DEPORTES › CENTRAL SE IMPUSO 2-0 A INDEPENDIENTE EN EL GIGANTE DE ARROYITO

Encontró oxígeno a costa del Rojo

Con dos muy buenas definiciones del colombiano Arzuaga, el equipo de Madelón se llevó un triunfo fundamental para tratar de escaparle a la promoción. Lo de Avellaneda fue pobre, sin reacción ante la adversidad. Expulsaron a Borzani y a Matheu.

Central consiguió un triunfo fundamental para sus aspiraciones de mantener la categoría al ganarle 2-0 a Independiente, que volvió a mostrar una pálida imagen como visitante. El colombiano Arzuaga, con dos muy buenas definiciones, marcó los goles de los rosarinos, que sufrieron la expulsión de Borzani. En Independiente vio la roja Matheu.

Las urgencias de Central resultaron claves para entender el desarrollo del partido. Es que en los primeros minutos los rosarinos salieron dispuestos a llevarse por delante a un adversario que se mostró sorprendido por el planteo del rival. La apuesta de Central era sencilla. La idea era buscar por los costados, sobre todo por el derecho, con la subida de Tomás Costa, para tratar de desequilibrar. Y lo cierto es que lo consiguió a medias. Porque es verdad que parecía que podía desbordar a Independiente. Pero al mismo tiempo le faltaba claridad como para demostrarlo en los hechos.

Claro que hubo un factor determinante para no saber realmente cuál hubiese sido la realidad ante esa hipótesis: el curioso gol que anotó Arzuaga. Herrón intentó despejar, pero tuvo tanta mala suerte que la pelota le pegó en la espalda a Brazenas y lo que era un rechazo a cualquier parte se transformó en una habilitación perfecta para Papa, con toda la defensa de Independiente a contrapierna. El lateral envió el centro para el colombiano, que paró el balón con la derecha y definió de zurda ante la salida de Assmann.

Lo cierto es que el sorpresivo gol que consiguió Central cambió el panorama del partido. Otra vez las urgencias del equipo de Madelón entraron en escena. Con la ventaja, la búsqueda frenética de los primeros minutos cambió de manera notable para una actitud mucho más especulativa, para defender ese tanto que valía oro. Fue por eso que Independiente consiguió salir del asedio y adelantarse en el terreno, aunque lejos estuvo de inquietar a Alvarez. Y como Central también se olvidó de atacar, el trámite se tornó monótono, con pocas chances de gol y mucha fricción en la mitad de la cancha.

Todo indicaba que el equipo de Troglio iba a salir con todo a buscar la igualdad. Sin embargo, no tuvo tiempo de demostrarlo cuando recibió otro golpe. Kily González manejó el contragolpe y cedió a Papa, que se fue por la izquierda y otra vez lo encontró a Arzuaga. Esta vez, el colombiano, en una perfecta muestra de sus recursos, recibió de zurda y resolvió de derecha para volver a someter a Assmann. Ya desesperado, Independiente apostó por los cambios y buscó ser más ofensivo. Tuvo chances, como el remate de Guillermo Rodríguez que se estrelló en el travesaño o el mano a mano que Alvarez le tapó a Sosa. Pero nunca encontró la claridad como para aspirar a la igualdad.

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Kily González aguanta la carga de Herrón. El volante rosarino fue una de las figuras.
 
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