DEPORTES › LA DIRIGENCIA DE LOS CLUBES ARGENTINOS ANUNCIó AJUSTES EN SUS ECONOMíAS

Llegó el momento de tirar el achique

A partir de quedar más expuestos con el aumento recibido del Programa Fútbol para Todos, los directivos comenzaron con un plan de austeridad, que habrá que esperar para ver si es real. Si se concreta, es probable que haya conflicto con los jugadores.

 Por Gustavo Veiga

Por ahora es un amago. Es fútbol, y en un fútbol vapuleado, no podía ser de otra manera. Los dirigentes se reunieron en Ezeiza el martes, anunciaron ajustes en las economías de sus clubes, pero el único ajuste concreto, por ahora, lo sufren los socios con un aumento de cuotas –ya había empezado en 2011– y las entradas que los hinchas pagarán 25 por ciento más caras. La política de austeridad que se declama está por verse. O, en todo caso, es consecuencia del despilfarro de décadas. No es la primera vez que se anuncia. En esta ocasión, es porque la dirigencia quedó muy expuesta desde el último aumento que recibió del Programa Fútbol para Todos: 225 millones de pesos que significaron un 35 por ciento de incremento para las tesorerías. Pero el mayor foco de conflicto que se vislumbra es con los jugadores. Los contratos privados que decenas de ellos cobran en dólares serían pesificados. Y tampoco mantendrían un beneficio muy oneroso para los clubes, que ya no se harían cargo del Impuesto a las Ganancias. Todo indica que 2012 puede ser un año de conflictividad muy alta. Veremos.

En sus conclusiones sobre el año pasado, Sergio Marchi, el secretario general de Futbolistas Agremiados (FAA), escribió en la página web del sindicato: “Si hiciéramos el balance de 2011 de manera cronológica, diríamos que en el comienzo del año volvimos a encontrarnos con un montón de inconvenientes. Sabemos que acá nadie entra con soluciones. Normalmente llegan problemas y debemos tener el compromiso de resolverlos”. No parece que 2012 pueda superar estos parámetros. Sobre todo, cuando el endeudamiento irresponsable de los clubes continúa, a juzgar por la confesión de los protagonistas del siga siga. Lo adelantó Página/12 en sucesivas notas del 20 de noviembre (“El fútbol del despilfarro viene asomando”), 18 de diciembre (“Fútbol para todos, controles para nadie”) y 9 de enero (“En el fútbol argentino se elude hasta a los sabuesos”).

En Agremiados también confirman el dato: “Siguen los incumplimientos y hay clubes que deben hasta tres meses de salarios. El martes, cuando fue la reunión en Ezeiza, nosotros presentamos unas planillas para que se completen las deudas que tienen todos los clubes. La entrega de esa información vencía el mismo martes”, dice el asesor legal de FAA, José Confalonieri.

Varios clubes están jaqueados por compromisos impagos hace tiempo con los jugadores. “Independiente tiene siete pedidos de quiebra y en breve podría agregarse uno nuestro”, agrega el abogado, hijo de Juan Angel Confalonieri, un histórico letrado del sindicato –está desde 1965– que también señala: “Esto es consuetudinario, lo observo desde que entré a Agremiados, y tanto en los clubes de la A como del Ascenso”.

Marchi relevó durante la segunda semana de enero el estado de las deudas. Varios de sus colaboradores, todos integrantes de la conducción de FAA, juntaron la información necesaria que debería ser comparada con las planillas que recibieron los dirigentes en la AFA. El secretario general es el único que tiene la cifra global en la cabeza. Una de las que más intimidan a los clubes, porque el gremio cuenta con herramientas para paralizar la utilización de refuerzos –las inhibiciones impiden que se registren nuevos contratos– en este cierre de temporada cuando se definen los temidos descensos. La otra suma que preocupa es la que en conjunto se le adeuda a la AFIP: son 274.794.025 pesos. Prácticamente ninguna de las 61 instituciones de las tres principales categorías (Primera, B Nacional y Primera B) zafa en este rubro. El dato llamativo es que la AFA encabeza el ranking de morosos con el fisco. Le adeuda 47.756.468 pesos. Casi el doble de lo que debe River (24.477.185), el club que figura al tope del incómodo ranking.

Independiente, San Lorenzo, Rosario Central, Huracán y Chacarita, por citar un puñado de ejemplos, son los casos más complicados que tiene Agremiados en carpeta. Marchi sabe cómo tratar estos temas. Cuando era futbolista del club de Boedo integró aquel equipo del Bambino Veira al que llamaban “los camboyanos”, donde era muy difícil cobrar. En la AFA designaron al presidente de Lanús, Nicolás Russo, y al vice de Vélez, Julio Baldomar, para estudiar la dolarización de los contratos de los futbolistas y la cuestión impositiva. Serán ellos los que deberán hacer una síntesis propositiva que reformule –como se planteó en Ezeiza– ambos problemas.

Las relaciones entre la asociación que preside Julio Grondona y Agremiados se rigen por el Convenio Colectivo de Trabajo 557/09. En el marco de esa ley se establecieron los básicos para cada categoría considerada profesional que hoy son 3300 pesos para la Primera B y el Argentino A, 4100 pesos para la B Nacional y 5300 para Primera A. Estos montos fueron homologados el 1º de julio del año pasado. Pero en rigor, no son los que percibe la mayoría de los jugadores, sobre todo en las categorías más grandes. Sí, en cambio, por ellos se rigen los contratos registrados en AFA y los acuerdos privados, que en decenas de casos están dolarizados y fijan que el Impuesto a las Ganancias corra por cuenta de los clubes.

“‘Yo quiero el sueldo libre’, suelen pedir los jugadores y los clubes acceden. Ese acuerdo es el que no se registra en la AFA y donde se pone la cláusula por la cual los dirigentes se harán cargo de pagar el Impuesto a las Ganancias. Pero si la AFIP intima a un futbolista y éste aduce que tiene un convenio privado firmado, el Estado igual le va a decir que es el principal responsable”, describe, didáctico, Confalonieri padre.

Cuando este tipo de contratos no se cumple y los clubes evaden el compromiso de liquidar el tributo que les corresponde a los jugadores, empiezan los problemas. En 2011, Agremiados tuvo que resolver unos 300 conflictos gremiales mediante inhibiciones y negociaciones. La cuestión es que lo que benefició a las instituciones por un lado –el Programa Fútbol para Todos–, por otro las dejó más expuestas ante la mirada del Estado, su socio en los derechos televisivos que debe controlarlas. Y el despiplume se acentúa cuando despilfarran los dineros públicos que tienen como objetivo sanear sus economías. Por eso ya se habla de ajuste, de pesificación de contratos, de que cada uno pague sus propios impuestos. A los dirigentes les vendría como un traje a medida poner en práctica aquel título de una película de Spike Lee, filmada en 1989: “Haz lo correcto”. Pero parece que les cuesta mucho.

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Rodolfo Molina, ex presidente y actual vice de Racing, antes de la reunión del martes en Ezeiza.
Imagen: DyN
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