ECONOMíA › POLEMICA POR COLABORACION DE LA SIDE CON LA AFIP

Espías jugando a ser sabuesos

 Por Julio Nudler

Pinchaduras de teléfono, cámaras ocultas, agentes encubiertos... El anunciado convenio de colaboración de la SIDE con la AFIP insinúa la incorporación de estos medios y métodos a la lucha contra la evasión tributaria. “Me produce escozor”, confesó a Página/12 uno de los expertos impositivos consultados, quien vinculó el asunto con eventuales irregularidades: “Teniendo en cuenta en manos de quién está hoy la SIDE y la corrupción que siempre anida en un organismo recaudador –resumió–, hay que temer lo peor”. Mientras tanto, un funcionario de Economía del área específica, que pidió anonimato, reaccionó con espíritu más jocoso: “Nunca supe que el Internal Revenue Service (la DGI estadounidense) le haya pedido ayuda a la CIA. Esta idea es un desastre. Quizá sólo busquen un efecto político, o darle a la SIDE la oportunidad de ser eficaz en algo”.
Lo que se conoce como “inteligencia” en el ámbito fiscal consiste, normalmente, en armar grandes bases de datos con información de todas las fuentes posibles (bancos, registros de propiedad, la Inspección General de Justicia, etc.) y cruzarla para detectar fuentes de evasión. Salvo en el caso de la Policía Aduanera, que porta armas de fuego, las herramientas predilectas de los agentes de inteligencia impositiva son escritorios y computadoras, además de conocimientos técnicos para entender el material. Al respecto, un conocido tributarista dijo ayer a este diario que, en principio, le parecía bien que se añadieran métodos como los empleados por la SIDE, “siempre que no se esté violando la ética ni ninguna ley”.
Este terreno es sumamente resbaladizo. Supóngase que Informaciones esté interfiriendo teléfonos para desentrañar un caso de narcotráfico, y que en esa tarea tropieza con detalles de una defraudación fiscal, obviamente asociada a la cuestión central. Aunque Miguel Angel Toma le entregue a Alberto Abad una prolija carpeta con todos estos antecedentes, es probable que el jefe de la AFIP no pueda presentarse con ellos ante la Justicia, que considera inválidas las pruebas de origen espurio.
Mientras tanto, trasciende que la UIF (Unidad de Información Financiera), cuya obsesión es el lavado de activos de origen ilícito, rezonga contra la “baja calidad” de la información que le pasa la AFIP, que no permite atar ningún cabo. Se duda a la vez de que los agentes de la SIDE mejoren el standard, porque “no saben de esto ni fueron entrenados para entenderlo”.

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