“Se nos pide que le declaremos la guerra –a la Argentina–, pero no vamos a correr el riesgo de matar a la gallina de los huevos de oro, que se llama turismo.” Así de categóricas y pragmáticas fueron las palabras del presidente de Uruguay, José Mujica, en referencia a la posición que adoptará su gobierno respecto de las medidas impuestas por la Argentina para proteger el comercio exterior. La AFIP dispuso que el importador informe de todas sus operaciones en forma previa a realizar la orden de compra, aunque todavía no fue explicitada la metodología. El ex titular de la Unión Industrial Héctor Méndez consideró que la iniciativa es una muestra de “responsabilidad como administrador” por parte del gobierno. Desde la Confederación General Económica (CGE), entidad que nuclea a pymes nacionales, también defendieron la medida, aunque empresarios de algunos sectores vinculados al comercio exterior reiteraron su preocupación por la reglamentación.

En las últimas semanas el Gobierno definió una serie de herramientas con el objetivo de evitar un deterioro de la balanza comercial. Estos instrumentos también buscan ser un escudo para proteger a la industria local, en medio de una crisis internacional que amenaza con intensificarse este año. El presidente uruguayo lo entendió así y por ello no se dejó alentar por el pedido de los empresarios de su país. “Hoy todos sabemos que la Argentina ha adoptado una política interior que, nos gustará o no. es su política democrática, de su gobierno elegido”, expresó Mujica. El mandatario reconoció que esas medidas tienen un grado de “proteccionismo y que tranca el intercambio comercial”.

Mujica aclaró además que “la política exterior con la Argentina debe ser cuidadosa para proteger al turismo”. “El hecho más importante del mes de enero es la marcha de la temporada turística, siendo uno de los capítulos más importantes de la venta de trabajo del Uruguay”, señaló. Según expresó el jefe de Estado, las inversiones que realizan argentinos en las costas uruguayas, canalizadas por el sector inmobiliario, “valen varias veces” la inversión industrial.

En el país los controles recibieron algunas manifestaciones de apoyo. La CGE emitió un comunicado en el que respalda “las normas para regular las importaciones”, a las que consideró “indispensables para proteger el trabajo argentino y fortalecer el superávit fiscal”. “Este régimen se aplicó exitosamente en 2011 y permitió alcanzar una balanza superavitaria de 11 mil millones de dólares, en medio de un fuerte crecimiento económico y una crisis internacional aguda”, añadió la CGE, que calificó de “apresuradas” las críticas de algunas entidades empresarias. “Todo esto conforma un conjunto de políticas de corte heterodoxo que se anteponen a cualquier medida que apunte a devaluar o acudir a crédito externo”, cierra el documento.

Quien también se mostró en favor de las nuevas medidas fue el empresario del sector plástico Héctor Méndez. El ex presidente de la UIA consideró que el Estado nacional adopta “herramientas que le permitan a la industria garantizar los puestos de trabajo”. Como parte de las repercusiones por la Resolución 3252 de la AFIP, que dispone que el importador deberá informar todas sus operaciones desde febrero, el industrial consideró que “la prudencia en la administración debe ser lo que debe primar, y en este caso es lo que estamos viendo”. “En momentos en que la crisis mundial arrecia y es una incertidumbre qué es lo que viene, el Estado debe asumir su responsabilidad como administrador de normas y medidas”, consideró Méndez.

Por lo bajo continuaron ayer las quejas de empresarios importadores ante la “falta de información” acerca de los aspectos formales de la medida, los cuales tendrán que terminar de definirse antes de febrero, cuando entre en vigencia la nueva reglamentación. En tanto, la AFIP iniciará en los próximos días una serie de reuniones con distintas cámaras empresarias.