ECONOMíA › PAPELERA QUILMES REABRE EL LUNES. EL ESTADO GARANTIZA SU FUNCIONAMIENTO POR NOVENTA DíAS

Los trabajadores van por la revancha

La ex papelera Massuh, declarada en quiebra por un juez, volverá a operar tras un acuerdo entre sus empleados y el Ministerio de Trabajo. Por qué fracasó el fideicomiso creado para administrarla. Opina Fabián Ríos, de Nación Fideicomisos.

 Por Sebastián Premici

Papelera Quilmes (ex Massuh) volverá a operar a partir del lunes y tendrá garantizado su funcionamiento por 90 días. Así lo resolvieron ayer los trabajadores en una reunión con el ministro de Trabajo, Carlos Tomada. Tras el fracaso del fideicomiso administrativo y financiero creado para gerenciar la papelera, tanto la cartera laboral como el Ministerio de Economía utilizarán ese plazo para crear una nueva figura legal que les permita a los trabajadores sacar la fábrica adelante. También podrían buscar un nuevo gerenciador. En una entrevista con Página/12, Fabián Ríos, titular de Nación Fideicomisos, afirmó que la mejor salida para la compañía sería la constitución de una cooperativa, que permitiera a los trabajadores “pelear en el juzgado (que declaró la quiebra de Massuh) la administración de la papelera como una empresa recuperada”.

–¿Por qué fracasó el fideicomiso de Papelera Quilmes?

–El fideicomiso creado por el Banco Nación se hizo cargo de la administración de la papelera, cuando el estatuto de Nación Fideicomisos casi se lo prohibía. Por otro lado, para que la compañía saliera adelante, había que invertir al menos 5 millones de dólares, que no estábamos en condiciones legales de aportar, mientras que la Anses, que era el órgano fiduciante, tampoco podía hacer los desembolsos. Según la ley que regula el Fondo de Garantía de Sustentabilidad, Papelera Quilmes tendría que haberse convertido en una compañía capaz de emitir nuevas acciones, o salir a la Bolsa de Comercio, algo que no podía hacerse de la noche a la mañana. El emprendimiento de Papelera Quilmes no calificaba para esta operatoria.

–Sin embargo, cuando el año pasado surgió la creación del fideicomiso para rescatar a la papelera, se les informó a los trabajadores que la Anses sí invertiría en la planta.

–Esa era la idea original. Se creó un fideicomiso administrativo y financiero a partir de la existencia de determinados activos, como era la planta de Quilmes. A partir de ahí, había que poner en valor la compañía, hacerla funcionar y ganar cuotas de mercado. El inversor natural, lógicamente, era la Anses. Dentro de este contexto, se esperaba que el juzgado que estaba llevando adelante el concurso y después la declaración de la quiebra –de la ex papelera Massuh– homologase el contrato de Nación Fideicomiso para proteger los activos de Papelera Quilmes a favor de los trabajadores y del propio Estado. Sin embargo, no ocurrió así. Por lo tanto, nunca estuvimos en condiciones de realizar aportes de capital. Todo terminó siendo como el cuento del huevo y la gallina. La Anses no podía invertir hasta tanto la papelera no se valorizase, mientras que la administración de Nación Fideicomisos pasó a ser un impedimento para el desarrollo de la empresa.

–¿Por qué?

–Si poníamos plata, y luego la planta de Quilmes se vendía como parte de la quiebra, el Estado salía perdiendo. El hecho de estar en el limbo impedía que los trabajadores de San Luis, que habían quedado bajo nuestro gerenciamiento, se presentasen ante el juez de la quiebra como gerenciadores de la planta en esa provincia. Ellos decidieron conformar una cooperativa, a partir de la cual los estamos ayudando en el armado del plan de negocios, mientras que el Ministerio de Trabajo también está aportando lo suyo. La figura de Nación Fideicomiso hacía imposible que ellos progresaran en su proyecto. Como gerenciadores, no teníamos homologado el contrato del fideicomiso. Por eso, luego de conocerse la quiebra, realizamos un informe para la Anses y ellos coincidieron en que había que terminar con el gerenciamiento. Es decir, el fideicomiso creado el año pasado ya está extinguido.

–La Anses y Nación Fideicomisos se retiraron del gerenciamiento, al mismo tiempo que Papelera Quilmes quedó en manos de los síndicos de la quiebra. ¿Cuál sería la mejor salida para los trabajadores?

–Los obreros de Papelera Quilmes no se pusieron de acuerdo en qué era lo que tenían que hacer. Guillermo Moreno (secretario de Comercio) les armó un plan de negocios, para que ellos pudieran quedarse con la explotación de la empresa, pero sin la presencia de Nación Fideicomisos como gerenciador. Lo ideal sería que los trabajadores de Papelera Quilmes conformasen una cooperativa y peleen en el juzgado el gerenciamiento de la planta como una empresa recuperada, tal cual se hizo en San Luis.

–¿Y cuál sería la ayuda del Estado en caso de que Papelera Quilmes se convierta en una cooperativa?

–El Estado podría gestionar líneas de crédito a través del Inaes (Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social), mientras que desde el Ministerio de Trabajo podrían entregarse subsidios de desempleo para que sean capitalizados como un fondo de inversión para los trabajadores, siempre con la idea puesta en la cooperativización. Sin embargo, los obreros nunca se pusieron de acuerdo. Si ellos no tienen la voluntad de ayudarse a sí mismos, si no se organizan ni se ponen de acuerdo hacia dónde quieren marchar, el proyecto no prosperará.

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Fabián Ríos: “Deberían formar una cooperativa para pelear en el juzgado la administración”.
 
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