DEPORTES › INDEPENDIENTE NO REPITIO SU GRAN ACTUACION ANTE BOCA, PERO LE GANO 2-0 A BELGRANO

Cantó el infierno está encantador

El equipo de Díaz no jugaba bien ante los cordobeses, pero se despertó de golpe y con tantos de Farías y Monserrat consumó su segunda victoria en el Clausura. Los hinchas, enloquecidos, alentaron sin parar y pidieron para el delantero: la Selección.

Frente a sus hinchas, que con el envión de la hazaña del domingo pasado en la Bombonera llenaron el Libertadores de América, Independiente consiguió confirmar su despertar con una victoria por 2-0 ante Belgrano. No fue bueno el partido, pero eso no pareció importarle a nadie. El trámite marchaba hacia un empate clavado y aburrido, pero apareció el goleador, Farías, y abrió el camino, el mismo que sobre el final tomó Monserrat para poner el 2-0 definitivo que terminó de desatar la fiesta en las tribunas. “Para Farías, la Selección”, se escuchó en la caldera.

Lejos, bastante lejos estuvo el equipo de Díaz frente a Belgrano de lo hecho en la Bombonera. El nivel de juego fue tan bajo, que no extrañó que al cabo de la primera parte las llegadas a los arcos se podían contar con los dedos de una mano. Incluso fueron los cordobeses los que, salvo un cuarto de hora en el que los de Avellaneda consiguieron dominar el desarrollo, habían estado más cerca de abrir la cuenta.

Precisamente, una buena intervención del arquero Rodríguez le ahogó el grito a Giménez, quien había sacado un buen remate. El juego de Independiente se diluía en la intensa lucha del medicampo, y por eso la pelota llega poco a la zona de peligro. Sin embargo, en una carambola, el Rojo estuvo cerca del gol, aunque la mejor chance la generó el Patito Rodríguez, amagando en el área y sacando un centro que Velázquez conectó con un violento remate que se le fue apenas desviado. La última fue para Belgrano, Marco Pérez aprovechó una ley de ventaja pero su remate se le fue a las nubes.

Belgrano arrancó mejor la segunda parte, y estuvo otra vez muy cerca con un remate de Giménez que sacó el arquero Rodríguez, en otra buena intervención, y cuyo rebote no llegó a tomar bien Almerares. A Independiente le llevó varios minutos volver a hacer pie en la cancha y para cuando lo logró, volvió a dominar el desarrollo, aunque no conseguía generar peligro frente al arco de Olave, que respondía bien.

Entonces aparecieron los hinchas del Rojo, como queriendo hacer memoria, para mandar al equipo al ataque. Pero Patito Rodríguez no era el mismo, y hasta el DT Díaz se mostraba ofuscado. Eso hasta que, de golpe, como un rayo en la noche, en jugada de pelota parada, apareció Farías para iluminar el camino y abrir la cuen-

ta con un cabezazo. Los hinchas, agradecidos, felices de ser testigos del renacer. Y pudo ampliar el Tecla unos minutos más tarde, pero esta vez Olave se la tapó. No importó, porque el pibe Monserrat, que se había perdido una chance a los 85, insistió a los 87 y esta vez no falló ante Olave y puso el 2-0 para terminar de desatar la alegría absoluta de sus hinchas.

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El Tecla Farías festeja su gol, el que abrió el camino para la segunda victoria del Rojo en el Clausura.
 
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