ECONOMíA › PANORAMA ECONóMICO

Inflación

 Por Alfredo Zaiat

La inflación se ha convertido en uno de los temas centrales de la economía argentina. Es uno de los principales problemas, pero no el único. El crecimiento con equidad social, la generación de empleo y el perfil productivo son también aspectos importantes del debate económico. Al incluir estos objetivos, el análisis es más interesante y aleja las soluciones simplistas de la ortodoxia. La inflación no es un asunto en sí mismo, como ha instalado el saber económico convencional. Lo relevante es determinar qué impacto tiene el aumento de precios en la expansión de la producción de bienes y servicios, en el mercado laboral y en la distribución del ingreso. Es una cuestión sensible debido a la larga historia de inestabilidad de la economía argentina. Por ese motivo es importante precisar el diagnóstico y las medidas para disminuir la tasa de variación de precios. Sería más enriquecedor porque se analizaría lo que hace o no hace el gobierno con la inflación, las propuestas de los economistas del establishment para bajarla y cuáles fueron los resultados sociolaborales cuando se aplicaron sus recetas. El relato diario es insistente con dos ideas de la ortodoxia: la inflación tiene su origen en la elevada emisión monetaria y en el aumento del gasto público. Ambas se complementan con que el Gobierno niega la inflación y no habla del tema.

Es tan persistente ese discurso que hasta sectores de la heterodoxia lo repiten. Más sencillo sería hacer el esfuerzo de leer “Programación 2013 Banco Central de la República Argentina. Objetivos y planes para el desarrollo de la política monetaria, financiera, crediticia y cambiaria”. Luego de esa tarea, el análisis pasa a ser más amplio que la reiteración de slogans políticos revestidos en afirmaciones técnicas supuestamente neutrales de quienes ya mostraron el rostro del fracaso.

El informe del Banco Central ofrece la posición oficial a respuestas de varias preguntas sobre la marcha de los precios.

- ¿El Gobierno está preocupado por la evolución de la inflación?

–Sí, y lo expresa del siguiente modo: “La inclusión del desarrollo económico como objetivo de la política del BCRA no hace más que explicitar la centralidad de esta problemática para una economía como la argentina, que debe profundizar las políticas que permitan el desarrollo de un entramado productivo más denso y diversificado, y hagan posible superar los cuellos de botella sectoriales que presionan sobre el nivel de precios.

- ¿La emisión monetaria es la causa de las actuales subas de precios?

–No, y lo explica: “La estabilidad monetaria no se concibe en forma aislada, y como un objetivo puntual de inflación, sino que se entiende en un sentido más amplio y articulado con la posibilidad de que la economía pueda seguir creciendo e incorporando valor agregado”.

- ¿Cuál es la evaluación del Banco Central sobre ese postulado básico de la ortodoxia?

–Lo cuestiona en su base teórica y lo fundamenta: “En su diagnóstico, el BCRA parte de una concepción teórica en la cual el dinero es endógeno. Así, la expansión de la cantidad de dinero adecuada y compatible con la estabilidad monetaria es aquella que resulta coherente con la política cambiaria de flotación administrada, con el aumento del crédito al sector privado –en especial aquel destinado al financiamiento de la actividad productiva– y también con la posibilidad establecida por ley que tiene el BCRA para financiar al Tesoro”.

- ¿Esto significa emisión de dinero sin control?

–No, y lo precisa: “Para garantizar que la cantidad de dinero sea la adecuada para la consecución de estos objetivos intermedios (cambiarios, de crédito y de asistencia al Tesoro), el BCRA llevará a cabo una política de esterilización con los instrumentos de regulación monetaria disponibles (Lebac y Nobac, operaciones de pases, encajes y otros)”.

- ¿El Banco Central tiene como uno de sus objetivos la estabilidad monetaria?

–Sí, pero no en forma excluyente de otros objetivos. En el informe “Programación 2013” detalla que “la estabilidad monetaria continúa siendo parte del mandato (de la Carta Orgánica del BCRA), aunque en la nueva redacción se reconoce que la misma es producto de las condiciones macroeconómicas y no puede ser entendida en forma aislada de lo que sucede con otras variables de la economía”.

- ¿Qué implica estabilidad monetaria?

–Está explicada de esta manera: “Se entiende en concurrencia con los restantes objetivos del mandato, es decir, no debe implicar que su consecución dañe el empleo, las posibilidades de desarrollo con equidad o la estabilidad financiera. La estabilidad monetaria no se concibe en forma aislada, y como un objetivo puntual de inflación, sino que se entiende en un sentido más amplio y articulado con la posibilidad de que la economía pueda seguir creciendo e incorporando valor agregado”.

- ¿Por qué no frena la emisión de dinero, sube la tasa de interés o atrasa el tipo de cambio en términos nominales como ancla inflacionaria?

–Esta es la propuesta de la ortodoxia que el Gobierno rechaza y explica las razones: “La combinación de apreciación cambiaria nominal y tasas de interés excesivamente altas constituyen una estrategia equivocada que reduce el crecimiento total, disminuye la inversión (reduciendo el crecimiento potencial) y distorsiona la composición del Producto (afectando la producción de bienes transables, factor fundamental para eludir la restricción externa). A su vez, al impactar negativamente sobre las capacidades nacionales de producción, las recetas convencionales restan espacio para la recuperación de la participación del salario en el ingreso, promueven la sustitución de trabajo nacional por trabajo importado y deterioran las economías regionales menos competitivas”.

- ¿Cuáles son entonces las causas de la inflación en Argentina según el Banco Central?

–En el informe precisa cinco fuentes de base inflacionaria:

1 La presencia de desequilibrios en la estructura productiva.

2 Los “cuellos de botella” en determinados sectores.

3 La puja distributiva.

4 La formación oligopólica de precios.

5 Los shocks exógenos de los precios internacionales.

- ¿Cuál es la propuesta antiinflacionaria?

–La definición es terminante: “No existe otro camino que el desarrollo productivo con inclusión social. En un contexto en el cual las presiones inflacionarias son mayoritariamente causadas por la concurrencia de los factores previamente mencionados y no por los excesos de demanda, las soluciones ortodoxas resultan insatisfactorias”.

- ¿Qué índices de precios analiza el Banco Central para hablar de inflación?

–En el documento presenta dos gráficos. El primero tiene cuatro curvas: una recorre el índice de precios nivel general (IPC-Indec) y otras tres, la de los precios regulados (tarifas de servicios públicos), los estacionales y los reunidos en la categoría “el resto”. El primer índice es el de la polémica. Los otros ofrecen otra perspectiva, con verosímil volatilidad: la evolución de los regulados refleja un sendero ascendente a partir del tenue descongelamiento de las tarifas, y el estacional verifica aumentos desde 2009 del 15 al 22 por ciento en los registros mensuales interanuales. El segundo gráfico muestra la evolución del índice de precios mayoristas (del 10 al 16 por ciento) y el de precios implícitos del PIB (cociente entre el Producto Interno Bruto a precios corrientes y el PIB a precios del año base), con muchísima más volatilidad en un rango del 10 al 20 por ciento, en ese período medido al cuarto trimestre de cada año.

- ¿Cuál es la estimación de lo que puede pasar con los precios en 2013?

–Las previsiones del Banco Central son que “en un escenario que supone que las cotizaciones internacionales de las materias primas se mantengan en los actuales niveles elevados y dado que los cambios en la estructura productiva son necesariamente graduales, se proyecta una trayectoria para los precios internos similar a la observada durante el corriente año”.

La postura del Banco Central enriquece la discusión sobre la inflación. Es material para el debate. Se puede estar de acuerdo en todo, en parte o en nada. En un tema sensible dominado por repetidos lugares comunes, es un desafío a la ortodoxia porque ya no podrá argumentar que no existe un análisis oficial, o que el gobierno no habla ni se ocupa de la inflación. Además, lo más importante del informe es que deja en evidencia lo poco que se ha transitado y lo mucho que falta para modificar cuestiones estructurales de la inflación en la economía argentina. En base a los resultados conocidos en décadas pasadas, se trata de un objetivo que no se alcanzará con las propuestas de ajuste de quienes precisamente más hablan sobre los aumentos de precios.

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