Una noche negativa en la altura de Ibagüé, en Colombia, fue decisiva para dejar fuera de competencia a Banfield en la Copa Sudamericana. En el partido de ida, en el sur del Gran Buenos Aires, el equipo de Julio Falcioni desperdició muchas situaciones de gol y el 2-0 final le quedó corto al desarrollo del partido. Anoche, el atildado equipo colombiano marcó tres tantos, dos en el primer tiempo y un golazo de tiro libre de su mejor jugador, Rodrigo Marangoni, en el complemento, y pasó a los cuartos de final del certamen, en el que se enfrentará contra Independiente o Defensor Sporting, que definen su serie el martes próximo.

El desarrollo no dejó dudas. Banfield jugó un débil encuentro y se enfrentó a un equipo muy eficaz, que atacó poco pero que aprovechó las situaciones que se le presentaron. Antes del entretiempo, los colombianos ya habían descontado la ventaja (Medina eludió a Bologna para el 1-0 y luego Marrugo la acomodó junto a un palo) frente a una versión muy floja de un conjunto generalmente sólido, que dio ventajas en defensa, que no desequilibró de media cancha hacia delante y que ni siquiera supo aprovechar el hombre de más que tuvo durante casi media hora.

Cuando Bustamante regaló una falta cerca de su área, Marangoni la clavó de zurda en un ángulo, amplió el marcador a un resultado que hacía imposible, ya, la definición por tiros del punto del penal. Falcioni movió el banco, pero no encontró variantes suficientes como para que su equipo pudiera señalar el gol de visitante que lo hubiese clasificado mágicamente. A esa altura, con el cansancio y el desgaste encima, se necesitaba un milagro. Ni el tiro final de Erviti lo consiguió.