DEPORTES › LA SITUACIóN DE LA F1 EN BAHREIN

Se corre o se corre

 Por Pablo Vignone

En el Emirato de Bahrein, la situación política está como en 2011, informa Amnistía Internacional. En 2011 se suspendió el Grand Prix de Fórmula 1. En 2012, en cambio, irá para adelante, desde mañana.

Iguales, o peores: desde hace un mes que la policía reprime con gas lacrimógeno. El año pasado pedían por una liberalización del régimen; este año piden directamente acabar con él. A tres días del arranque oficial de la actividad, en el tercer día del funeral del fotógrafo muerto hace dos semanas por el accionar represivo, volvieron a estallar los disturbios en Manama. Los manifestantes gritaban: “La carrera se realizará sobre nuestros cadáveres”.

El año pasado, la carrera no se disputó, pero los organizadores pagaron de todas maneras el derecho económico. El único piloto que se opuso a la carrera fue Mark Webber. Este año, se escuchó a Michael Schumacher decir que se sentía “muy relajado”. A quienes no se escuchó fue a los pilotos de McLaren, Jenson Button y Lewis Hamilton. Quizás el hecho de que un consorcio bahreiní cuenta con el 40 por ciento de las acciones del grupo McLaren tiene algo que ver con el silencio. El director deportivo de la escuadra, Martin Whitmarsh, fue el primero en llegar a Bahrein, el lunes.

“Que decida la FIA”, se escuchó en general. Y la Federación decidió que estaban dadas las condiciones para correr en Bahrein. La FIA recibe mucha información: se la suministra la elite que gobierna el país y que, de paso, es dueña de la carrera, el único acontecimiento internacional de importancia que se lleva a cabo en el pequeño emirato de 600 mil habitantes, de minoría gobernante sunnita y mayoría chiíta.

“Acá me siento más seguro que en Londres”, mandó decir un ex jefe de policía de Scotland Yard, John Yates, en Manama. Allí vive, contratado por el Ministerio del Interior como asesor de la policía local. Es una de las fuentes que usó la FIA para decidir que se puede seguir adelante con el Grand Prix.

Hace dos años y medio que Jean Todt accedió a la presidencia de la FIA, con promesas de renovación, sucediendo al vituperado Max Mosley. La votación final fue de 135 votos contra 49. Uno de los principales operadores del francés en la elección fue el sheik Abdullah bin Isa al Khalifa, que forma parte de la familia real de Bahrein. Ocupa hoy uno de los puestos clave en el Consejo Mundial del Automovilismo en la FIA.

Todt ya era presidente de Ferrari cuando el equipo italiano contrató a Felipe Massa como segundo piloto. Su manager es hoy el mismo que entonces: se llama Todt, Nicolas Todt, y es el hijo de Jean...

Además, Nicolas tiene intereses en la GP2, la categoría telonera de la Fórmula 1. Es copropietario del equipo ART, que ganó títulos con pilotos como Nico Rosberg, Lewis Hamilton y Niko Hulkenberg y este año tiene corriendo a Esteban Gutiérrez, el mexicanito al que también apoya Carlos Slim (el hombre más rico de América latina) y que tiene un pie puesto en Sauber, que usa motores de Ferrari... Demasiados intereses en danza.

Uno de los socios de Nicolas Todt se llama Salman bin Hamad al Khalifa. Es nada menos que el príncipe gobernante del pequeño país... Y la GP2 correrá tanto como la Fórmula 1 este fin de semana en Bahrein.

Parece que no había este año ninguna posibilidad de que la carrera se suspendiera...

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