ECONOMíA › DEBATE

Conocer para opinar

 Por Ana María Edwin *

En varios artículos publicados durante el fin de semana, el profesor Roberto Frenkel expuso una serie de consideraciones sobre la economía en su conjunto, algunas de las cuales se refieren al INdEC. Anticipa que de tomarse en cuenta sus recomendaciones sobre las mediciones del Instituto de Estadística, los resultados serán desfavorables al Gobierno. Resulta curioso que para que una estadística sea creíble deba ser necesariamente negativa, no ya para el Gobierno sino para el conjunto de la sociedad. A efectos de evitar nuevos errores de interpretación aclararemos algunos puntos, con el objetivo de aportar al debate de ideas, sugerencias y acuerdos.

En sus artículos, Frenkel sugiere que el IPC debe calcularse a partir de datos efectivamente relevados en el mercado.

Al respecto, el IPC-GBA base abril 2008=100 surge como resultado de la indagación de precios en cada uno de los locales seleccionados. Todos los días los encuestadores concurren a los negocios que les asignan y registran para cada variedad (con su especificación y atributos, es decir el máximo detalle posible) el precio del producto correspondiente. Si el precio de ese producto en ese negocio está o no acordado, no es un tema que el encuestador deba considerar.

Es erróneo pensar que en el cálculo del IPC se incorporan los precios acordados entre el Gobierno y las empresas.

Cuando Frenkel recomienda que se publiquen las sustituciones estacionales que se realizan en el IPC, desconoce el procedimiento que sigue el INdEC.

Acerca de los bienes que presentan comportamiento estacional, en el IPC se han elaborado cinco matrices en cuyas filas están todas las variedades de los grupos frutas, verduras, indumentaria exterior, indumentaria interior y calzado, y en las columnas los meses del año. Mientras la ponderación de cada uno de los cinco grupos es anual, las de las variedades que los componen son mensuales, por lo que no varían de un año a otro (por ejemplo la ponderación que el durazno tiene en el mes de enero de 2009 es la misma que tendrá en los meses de enero de los años subsiguientes). Es equivocado suponer que en el gabinete donde se calcula el IPC se van modificando las ponderaciones de acuerdo con las características del movimiento de los precios. Las ponderaciones de cada variedad con comportamiento estacional fueron predeterminadas para cada mes, de acuerdo con la información que surgió de la Encuesta Nacional de Gastos de los Hogares, y complementada con información externa de los mercados concentradores. Cabe acotar que este sistema recibió el reconocimiento explícito del Fondo Monetario Internacional, en ocasión de las reuniones mantenidas por las autoridades del INdEC y sus equipos técnicos con los expertos de dicho organismo internacional.

Respecto de la pretensión de publicar los precios medios de un conjunto de bienes de consumo cabe aclarar que los índices de precios son elaborados con el objetivo de medir la evolución de los mismos en el tiempo. Por lo tanto, publicar niveles absolutos de precios puede redundar en confusiones al interpretar la información. Por ello, en casi todos los países no se publican precios indicativos sino variaciones. El precio promedio de una determinada variedad (por ejemplo mayonesa) incluye diversas marcas, diversos tipos de envase, distinta cantidad contenida en el mismo, distinto tipo de comercio (hipermercado, supermercado, almacén, etc.) y diversidad de zonas geográficas en donde se relevan los precios. En consecuencia, publicar el precio promedio de todas esas variantes puede llevar a confusiones ya que no representa un precio sino, precisamente, la combinación de muchos de ellos. Cabe enfatizar que ésta es la práctica habitual y normal a nivel internacional.

El profesor Frenkel propone reabrir el acceso del público a las bases de la Encuesta Permanente de Hogares.

Sin duda, las mismas constituyen una fuente relevante de información para analizar la realidad social del país. De ellas se puede obtener información sobre tasas de actividad, empleo, desempleo e ingresos, entre otras. Por esa razón las bases que se pongan a disposición de los usuarios deben asegurar altos niveles de calidad.

El Indec está actualmente trabajando para permitir a los usuarios contar con las bases de datos correspondientes a las encuestas a hogares. Las mismas están siendo sometidas a un profundo análisis, ya que se detectó innumerable cantidad de errores, producto de la inexistencia de procesos de análisis e imputación de datos, de los que adolecía dicha información. A modo de ejemplo podemos consignar inconsistencias entre la edad de las personas y el nivel de estudios cursados (niños de 4 años en 5º grado de la escuela primaria), variaciones artificiales en los niveles de ingresos de personas con idéntico nivel de ingresos por no prorratear el aguinaldo, ingresos monetarios de los individuos mayores a los de los hogares que integran, etc. Estos, entre muchos otros problemas, no surgen de errores anecdóticos sino de la forma equivocada con la que se trabajaban las bases. En un plazo de 60 a 90 días esperamos tener concluido el análisis para poner a disposición de los usuarios información tan relevante.

Por otra parte, el autor de los artículos de marras se refiere a que el Indec debe revisar las estimaciones del EMI (Estimador Mensual Industrial) y el EMAE (Estimador Mensual de Actividad Económica).

En ese sentido, el INdEC publica mensualmente información provisoria de coyuntura, que tiene las dificultades propias de este tipo de indicadores y como tal pueden ser mejorables; pero de ninguna manera pueden sustituir la información completa trimestral referida a la evolución del Producto Interno Bruto. Incorporar mayor cantidad de datos para la elaboración de estadísticas (para lo que se necesita tiempo, elemento del que se carece al elaborar indicadores de coyuntura) redundará en mejores mediciones.

En definitiva, esperamos que las aclaraciones brindadas contribuyan a un más acabado conocimiento del proceso de producción de las estadísticas oficiales, a la vez que permitan nuevos aportes despojados de prejuicios e intereses distintos a los de brindar un servicio mejor a la sociedad.

* Directora del Indec.

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Imagen: Guadalupe Lombardo
 
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