DEPORTES › LOS GERMANOS VENCIERON 1-0 A FRANCIA Y JUGARAN CON BRASIL POR UN LUGAR EN LA FINAL

Fue tan clásico como Alemania en semifinales

El duelo de vecinos europeos resultó apretado, pero terminó prevaleciendo el conjunto de Löw por un cabezazo de Hummels y la gran actuación del arquero Neuer. Así los teutones llegaron a 12 semifinales en los últimos 16 mundiales.

Desde Río de Janeiro

Los ocho campeones del mundo se dieron cita, como nunca antes, en esta Copa del Mundo. Cuatro de ellos (España, Inglaterra, Italia, Uruguay) naufragaron antes de los cuartos de final. Este fue el único choque de esa instancia que enfrentó a dos de ellos. En el final, y como en 1982 y 1986, Alemania prevaleció sobre Francia, en un partido con un correcto arbitraje de Néstor Pitana. Al cuadro teutón, otra vez entre los cuatro primeros de un Mundial (por duodécima ocasión en los últimos 16 torneos) lo salvó el oportunismo y su arquero Neuer. Al equipo de Didier Deschamps, en cambio, le faltó audacia para creerse de entrada que podía ganar el lance con más fútbol que un rival que acabó agotado.

No está claro si fue una victoria completamente justa. Alemania tuvo menos situaciones de gol que Francia, que lo tuvo al borde del empate durante casi todo el complemento, cuando sus oponentes –que venían con varios jugadores disminuidos desde lo físico– parecían haberse fundido en las rigurosas condiciones climáticas (26 a la sombra, 88 por ciento de humedad) en las que se disputó este primer topetazo de cuartos de final.

Que no lo haya empatado, forzando a un alargue, dependió más de la increíble forma de Manuel Neuer que de la falta de justeza del ataque francés. La tapada del final, con una sola mano frente a un zurdazo de Benzema, fue apenas un resumen de lo que había hecho en la última hora del encuentro en base a reflejos y buena ubicación, como dos veces antes con el delantero del Real Madrid, una a Matuidi (que jugó de regalo después de la patada impune que le pegara al nigeriano Onazi en el anterior partido de octavos, causándole fractura de tibia y peroné) y otra a ese clon de Alain Giresse apellidado Valbuena.

Mientras tuvo piernas, Alemania fue respetuosa con la pelota, marcó la diferencia, pero dejó la imagen de un equipo vulnerable. Bien Hummels en el fondo, aceptable lo de Khedira y Schweinsteiger en la primera parte para cortar y distribuir, arriba en cambio no anduvieron bien ni Müller ni Klose (a quien el técnico Löw le dio poco más de una hora para que se convirtiera en el goleador record de la historia de los mundiales y después lo cambió sin piedad), mientras que Ozil demostró el pobre nivel que viene exhibiendo en esta Copa del Mundo. Schürrle, el reemplazante de Klose, desperdició dos veces la chance de liquidar el partido, pateando sin convicción solo frente a Lloris y rematando al pecho de Varane.

Löw había ubicado, por primera vez en todo el Mundial, a Lahm como lateral derecho, para usarlo como alternativa de ataque juntándolo con Müller, pero fue por esa banda que los franceses pasaron para pisar el área con peligro.

Apagados Pogba y Matuidi, Griezmann mejoró en el complemento para juntarse con Valbuena y cambiarle la cara al ataque galo. Quizás Francia pagó demasiado caro el esquema muy conservador del arranque, cuando paró una línea de cinco volantes y dejó muy solo arriba a Benzema, regalando pelota e intenciones de ataque. En ese cuarto de hora inicial, la actitud cautelosa no le dio dividendos: debió tragarse el único gol del encuentro (centro corriente de Kroos, cabezazo de Hummels ganándole a Varane) y cambiar el chip le llevó su tiempo. Lástima: el campeón mundial de los himnos se quedó afuera de la Copa. Y los ganadores de todos los partidos de fútbol, según el inglés Gary Lineker, se verán las caras con Brasil por un lugar en la final.

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