ECONOMíA › EL CRAC > FUERTE BAJA DE ACCIONES Y BONOS EN LA BOLSA LOCAL

Castigo a Buenos Aires

El derrumbe de las Bolsas de Estados Unidos y Europa golpeó a las plazas latinoamericanas. Buenos Aires bajó 10,7 por ciento y San Pablo, 8,1. Control sobre el mercado del dólar.

 Por Cristian Carrillo

La Bolsa porteña registró ayer el peor derrumbe desde 2008, con una caída de 10,7 por ciento en sus acciones líderes. Esta baja, como la de entonces, responde a la presunción de que la crisis internacional está en su peor momento desde la bancarrota de Lehman Brothers (ver aparte). Los retrocesos dentro del panel fueron generalizados y mayores respecto de lo que sucedió en el resto de las plazas mundiales. Esto se debe a que el mercado, al igual que el brasileño, había subido mucho desde el año pasado y es muy vulnerable al movimiento especulativo de los capitales externos. El índice paulista Bovespa se retrajo 8,1 por ciento, ubicándose en su nivel más bajo en dos años. Los títulos de deuda argentina también registraron fuertes caídas, destacándose los bonos estrellas, como los cupones de PBI, que perdieron 10,6 por ciento. En tanto, en el mercado cambiario, el Banco Central vendió 150 millones de dólares para mantener sin cambios la cotización del billete. Pese a esas ventas, el stock de reservas no bajó en esa misma magnitud al contabilizar 50.264 millones debido a la apreciación del oro. El dólar al público se ubicó en 4,18 pesos.

“No hubo un condimento local que justificara una baja de tal magnitud. Los mercados, como el argentino o el brasileño, tienden a ser más afectados por las caídas generalizadas a nivel mundial”, explicó a este diario el responsable de research de Puente, Leonardo Bazzi. El desplome mundial se inició temprano con las Bolsas asiáticas, continuó en Europa y Wall Street coronó la ola de ventas, con pérdidas de hasta 6,9 por ciento (ver aparte). Los inversores comienzan a vislumbrar un ciclo en que los malos indicadores económicos a ambos lados del Atlántico potenciarán una debacle que mutaría en una recesión en los países centrales. En ese escenario, las miradas de operadores de la city apuntan a Brasil. “El riesgo es que los inversores institucionales liquiden sus activos en emergentes, vendan sus reales, y el gobierno de Dilma Rousseff achique su mercado. En este caso podría haber un contagio indirecto para la Argentina, su principal vendedor”, agrega Bazzi. Por su parte, desde otro banco de inversión apuntan a una posible caída en el precio de los commodities (ver aparte), que reduzca la disponibilidad de divisas.

“No es momento para adquirir acciones”, sentenció el responsable de una consultora de capital estadounidense. El castigo cruzado que reciben los grupos empresarios por la crisis en Estados Unidos y Europa preanuncia balances poco prometedores y el impacto podría llegar a la región. El MerVal fue un termómetro de esos temores. El indicador evidenció su caída –en términos porcentuales– más pronunciada desde el 21 de octubre de 2008, en el peor momento de la crisis internacional. El panel se ubicó en 2738 puntos, en su mínimo desde el 19 de octubre de 2010. A partir de esa fecha se había iniciado una franca recuperación de los indicadores bursátiles locales, reflejando la buena respuesta de la economía doméstica a la crisis.

La caída de ayer se dio con un abultado volumen de negocios: se transaron unos 111,6 millones de pesos en papeles privados. El desplome comenzó desde el primer minuto, pero se profundizó en la última hora cuando se registraron llamados “a hacer plaza”, por superar el 10 por ciento de baja en 11 de las 19 empresas comprendidas en la cartera del MerVal. En el índice general, 83 empresas cotizantes terminaron en baja. Los más afectados fueron Petrobras (14,9 por ciento), Ledesma (12,9), Comercial del Plata (12,7), Banco Hipotecario (12,4), Transener (12,1) y Banco Francés (11,9). Los títulos públicos registraron esa misma tendencia negativa. Los cupones de PBI, que encabezan el ranking de los más recomendados teniendo en cuenta el crecimiento del Producto de la Argentina, contabilizaron un recorte de hasta 10,6 por ciento. El bono Discount perdió 7,7 por ciento y el Par cayó 6,7.

La plaza cambiaria finalizó estable, tanto en el precio al público como en el segmento mayorista. Sin embargo, el equilibrio requirió de la presencia oficial. El Central intervino desde temprano abasteciendo al mercado con 150 millones de dólares, según informaron fuentes oficiales. La mesa de cambios ofreció paquetes de 60 millones que permitieron desarticular la demanda. La agresiva postura del Central no implicó una pérdida de reservas en igual magnitud, dado que la cartera del organismo se vio beneficiada por la apreciación de otros activos, como oro: sólo descendieron 52 millones.

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El dólar cerró a 4,18 pesos, sin variaciones.
Imagen: Bernardino Avila
 
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