DEPORTES › RACING Y CENTRAL, PUNTEROS DEL CLAUSURA, JUEGAN EN AVELLANEDA

Cuando sólo les queda mirar hacia arriba

Es el duelo que se destaca en el cierre de la quinta fecha, que se jugará a estadio repleto.
Pero no pueden descuidarse, porque si empatan y Boca le gana a San Lorenzo en el Bajo Flores, el equipo de Carlos Bianchi alcanzará la punta del torneo. River, recién llegado, recibe a Estudiantes.

 Por Pablo Vignone

“The only way is up” debe pensar, con su insuperable dejo londinense, Osvaldo Ardiles en la soledad de su habitación en la concentración del hotel Conquistador, imaginando que sigue tirado en una reposera en el Hyde Park soñando con que el futuro sólo tiene marcado un camino ascendente. Mientras disfruta su romance con la hinchada de Racing, que lo sueña piloteando un jet hacia Tokio en diciembre –con la complacencia de la gerenciadora del club, que refresca con estos éxitos el sonido de su registradora– Ardiles se acostumbra a la miel del micrófono antes que a dar explicaciones, como le ocurría tan menudo durante el torneo anterior. Y si el único camino es arriba, esa confianza inexpugnable que parece estar generando a su alrededor este Racing by Pitón puede desembocar en una victoria gloriosa esta tarde, ante Central, en un estadio a reventar, que asegure la exclusividad de la punta del torneo en un presente para envidiar, con invicto en la Libertadores y a pocos días de celebrar un siglo de vida, con fiesta de fútbol.
“Que los demás se preocupen por Racing es muy positivo –reflexiona Ardiles como prueba de esa confianza– porque significa que el nuestro es un papel protagónico en el campeonato”. El cordobés de origen británico se ha hecho acreedor de las bondades de un sistema que, a contramano de lo que pensaba la cátedra futbolística –por eso de que pelear campeonato y Copa a la vez quita calidad de competencia– le ha solucionado más un problema. Cosa que, a la inversa, no le resulta a su colega Manuel Pellegrini y sí le funciona casi de manera similar a Carlos Bianchi.
La rotación de jugadores, esta nueva práctica que ensayan los tres entrenadores –y que a Ardiles le ha dado más frutos que a los otros dos– le ha permitido tener en competencia a todo su plantel, afilando el nivel de rendimiento de los jugadores –así, por ejemplo, recuperó a Luis Rueda, hoy el mejor delantero de Racing–, haciéndolos partícipes a todos del esfuerzo, y mientras tanto evitando la recaída física tan temida, por forzada continuidad de partidos. Por eso, el equipo que juega hoy es el mismo que venció a Talleres, pero tiene cinco cambios respecto al que derrotó al Oriente Petrolero boliviano. En los círculos íntimos racinguistas, ya se reconoce que este equipo juega mejor que el Racing campeón de Merlo, y gozan con la beatitud del plantel: salvo el entredicho con Claudio Paris (que le está costando una petit fortuna a Blanquiceleste sin jugar), Ardiles no tiene contras entre los jugadores, a los que no había convencido en los primeros meses de gestión.
Pero, cuidado, que Central, el otro puntero, es un equipo con secretos, como bien lo reveló esta semana La Nación: con Miguel Russo como técnico logró 10 puntos en cuatro partidos, contra los 9 que había conseguido en igual tramo del torneo anterior con César Luis Menotti al comando. Y claro, porque ahora con Russo el equipo juega con mayor cautela, apostando a sumar, en lugar de apostar alto a los puestos de vanguardia, como con Menotti; con Russo el equipo se entrena con mayor rigor físico, y no como con Menotti, que se trabajaba más liviano en tareas futbolísticas y con pelota; con Russo, el equipo se aleja del mundanal ruido, concentrándose 2en Granadero Baigorria, no en un hotel céntrico como en la etapa anterior; además, ahora el equipo es mucho más equilibrado, y no tan ofensivo, como con el Flaco. Todas ellas claves de una vanguardia que hoy puede ir a parar olímpicamente al diablo, si Racing le gana un partido ganable, quemándole los papeles al analista de La Nación, ya que en ese caso, mañana el equipo de Russo sumará 10 puntos en 5 partidos, dos menos que los que sumó el equipo de Menotti en igual cantidad de encuentros -porque en el Apertura, Central goleó 4-1 a Racing, al que ya comandaba Ardiles– y acaso obligue a cambiar de nuevo los puntos de vista acerca de qué suele ser más conveniente para ganar partidos.
Los hinchas de Central, en todo caso, habrán dejado por un día las discusiones interminables en los honorables bares de Rosario acerca decuál resulta la manera más efectiva de sacar resultados, y bajarán en masa a Avellaneda, adónde se calcula llegarán unos ocho mil canallas, dispuestos a darle un colorido fenomenal a un partido que sabe a atractivo tanto por lo que se supone que habrá dentro del campo como por lo que rodeará al encuentro.
“Se saldrá a la ofensiva desde el primer minuto. La idea es presionar, salir por los costados y atacar de manera constante”. Esa es la idea de Ardiles. De acuerdo a sus secretos, Russo pondrá un equipo más “equilibrado”: con cinco defensores, además del arquero, la cautela característica del equipo marcará el orillo original del partido de esta tarde. Será de Racing si sabe cómo forzar los caminos del gol. “The only way is up” piensa Ardiles. Será cuestión de que los jugadores se convenzan también, sepan o no sepan inglés.

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Osvaldo Ardiles, el entrenador de Racing, le está poniendo su sello al equipo de Avellaneda.
“La idea es presionar, salir por los costados y atacar de manera constante” aseguró el cordobés.
 
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