DEPORTES › HUGO CORRO MURIO AYER POR UN EDEMA PULMONAR

Se fue en silencio

El ex campeón mundial de los medianos tenía 53 años y estaba internado en una clínica mendocina.

 Por Daniel Guiñazú

En silencio vivió, en silencio atravesó su breve momento de gloria, y en silencio se fue. A los 53 años, víctima de un edema pulmonar que lo mantenía desde hace días internado en el hospital del Carmen de la ciudad de Mendoza, su provincia natal, falleció en la madrugada de ayer Hugo Pastor Corro, el ex campeón mundial de los medianos en la versión de la Asociación y el Consejo entre 1978 y 1979.

Nacido el 5 de noviembre de 1953 en la localidad de Eugenio Bustos, departamento de San Carlos, en la provincia de Mendoza, Corro desarrolló toda su carrera a la sombra de la inmensa figura de Carlos Monzón. Como él, era mediano. Y esa situación histórica, sumada a su carácter taciturno, poco afecto a las palabras y a los gestos espectaculares, lo mantuvo aparte del ruido grande del boxeo de los años ’70. Pupilo calificado durante toda su carrera del entrenador Diego Corrientes, Corro fue un típico exponente de la escuela mendocina de boxeo. De muy buena línea, pero sin contundencia ni carisma. El exigente público del Luna Park siempre apreció su calidad. Pero nunca lo tuvo entre sus preferidos, atraído como estaba por el propio Monzón, Galíndez, Locche, Castellini y Saldaño, los supercracks de la época.

Corro fue un campeón de transición. Reinó de paso a fines de los años ’70 después del ciclo brillante de Monzón y antes del de Marvin Hagler. Nadie habrá de recordarlo entre los más grandes. Su mayor virtud fue, también, su mayor defecto: peleaba para él, hacía sólo lo justo y lo necesario para ganar. El 22 de abril de 1978, menos de nueve meses después del retiro de Monzón, Corro tuvo su chance ante el colombiano Rodrigo Valdez en el teatro Ariston de San Remo, en Italia. El combate no fue televisado en directo a la Argentina, tan poca era la fe se que se le tenía. Pero el mendocino estuvo a la altura de las circunstancias. Y con inteligencia, vigor y coraje sorprendió al mundo ganando por puntos en 15 asaltos.

Expuso ese año su corona con éxito en el Luna Park ante el estadounidense Ronnie Harris y en el desquite ante Valdez, siempre echando mano a su estilo frío pero efectivo. Y el 30 de junio de 1979 en Montecarlo, el italoamericano Vito Antuofermo le quitó el título luego de una actuación abúlica. Ya no era el mismo de antes de consagrarse campeón. Luego de ese traspié, cansado de los rigores del boxeo y con buen dinero en sus cuentas, se mantuvo inactivo durante dos años. Volvió en 1981 ganando una pelea y perdiendo otra y se retiró hasta 1988, cuando apurado por sus urgencias financieras emprendió el regreso, peleando como mediopesado. Dos derrotas por nocaut ante Juan Domingo “Martillo” Roldán y Hugo Corti le pusieron punto final a una carrera de 59 peleas con 50 triunfos (26 antes del límite), siete derrotas y dos empates. En los últimos años, se dedicó en Mendoza a la enseñanza del boxeo en el gimnasio de su hermano Osvaldo, hasta que ayer entró en el pasado, dejando en el recuerdo su simpleza de buen tipo y la habilidad de su boxeo.

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La pose de Corro. Pura habilidad.
 
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