ECONOMíA › FUERTE PUJA POR EL MONTO DE LAS COMPENSACIONES Y EL CORRALON

Lavagna cierra los ojos para firmar

El ministro ya tiene redactado el decreto que define el mecanismo y los montos de las millonarias compensaciones a los bancos por amparos y la indexación asimétrica de los créditos. También detallará el proceso de liberalización gradual del corralón.

 Por Claudio Zlotnik

Eduardo Duhalde ya tiene sobre su escritorio dos alternativas para levantar el corralón, según expresó el propio ministro Roberto Lavagna. Hoy, antes de que el titular de Hacienda se suba al avión que lo trasladará a Milán, o a más tardar a su regreso, el martes que viene, el tema quedaría resuelto. No será la única medida: también se definirían las compensaciones a los bancos por los amparos y la eliminación del CER. Y se daría una solución a los redescuentos. Según pudo saber Página/12, la norma ya está lista. Sólo se liberarían la totalidad de los Cedros hasta 42.000 pesos, y se emitiría un título público dolarizado que percibirían aquellos ahorristas que quieran recibir la diferencia entre el precio del dólar y el 1,40 peso más CER que les reconocen los bancos.
La intención del Gobierno es cerrar la asignatura con los bancos con una sola medida global. Sin embargo, aún existen diferencias. Para presionar a los banqueros, Economía ya dijo que concretará las compensaciones –una cuestión que importa a las entidades financieras para equilibrar sus balances– una vez que haya acuerdo para levantar el corralón.
El ministro de Economía consensuó con Alfonso Prat Gay, presidente del Central, que la habilitación de los depósitos congelados será gradual y no de golpe, de manera de no poner en riesgo la liquidez de las entidades financieras. En la actualidad, los Cedros alcanzan a 17.500 millones de pesos y los bancos alegan que cuentan con sólo la mitad si tuvieran que devolver los ahorros en el acto.
En una primera etapa se devolverían hasta 42.000 pesos. La novedad es que aquellas entidades que lo hagan ya no tendrán la obligación de cancelar una proporción similar de redescuentos con el Banco Central. Los ahorristas que quieran recuperar los dólares originales deberán aceptar un bono estatal por la diferencia entre 1,40 más CER más el 2 por ciento anual de la tasa de interés devengada desde que se creó el corralito y el precio del dólar. En la actualidad, esa diferencia asciende a casi un peso. El ahorrista que rechace este título público, a la espera de un fallo redolarizador generalizado de la Corte, quedaría con su Cedro reprogramado. Esta salida de Lavagna, intermedia entre lo opcional y lo compulsivo, terminaría siendo funcional a la pretensión de los bancos de que sean los ahorristas quienes acumulen títulos públicos y no ellos, que se quejan por la cantidad de bonos en cartera que el Estado les dejó de pagar.
Sobre las compensaciones por los amparos y el reemplazo del CER por el CVS (coeficiente salarial) en algunos créditos existen diferencias entre Economía y los banqueros. Mientras Lavagna quiere emitir Boden 2012 en dólares para cerrar trato, en la city se niegan: pretenden directamente un seguro de cambio. La diferencia radica en que el Boden 2012 tiene un precio de mercado muy por debajo de su valor facial, lo que generaría un bache de 8000 millones de pesos en los patrimonios de los bancos. En total, las entidades reclaman una compensación de 12.800 millones de pesos (4200 millones de dólares) por aquellos conceptos.
En lugar de Boden 2012, que además los bancos extranjeros rechazan porque las casas matrices se niegan a incrementar su tenencia de bonos estatales, las entidades financieras prefieren que se les reconozca una “deuda contingente”, un seguro de cambio a cobrar dentro de diez años. Cabe recordar que los bancos recibieron 9000 millones de dólares en Boden 2012 por la pesificación asimétrica entre préstamos y depósitos y por los créditos dolarizados que tomaron en el extranjero.
Otra discusión en curso refiere a que Lavagna sólo busca compensar por la cartera activa de los bancos. Es decir, sin tomar en cuenta a los préstamos que siguen en mora a pesar de la eliminación del CER.
Un último punto que ya estaría arreglado es el “calce” entre los préstamos garantizados en default que poseen los bancos con los redescuentos (auxilio otorgado por el BC). Las autoridades del Banco Central aguardan ansiosas esas definiciones. Serán la bandera de largadapara lanzar las nuevas pautas para intentar recrear el crédito en el sistema financiero local.

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Roberto Lavagna, ministro de Economía, no quiere quedar fuera de foco ante las presiones de la banca.
 
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