DEPORTES › NADAL Y FEDERER SE CRUZARAN EN LAS SEMIFINALES DEL ABIERTO DE AUSTRALIA

El viejo clásico, con condimentos nuevos

El español, con la mano ampollada, superó con muchísimo esfuerzo al búlgaro Grigor Dimitrov, que lo tuvo en jaque hasta el cuarto set. Y el suizo, rejuvenecido, le ganó con autoridad a Andy Murray. La otra semi la jugaban Berdych y Wawrinka.

 Por Sebastián Fest

Desde Melbourne

Todo es posible en Australia: un número uno del mundo que juega con la mano sangrando y gana. Un veterano, quizás el mejor jugador de todos los tiempos, feliz como un “teenager” y también termina victorioso. Son Rafael Nadal y Roger Federer, rivales en las semifinales en una noche de lujo en Melbourne.

Mientras el suizo Roger Federer cerró la noche australiana derrotando con autoridad al británico Andy Murray 6-3, 6-4, 6-7 (6-8), 6-3, el español Rafael Nadal sufrió como pocas veces para batir al búlgaro Grigor Dimitrov por 3-6, 7-6 (7-3), 7-6 (9-7), 6-2 y pasar también a semifinales del Abierto de Australia. “Espero que ustedes lo hayan disfrutado, yo sufrí un montón”, dijo un sincero Nadal al público tras un partido de difícil explicación y que Dimitrov dejó con lágrimas en los ojos una vez que la derrota estaba consumada.

El búlgaro, de 22 años y 22 del ranking mundial, mostró todo su repertorio y, en sus primeros cuartos de final de Grand Slam, ese revés con slice que cada vez más admiración genera en el circuito. Estuvo muy cerca de ganar y por eso no sólo lloró en la cancha, sino también en su encuentro con los periodistas.

El partido de Nadal fue sumamente extraño. Durante buena parte de la tarde no se movió bien, pisaba con cuidado y dudas y pegaba los tiros con el brazo, sin usar el resto del cuerpo. Sacaba además 170 kilómetros por hora, muy por debajo de lo habitual, incluso a 140 o 130 en el segundo servicio. Una ampolla sangrante en la mano izquierda era la explicación. “Nadal tiene problemas con la ampolla en la mano. No sé cómo es humanamente posible que juegue con eso”, se asombraría horas después el alemán Boris Becker.

Por eso, pese a que Nadal le saca una ventaja de 22-10 en los enfrentamientos personales, Federer está entusiasmado. “Lo estoy esperando, sé que va a ser un buen partido, duro, brutal, todas esas cosas”, pronosticó Federer, ex número uno del mundo y actualmente sexto en la clasificación. “Con Rafa tuvimos partidos épicos y tuvo un regreso increíble el año pasado tras siete meses fuera por lesión”, añadió un Federer visiblemente feliz que no dejó de bromear con el ex tenista Jim Courier, su entrevistador en el Rod Laver Arena. “Fue duro, estaba sentado ahí en la silla, pensando en que podría ya estar hablando contigo. Pero no, estaba preparando el cuarto”, dijo el suizo ante las risas del público.

Federer llegó así a su undécima semifinal consecutiva en Australia, muy por encima de las seis del estadounidense Ivan Lendl –entrenador de Murray– y de las cinco del sueco Stefan Edberg, su coentrenador desde este año. El suizo llegó incluso a burlarse de sí mismo. “Probablemente yo sea uno de los tipos que más break points pierde. Pierdo uno, busco otro, pierdo otro, sigo buscando, intento algo. Pero nunca pierdo la compostura.”

Con los aplausos de un público abrumadoramente inclinado a su favor aún sonando en sus oídos, Federer analizó su confianza en el inicio de temporada tras un 2013 de pobres resultados en el que sólo ganó un torneo menor. “Comparándola con mis años buenos... Estoy mucho más arriba que el año pasado. No estaba bien físicamente. Andy tenía algo hoy también, podía jugar, sí, pero no es lo mismo. Estoy simplemente feliz de estar jugando aquí”, cerró el suizo.

“Estoy orgulloso de la forma en que luché”, aseguró por su parte Murray, quien se apresuró a decir que su espalda estaba “bien”. “No sé cuántos jugadores llegarían después de una operación de espalda y ganarían el primer Grand Slam que juegan”, dijo –ante la presión de la prensa de su país– con cierto sarcasmo el británico, que se perdió la parte final de 2013 debido a una intervención quirúrgica.

Así, las semifinales se dividen entre un duelo que marca al tenis desde hace una década –Nadal vs. Federer– con otro más inesperado, el que libraban desde las 5.30 el checo Tomas Berdych y el suizo Stanislas Wawrinka. Edberg cree tener una fórmula para evitar una nueva derrota de Federer. “Dice que tiene algunas ideas, así que espero a lo que vaya a decir”, reveló el suizo. Pero Nadal es, con ampolla incluso, el gran favorito para llevarse el torneo: la estadística de sus partidos con los otros tres semifinalistas le da un abrumador 51-13 a favor. El español, feliz también con estar en semifinales en un torneo que un año atrás no pudo jugar debido a una lesión, busca sin embargo soluciones. “Tengo que encontrar la solución para evitar esa sensación de que la raqueta se me va a salir volando. Siento que se me puede escapar la raqueta y es una sensación terrible, porque no aceleras como lo harías, y entonces pierdes coordinación en el saque”, afirmó el número uno del mundo.

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