Aunque no todos tuvieron la misma suerte que Lionel Messi, elegido por quinta vez como el mejor jugador de la temporada 2015 –una marca que le permitió superar su propio record para quedar a dos balones de oro su máximo competidor, Cristiano Ronaldo, y de grandes jugadores como Cruyff, van Basten y Platini, que como jugador fue otra cosa, por supuesto, que como dirigente–, el fútbol argentino estuvo por demás representado en la Gala de entrega de los premios de la FIFA.

Allí estuvo Jorge Sampaoli, que por su gran trabajo en el seleccionado chileno con el que obtuvo la Copa América estuvo ternado como mejor DT junto a Pep Guardiola, del Bayern Munich y Luis Enrique, del Barcelona, quien resultó ser el ganador. El premio lo entregó otro argentino, Carlos Bilardo, ex DT de la selección campeona del mundo en México 86.

Messi no pudo quedarse con el premio Puskas, que se entrega al autor del mejor gol del año. Se lo arrebató el brasileño Wendell Lira, con una media chilena con el que su equipo, el Gioanesia, le ganó al Atlético de Goiana. No parece mejor ese gol que el que postulaba al rosarino, un golazo en el que dejó a medio Atletic de Bilbao anotando el número de su camiseta en la final de la Copa del Rey. Pero no se puede hablar de injusticia.

Dicen que el gol de Lira lo vieron en vivo unas 342 personas y que a pesar de la alegría por el Puskas, el futbolista brasileño se queja de no tener club dónde jugar ahora y que remarca la ironía de no ganar ni de lejos los millones de euros que perciben al astro argentino. Algo es algo, les ganó a Messi y a Alessandro Florenzi de la Roma, que integró la terna gracias a un remate de 40 metros al Barcelona por la Champions.

Tampoco parece injusto que con los ternados Messi, Cristiano y Neymar en el equipo ideal se hayan quedado afuera Carlos Tevez y el Kun Agüero, tampoco tuvo lugar entre los defensores Javier Mascherano. Ese equipo lo completaron Manuel Neuer; Dani Alves, Thiago Silva, Sergio Ramos, Marcelo; Andrés Iniesta; Luka Modric, Paul Pogba.