DEPORTES › EL 6 DE JUNIO EN BERLíN

Messi o Tevez

 Por Pablo Vignone

Naturalmente es el partido que más enciende la expectativa en esta primera mitad del 2015, sin necesidad de tener en cuenta ingredientes o aditivos. Pero la final de la Champions League, el próximo 6 de junio, en el Estadio Olímpico de Berlín, los posee y son irresistibles: se miden el Barcelona, probablemente el equipo de más alto rendimiento en el planeta en este momento, y la Juventus, el campeón italiano; cada uno lleva a territorio alemán un par de jugadores argentinos, pero dos de ellos, Lionel Messi y Carlos Tevez, pueden ser considerados sin lugar a dudas los líderes de ambos conjuntos. No sólo eso, ya que algo más que la subjetividad indica que son los dos mejores futbolistas argentinos en la actualidad.

El choque acaso no guarde la equivalencia que podría suponer una final entre el Barcelona o el Real Madrid, eliminado por la Juve, o el Bayern Munich, dejado de lado por los catalanes en una especie de final anticipada que los alemanes perdieron hidalgamente, teniendo en cuenta que aunque diezmados por las lesiones se las compusieron para cortarle al Barcelona una racha de diez victorias consecutivas en la Champions. Pero habrá que verlo en el campo de juego: el italiano, acaso el más débil de los semifinalistas, cuenta con una o dos premisas para aspirar a ganar su primera Champions en 19 años. Uno de esos argumentos es argentino.

El protagonismo de ambos ídolos argentinos, Messi y Tevez, está fuera de cualquier discusión, lo mismo que su incidencia en el rendimiento de cada equipo. El rosarino marcó 10 goles en 12 partidos y va camino a ser el goleador de la Champions si anota en la final, para desempatar la vanguardia de la tabla de artilleros que comparte con Cristiano Ronaldo. Esa es una módica prueba de la manera notable en la que levantó su rendimiento en los últimos meses, luego de aclarar algunos tantos con el entrenador Luis Enrique, dentro de un conjunto que cambió su manera de jugar, que elige elaborar menos juego en el mediocampo para recargar el peso sobre la ofensiva sudamericana que componen Messi, Luis Suárez y Neymar. “Nos pasamos los últimos años preguntándonos qué sería de Messi sin Iniesta ni Xavi. Este año nos contestó: sigue siendo el mejor”, asegura Jorge Valdano.

Ese Barcelona marcó 26 de sus 28 goles desde dentro del área: su ataque corta como un cuchillo la entereza de las defensas rivales y define debajo del arco. Su versatilidad le permitió a Messi marcar 5 goles de zurda, 4 con la derecha y 1 con la cabeza; su peso es indudable pero su respaldo cuenta: Neymar marcó 9 goles, Suárez 5, y entre los tres señalaron 24 de los 28 goles de la temporada. La puesta a punto física del Barcelona, imprescindible para llevar a cabo con éxito el planteo que propuso Luis Enrique, también extremó el rendimiento del rosarino: “Messi sólo necesita sentirse cómodo físicamente y una pelota para ser el mejor del mundo. En el Mundial falló la primera condición y aun así fue importantísimo”, recuerda Valdano.

Mejor rodeado y preparado, Messi cuenta con un indudable plus de favoritismo respecto de Tevez. Pero el astro de la Juventus no tiene tanto para envidiarle. Como mediapunta marcó, en otros 12 partidos, 7 tantos (apenas tres menos que el rosarino), aunque uno fue de penal y sólo uno de zurda. Es la carta máxima de gol de su equipo, porque Alvaro Morata, el 9 titular de la Juve, señaló 4 tantos. Si de despliegue se trata, a los 31 años Tevez puede correr más que Messi, como lo demuestra la estadística. Lleva recorridos 113 kilómetros en los 1066 minutos que estuvo en la cancha, bastante más que los 98 plus que Messi corrió en 1057 minutos. La Gazzetta dello Sport sugirió después de la semi contra el Real Madrid, que “el argentino tiene siete pulmones”.

Con apenas 16 goles en los 12 encuentros que jugó para arribar a la final, probablemente Juventus dependa más de Tevez que Barcelona de Messi. Pero hasta esa afirmación puede ser discutible. Basta recordar cómo el conjunto catalán precisó del rosarino para destrabar el partido contra el Atlético Madrid que lo consagró campeón de la Liga.

El Barcelona es amplio candidato, la Juve precisará jugar un partido prácticamente perfecto para sostener su sueño. Con Buffon en el arco, con una férrea zaga de tres –Bonucci, Barzagli, Chiellini–, dos laterales abiertos como Lichsteiner y Evra y con volantes de manejo –Pirlo, Pogba, Vidal–, opondrá seguramente el 3-5-2 al 4-3-3 del Barcelona. El entrenador Massimiliano Allegri se juega sus cartas a controlar a como dé lugar el mortífero ataque catalán, para mantener la esperanza, y a confiar en el coraje y la picardía de Carlitos, para cristalizarla.

Pero todo puede derrumbarse en un santiamén con una sola aparición de Leo.

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