El debate acerca de la regulación de la actividad de los gigantes del comercio electrónico es uno de los puntos distintivos de la cumbre de la Organización Mundial del Comercio (OMC) que se desarrolla en Buenos Aires. La cara más visible del lobby de las electrónicas es el magnate chino Jack Ma, fundador y CEO de Alibaba, la empresa de comercio online más importante del mundo. “Tenemos 33 millones de trabajadores en China y en un solo día llegamos a vender 25 mil millones de dólares”, se jacta Jack Ma. “Nuestro mundo está demasiado controlado por los reguladores. Permitan que primero lleguen los cambios y luego regulen”, pidió ayer el empresario chino. Del otro lado, un grupo de ONG que participan del evento advirtieron que la liberalización electrónica favorece únicamente a las grandes empresas del sector y que está en juego la capacidad de los Estados para hacer uso de la información online de sus ciudadanos.

“En los últimos treinta años, el comercio mundial fue dominado por unas 60 empresas. Esto puede cambiar, se puede hacer más accesible el acceso al mercado. En el futuro, los bienes no van a decir ‘hecho en China’ o ‘hecho en Estados Unidos’ sino ‘hecho en Internet’. Si todo país se compromete a establecer una zona de libre comercio para las pymes se pueden generar oportunidades reales. Una ama de casa de Kenya puede vender su producción en el mercado de Brasil, por ejemplo”, señaló ayer Jack Ma luego del panel de apertura que contó con la presencia del presidente Mauricio Macri. Jack Ma visitó varias veces el país en el último tiempo y tiene buena relación con Macri. Se trata de un personaje carismático y exitoso y es una suerte de estrella empresaria. “Jack Ma nos mueve a pensar nuevas ideas”, dijo en una reunión con periodistas el ministro de Producción, Francisco Cabrera.

“Ellos venden que el E-commerce va a crear mejores posibilidades comerciales para las pequeñas empresas. Dicen que una pequeña empresa argentina va a poder tener acceso al mercado de los Estados Unidos, China y la Unión Europea. Pero miremos esto más de cerca. ¿Cómo se supone que una empresa en Argentina va a poder competir contra una multinacional que tiene una cadena de valor global y contrata trabajo barato en cualquier parte del mundo? Eso no funciona así”, comentó a este diario Christina Colclough, directora del área digital de la ONG Uni-Global. PáginaI12 ubicó a Colclough en una sala del cuarto piso del CCK.

“En realidad lo que quieren las grandes empresas del sector de la comercialización web se puede resumir en tres puntos. Por un lado, las empresas junto a los Estados Unidos, UE, Japón y Canadá quieren el libre flujo de los datos. La idea es poder vender y comprar datos de los usuarios libremente en todo el mundo. Esto no ocurre ahora, porque hay leyes nacionales y regionales de protección de datos. En segundo lugar, quieren remover la transferencia tecnológica, es decir, no tener que utilizar proveedores ni mano de obra local. En tercer lugar, aspiran a eliminar requerimientos de localización física en los lugares en donde operan”, siguió Colclough.

Jack Ma dijo que “nuestro mundo está demasiado controlado por los reguladores. Regulan lo bueno, lo malo, todo. Pero nadie es un experto en el futuro. Es decir, deberían permitir que primero les llegue la innovación, porque si hay demasiado control, no hay innovación. En Europa no hay grandes empresas de internet porque allí se regula demasiado. Alibaba quiere ofrecer este servicio de venta online a los países en desarrollo”. Colclough dice que “si se establece la liberalización del flujo de datos, un Estado nacional no podrá establecer la protección de datos online de sus ciudadanos. Esto hay que ponerlo en contexto: los economistas dicen que los datos son el nuevo petróleo, por lo tanto se trata de un recurso estratégico. Estados Unidos presiona para que se defina que la propiedad del dato tiene que ver con el lugar en dónde está alojado el servidor que lo contiene, que en general está en Estados Unidos”.