleta Olivia, hasta donde viajó para reunirse con la jueza federal Marta Yáñez, que instruye la causa por la desaparición de la embarcación, sostuvo que la causó indignación la forma en que fue manejada la información. “Primero nos hablaban de la incomunicación, después de las baterías, más tarde de la entrada de agua por el snorkel y no voy a describir todo el proceso. ¿Con qué necesidad? Hace una semana nos prometían que los van a buscar hasta las últimas consecuencias, todavía estamos esperando el submarino ruso y hace tres días zarpó el Sophie Siem con gente que trabajó a destajo para adaptarlo y ahora dan de baja el rescate. La última migaja de esperanza me la acaban de tirar a la basura”.

“Van a hacer una búsqueda pasiva y dan por hecho que no hay sobrevivientes. Nos vienen mintiendo y no entiendo los motivos”, dijo Tagliapietra. 

El padre de Alejandro, que es abogado y querellante en la causa, también remarcó que la información “estaba bajo secreto de Estado y recién ahora se levantó. Pedimos formalmente saber cuál fue la misión del submarino. Nunca creí la versión de que estaba para custodiar la pesca porque estaba solo”.  

Por su parte, María Rosa, la mamá de Fernando Villarreal, jefe de Operaciones del ARA San Juan, dijo a este diario que “estamos devastados, no esperábamos esta decisión”. Con la voz contenida, y con bronca remarcó: “Nos enteramos por televisión. No fueron capaces de llamarnos ni a nosotros ni a mi nuera”. “Estábamos esperando el parte –continuó– pero no nos imaginamos esto. Tenemos una sensación de desamparo total por parte de las autoridades, no de la institución. Las autoridades no han tenido piedad con nosotros, nunca nos llamaron, nunca nos dijeron que había desaparecido el submarino, nos tuvimos que enterar por la televisión. El 23 fue el último día que fui a la Base Naval, discutí con el comandante, le dije dos o tres cosas, que no tenían ni idea de dónde estaba el submarino y esto me lo está confirmando”.

“Los dejaron solos, dejaron a la tripulación sola y a nosotros también. ¿ Dónde está el apoyo psicológico, la contención? Salvo para las pocas familias que vinieron de las provincias, al resto no nos han dado apoyo”.

“Siempre tengo esperanza de que mi hijo y la tripulación van a volver, pero hay que ser realista”, dijo con la voz quebrada, pero advirtió que “esto no va a quedar así. Los que fueron responsables van a pagar. Tengo mucho para decir”.