ECONOMíA › MARCó DEL PONT RECONOCIó TENSIONES CAMBIARIAS Y DE PRECIOS, PERO RECHAZó LAS SOLUCIONES ORTODOXAS

Tiempo de reinventarse sin perder el rumbo

La presidenta del Banco Central trazó su diagnóstico sobre la situación económica y admitió la baja de reservas, pero señaló que la forma de encarar los problemas no debe resignar los objetivos de desarrollo productivo e inclusión social.

 Por Tomás Lukin

El modelo de acumulación y distribución vigente desde 2003 enfrenta tensiones internas y externas. La disminución de la competitividad cambiaria, aumentos de precios y un menor superávit externo son manifestaciones de los problemas. Sin embargo, una devaluación, el endeudamiento externo o el ajuste del gasto no representan una solución viable, sino que se requiere más intervención y regulación del Estado. Con ese diagnóstico, la presidenta del Banco Central, Mercedes Marcó del Pont, cerró la primera jornada del seminario “La agenda para el desarrollo y la integración: las relaciones Sur-Sur”. “Estamos en la mitad de un proceso de cambio estructural y debemos tener la capacidad de reinventar políticas para que no se trunquen el desarrollo y la inclusión”, arengó la funcionaria.

Desde el Salón de Actos del Banco Nación, la banquera central reivindicó el pago de deuda con reservas para desendeudamiento y las limitaciones para la compra de moneda extranjera. También defendió el financiamiento de la autoridad monetaria al Tesoro, rechazó los cuestionamientos a la política cambiaria y destacó el rol del BCRA en el crecimiento del crédito a las empresas. “¿Qué quiere decir volver a los mercados? Una cosa es volver al viejo modelo de valorización financiera y convalidar la fuga de capitales y otra muy distinta es tomar deuda para financiar el desarrollo”, advirtió la funcionaria.

“No podemos ignorar que Argentina perdió parte del colchón cambiario que dio la fuerte devaluación de 2002”, sostuvo Marcó del Pont. No obstante, la economista descartó que un salto cambiario sea la solución. “Es hora de que discutamos competitividad teniendo en cuenta otras variables y dejar de reclamar una devaluación”, expresó la funcionaria en referencia a la convocatoria que realizó CFK por la mañana.

Durante los primeros ocho meses del año las reservas cayeron en 6200 millones de dólares, aunque ese proceso comenzó a desacelerarse a partir de julio y ayer contabilizaron 37.028 millones de dólares. “No hay que estigmatizar el uso de las reservas. La política de acumulación y desacumulación de reservas son instrumentos del Gobierno para garantizar la sostenibilidad del crecimiento económico”, señaló frente a las advertencias sobre el actual nivel de reservas.

“Si las reservas no hubieran sido utilizadas para la política de desendeudamiento, hoy tendríamos 70.600 millones de dólares de reservas”, estimó Marcó del Pont. Hasta ahora se utilizaron 33.500 millones de dólares de reservas: 17.500 millones a cancelar vencimientos con tenedores privados, 6400 millones a organismos multilaterales y 9500 millones al FMI.

La banquera central destacó que las reservas están constituidas por “dólares genuinos generados por el comercio exterior que no dependen de los humores o malos humores de los mercados financieros internacionales”. Junto con la política de desendeudamiento, la reducción del excedente de divisas generadas por el comercio exterior es uno de los principales factores que explica la caída reciente en las reservas. El efecto del escenario externo sobre la disponibilidad de divisas para acumulación es significativo. Entre enero y julio de 2012, la autoridad monetaria tuvo una intervención neta positiva por 7700 millones de dólares, mientras que este año el Central solamente compró 1200 millones de dólares en ese mismo período.

Marcó del Pont explicó que “Argentina tiene una inflación más alta que muchos países de la región” y remarcó que, a diferencia de otros países como Brasil o Chile, la política macroeconómica no recurrió a la apreciación del tipo de cambio para frenar los aumentos de precios. Asimismo, señaló que esa estrategia condujo a la reprimarización de sus estructuras productivas. Si bien eso no sucedió en Argentina, la funcionaria reconoció que “en nuestro país también se achicó el superávit en cuenta corriente” y advirtió que “no podemos ignorar que parte de ese desequilibrio proviene del frente energético, pero frente a eso el Gobierno no se quedó parado, sino que recuperó el manejo de los recursos petroleros, pero es un proceso que va a llevar tiempo”, explicó en referencia a la nacionalización del 51 por ciento del paquete accionario de YPF.

Durante su intervención, la banquera volvió a defender las restricciones a la compra de divisas. “Sabemos que ninguna decisión económica es neutra. Desde que tomamos la decisión de regular la formación de activos externos en 2011 se fueron del sistema bancario ocho mil millones de dólares.” La funcionaria buscó presentar un lado positivo a esa salida de depósitos al señalar que se dio “sin ningún tipo de situación traumática, ya que el sistema tuvo la capacidad para absorber esos movimientos”. Marcó del Pont fue más allá y explicó que “como contracara de regulación de activos externos suben ahorros, suben los plazos fijos, se puede decir que es forzado porque ya no los dejan comprar dólares. Pero esos mayores depósitos son la base sobre la que los bancos otorgan los créditos inducidos por el BCRA, nos permite garantizar la transformación productiva”. El crédito al sector privado representa el 16,7 por ciento del PIB, mientras que en 2009 alcanzaba al 11,9 por ciento. En el último año, la línea de crédito productivo por la cual el Banco Central forzó a los bancos a prestar a tasa fija y largo plazo el equivalente al 5 por ciento de sus depósitos representó el 50 por ciento de la expansión de los préstamos a las empresas.

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“Debemos discutir competitividad sin reclamar una devaluación”, dijo Marcó del Pont.
 
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