ECONOMíA › LA CUPULA EMPRESARIA ARGENTINA CUESTIONA LA RELACION CON VENEZUELA PERO HACE NEGOCIOS CON EL GOBIERNO DE CHAVEZ

Antes que la ideología están los negocios

Las cámaras que encabezan condenan toda proximidad con el gobierno de Hugo Chávez. Sin embargo, las empresas que representan no se pierden ningún negocio que les abra la fluida relación bilateral. Qué dicen y qué hacen Rattazzi, Urquía, Pagani, Bagó y compañía.

 Por Fernando Krakowiak

Los empresarios Luis Pagani, Cristiano Rattazzi, Roberto Urquía, Miguel Acevedo, Sebastián Bagó y Viktor Klima tienen algo en común. Todos ocupan un lugar destacado en cámaras patronales que cuestionan la relación con Venezuela, pero al mismo tiempo hacen negocios con Hugo Chávez. Otros no avalan las críticas, pero tampoco defienden públicamente el vínculo comercial. Sólo se limitan a aprovecharlo de manera casi vergonzante. Roberto Domenech, titular del Centro de Empresas Procesadoras Avícolas (Cepa), reivindicó el miércoles pasado en un acto del sector el crecimiento que tuvieron en los últimos años, pero “olvidó” mencionar que eso se debe en parte a que Venezuela se convirtió en el principal destino de exportación de pollos. De hecho, el intercambio comercial con este país caribeño es actualmente uno de los más dinámicos. A mediados de este mes, distintos sectores firmaron acuerdos de exportación por 1100 millones de dólares que se suman a un conjunto de emprendimientos ya en marcha, que incluyen venta de bienes y servicios, inversiones directas, capacitación de recursos humanos y transferencia de tecnología. Todo eso pareciera no ser tomado en cuenta por el establishment. El rechazo que les genera un modelo que se proclama socialista puede más que los negocios, sobre todo desde que Chávez anunció la estatización de las siderúrgicas que Techint tenía en ese país. Lo que sigue es una muestra de lo que pone en riesgo el discurso empresario dominante que critica o desdeña los vínculos con el régimen venezolano.

- Carne. Los grandes frigoríficos nucleados en el consorcio ABC acordaron hace diez días exportar 75 mil toneladas de cortes enfriados que irán fundamentalmente a abastecer los mercados populares de Venezuela. Las firmas que están detrás de este negocio son Gorina, Campo del Tesoro, Catter Meat y Lafayette, entre otras. El precio por tonelada promedia los 5000 dólares. Por lo tanto, se estima que la operación involucra cerca de 400 millones de dólares. Los embarques comenzarían en septiembre y se enviarán 10 mil toneladas por mes hasta completar el cupo. Este vínculo comercial se gestó hace cinco años, pero nunca se había llegado a un acuerdo de tal magnitud.

- Leche. Sancor exportará 24 mil toneladas de leche larga vida por 40 millones de dólares. El compromiso es enviar 3 mil toneladas por mes. También se cerró la venta de 10 mil vaquillonas Holando-Argentino por 16 millones de dólares. El beneficiado es el empresario Guillermo Draletti, dueño de Interpampas y titular de la Unión General de Tamberos, quien desde hace varios años viene comerciando con Venezuela.

- Pollos. El año pasado se logró vender pollos a Venezuela por primera vez y hoy constituye el principal destino de exportación. Hace diez días Cepa negoció en Caracas la colocación de 18 mil toneladas de pollos enteros por 30,6 millones de dólares que serán enviados entre septiembre y febrero. Además, se venderán 24 millones de pollitos para engorde, 2,4 millones de gallinas ponedoras, 10 millones de huevos fértiles para incubar y yemas congeladas por otros 18 millones de dólares en conjunto. Entre los miembros de Cepa se destacan Granja Tres Arroyos, Soychú y Rasic (Cresta Roja). El titular de Granja Tres Arroyos, Joaquín De Grazia, viajó además para cerrar un acuerdo que incluye la instalación de un centro de cría.

- Granos. La Cámara de la Industria Aceitera (Ciara) acordó la venta de 200 mil toneladas de porotos de soja, 100 mil toneladas de aceite crudo y 250 mil toneladas de tortas de soja por un monto global de 170 millones de dólares. Entre los socios de Ciara se destacan Cargill, Nidera, Aceitera General Deheza, ADM, Bunge y Vicentín. Además, el consorcio Maizar negoció en marzo la exportación de 50 mil toneladas de maíz amarillo que se están terminando de embarcar por estos días y a mitad de mes cerró la venta de otras 100 mil toneladas por 17 millones de dólares. El listado se completa con la Cámara de Arroceros de Entre Ríos, que colocó 32 mil toneladas de arroz con cáscara por 15 millones, y la Cámara de Legumbres, que vendió 9 mil toneladas de poroto negro y rojo por otros 4,5 millones de dólares. En todos los casos, el comprador es la Corporación de Abastecimiento y Servicios Agrícolas de Venezuela (CASA).

- Insumos agrícolas. También se negoció la venta de repuestos para máquinas agrícolas, equipos de riego, insecticidas, herbicidas, fertilizantes, vacunas antiaftosa, semillas y equipamientos para la industria láctea por un monto global de 36 millones de dólares. Entre los beneficiados se destacan el productor de agroquímicos Biogénesis Bagó, la semillera Fecoagro, la fábrica de tractores Pauny, que instaló una ensambladora en Venezuela y ahora importa las piezas desde Argentina, y Vasalli, que sigue sus pasos, pero para armar cosechadoras. Muchos de estos negocios se han potenciado no sólo por las gestiones de Cancillería y el Ministerio de la Producción, sino también por el asesoramiento técnico que desde hace tres años el Inta le brinda a Venezuela para alentar su producción de soja, maíz, sorgo y girasol. Por ejemplo, hace tres años este país no producía girasol y es probable que ahora se lleguen a sembrar 100 mil hectáreas. El asesoramiento también le reporta un beneficio económico al Estado. En 2009 se firmaron contratos de suministros por 6 millones de dólares que incluyen cursos de capacitación e intercambios de cooperación tecnológica. Entre ambas actividades hay involucrados cerca de 1000 técnicos argentinos.

- Galletitas. Arcor, la empresa conducida por Luis Pagani, tiene una representación comercial en Caracas, pero igual se sumó a la última reunión bilateral y acordó venderle a CASA 5 mil toneladas de galletitas y confites por 12 millones de dólares.

- Industria automotriz. Adefa cerró en Caracas un acuerdo para exportar 10.000 unidades en lo que queda del año por un monto de 220 millones de dólares. De este modo, se busca recuperar posiciones, pues hace dos años se habían vendido 19.200 unidades. En el nuevo acuerdo, el gobierno de Chávez prioriza la compra de utilitarios, pick-ups y autos que puedan ser usados como taxis. Las terminales habilitadas a participar del negocio son las que están radicadas en Venezuela (Ford, Toyota, Iveco y General Motors) y las que ya firmaron convenios para radicarse (Mercedes Benz, Renault, Peugeot y Volkswagen), porque el objetivo de Chávez es fortalecer una industria automotriz nacional en el mediano plazo. Además, las empresas Hidrogrubert y Axion cerraron la venta de 52 grúas canasta por 20 millones de dólares que se utilizan para el mantenimiento del alumbrado público.

- Cueros. Venezuela destinó el año pasado 7000 millones de dólares para importar cuero curtido de Colombia que utiliza fundamentalmente para la industria automotriz, tapicería y calzado, pero la mala relación política que mantiene con su vecino la llevó a explorar otras vías de abastecimiento. Durante la última misión comercial, la curtiembre Becas vendió cueros por 4 millones de dólares. También están negociando las firmas Arlei y La Hispano Argentina. Además, la delegación incluyó a los presidentes de las cámaras del calzado y la marroquinería, Alberto Sellaro y Raúl Zylbersztein, pues se está tratando de colocar productos que los turistas venezolanos compran cuando vienen a Argentina, como cinturones, carteras y zapatos.

- Textil y confecciones. Los industriales nucleados en ProTejer están negociando la posibilidad de participar en un proyecto en la alcaldía Libertador que contempla la apertura de 20 talleres de confección para hacer jeans. En Venezuela, más del 85 por ciento de los jeans que se venden son importados, y la intención del gobierno de Chávez es duplicar la producción nacional para que al menos llegue al 30 por ciento. El acuerdo no sólo incluiría capacitación sino también la venta de insumos como cierres, botones e incluso la tela denim. Además, se busca incrementar la venta de hilados y lencería.

- Papel. La ex papelera Massuh, que ahora se llama Quilmes y es controlada por el secretario de Comercio, Guillermo Moreno, cerró la venta de bobinas y cartulinas por 20 millones de dólares.

- Bienes de capital y transferencia tecnológica. El INTI firmó hace un par de años un convenio con el Ministerio de Ciencia y Tecnología de Venezuela para asesorarlo en un plan destinado a instalar 200 fábricas socialistas. Al mismo tiempo, un grupo de pymes argentinas presentó proyectos en ese plan y el año pasado 44 quedaron seleccionadas, firmando contratos por 77 millones de dólares para construir 20 de esas plantas llave en mano, entre las que se destacan plantas para tratamiento de frutas y hortalizas, para fabricar motores eléctricos y otras para recuperación de tubos petroleros. También se logró que la Alcaldía Libertador seleccionara cuatro proyectos por 67,8 millones de dólares y ya se firmaron las cartas de intención para proveer 100 ascensores, una planta de fabricación de ascensores, otra planta para fabricar motocicletas y una cuarta de mobiliario urbano. También hay un tercer acuerdo con la Corporación Venezolana Agrícola para construir plantas de provisión de aceites vegetales, procesamiento de jugos, alimentos balanceados, maquinaria agrícola, remolques y líneas de máquinas de envasado y paletizado para distintas fábricas de alimentos. En Cancillería destacan que el valor de la tonelada exportada a partir de estos proyectos promedia los 50 mil dólares y garantiza una corriente de negocios permanente porque va de la mano de capacitación, asesoramiento y provisión de insumos.

Para las pymes los negocios con Venezuela constituyen una oportunidad única para crecer. Las firmas más grandes también se benefician, sobre todo en un contexto internacional recesivo como el actual. Sin embargo, la relación se sigue demonizando y es presentada sólo como una muestra de la radicalización del gobierno kirchnerista, en lo que constituye una acabada muestra de prejuicios ideológicos y mezquindad política

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Las firmas más poderosas del sector industrial y agroindustrial están inscriptas entre las más beneficiadas por los acuerdos con Venezuela.
 
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