ECONOMíA › AVANZAN HACIA EL ACUERDO DEL BICENTENARIO

Asoma el sol del 25

 Por Daniel Miguez

En el Gobierno sigue en pie la idea de formalizar el Acuerdo del Bicentenario el 25 de Mayo con las cámaras que agrupan a los empresarios agropecuarios o sin ellas. “Si incluye a los ruralistas tanto mejor; pero si no, se firma igual”, le dijo ayer a Página/12 una alta fuente de la Casa Rosada.

De todos modos, y aunque en el Gobierno aseguran que desde que los productores agropecuarios retomaron el lockout no volvieron a tener contactos extraoficiales, todavía ven posible que después del jueves próximo –cuando vence la medida de protesta– puedan sentarse a dialogar nuevamente. Es que estaban a un paso del acuerdo cuando todo se salió de cauce por la controversia de si el Gobierno reconoció o no errores en la implementación de las retenciones móviles. Por eso hay un moderado optimismo en que puedan regresar a las negociaciones en el punto que las dejaron el martes pasado.

Pero –desde la visión del Gobierno– todo depende de los productores agropecuarios, que buscaron romper la negociación aduciendo “presiones de las bases”. Por eso, la apuesta al diálogo para la presidenta Cristina Fernández de Kirchner “depende de cómo se desenvuelvan los ruralistas de acá al jueves”, según la definición de un ministro. Esto se traduce en que si vuelven a cortar el paso de camiones con alimentos en un intento de generar desabastecimiento y suba de precios como lo hicieron en marzo, el Gobierno endurecerá su posición. Pero si se mantienen al costado de las rutas y sólo frenan los camiones que llevan granos hacia los puertos para su exportación, la Casa Rosada propiciará el diálogo y mantendrá todos los beneficios que les fue concediendo desde que comenzó el conflicto.

Este último punto va en línea con la idea predominante en el Gobierno de no darles excusas a los ruralistas para que se victimicen. El mismo argumento que se usa al explicar la decisión de no recurrir a la fuerza pública para evitar los piquetes, la Casa Rosada lo extiende para fundamentar su plan de mantener los reintegros a los pequeños productores, la apertura del registro de exportaciones, el permiso para la salida de trigo, el reembolso de los gastos de fletes y los subsidios al gasoil.

El Gobierno tiene la sensación de que hay dos variables que por estos días están jugando a su favor. Por un lado, dice percibir –quizás apoyado en encuestas, a la que es tan afecto– que gran parte de la sociedad que en un principio apoyó el reclamo de los empresarios del campo ahora ya no está tan segura de ratificar ese respaldo, básicamente porque no entienden bien por qué volvieron a las medidas de fuerza. Por otro lado, advierte la fractura entre la dirigencia de las entidades y muchos de sus representados. La prueba de esto que ve el Gobierno es que hay productores que quieren enviar sus camiones con granos al puerto desoyendo la medida de fuerza y son detenidos en las rutas por quienes supuestamente representan sus intereses. Pero en el otro extremo del abanico de posiciones están los ruralistas, que juzgan como tibios o complacientes a sus dirigentes, lo que los obligó –según confesaron en privado– a decir que el jefe de Gabinete había admitido lo errado de las retenciones, generando la posterior desmentida y el regreso de la protesta.

Si bien los presidentes de las cuatro entidades tienen sus internas en cada organización, el más expuesto parece el de la Federación Agraria, Eduardo Buzzi, y eso en cierta medida en vez de favorecer, puede complicar los planes del Gobierno. Ayer en una asamblea de los afiliados a la FA en Gualeguaychú, en la que buscó mostrar que no tiene diferencias con el jefe local Alfredo De Angeli, Buzzi salió a cuestionar duramente al ex presidente Néstor Kirchner, de quien ahora esperan una respuesta igualmente dura el miércoles, cuando asuma como presidente del PJ en un acto en la cancha de Almagro. Para las aspiraciones de los más proclives al diálogo dentro del Gobierno, eso es una complicación. De todas maneras, en el Gobierno también anotaron como una buena noticia que Buzzi busca cada vez más diferenciarse de los presidentes de las otras tres entidades, lo que abre posibilidades de grietas en el frente de la dirigencia rural. Por ejemplo, ayer dijo que el modelo a seguir por la Argentina debería ser el de Evo Morales en Bolivia. No es difícil imaginar a qué distancia está el presidente de la Sociedad Rural, Luciano Miguenz, y sus compañeros de ruta, de semejante aspiración.

Por todo esto la posibilidad de que los ruralistas estén firmando el Acuerdo del Bicentenario es hoy una incógnita. Pero el Gobierno se afirma en avanzar con la idea porque todas las otras cámaras empresarias importantes ratificaron su voluntad de firmar el pacto. Entre ellas se encuentran la Unión Industrial Argentina, los banqueros de Adeba, la Cámara Argentina de la Construcción, la Cámara de Comercio, la Bolsa y muchas otras entidades de distintas actividades económicas, además de representaciones gremiales. De todos modos, algunas de ellas le hicieron saber al Gobierno que, puestos a elegir, prefieren que también estén ese día al menos la Sociedad Rural y la CRA.

El lugar y el formato del acuerdo aún no está definido; tampoco el escenario. Pero sí se sabe que la mayoría de los puntos de ese pacto apunta a aumentar la inversión y la producción con una batería de medidas y a no desalentar el consumo, pero con el compromiso de que todos contribuyan a estabilizar la inflación en índices razonables en relación con el nivel de crecimiento del PBI. Esos son los planes oficiales a hoy, 11 de mayo. Faltan dos domingos y en esta Argentina de tiempos voraces, 14 días es mucho tiempo.

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El acuerdo apunta a aumentar la inversión y la producción.
Imagen: Télam
 
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