ECONOMíA › KICILLOF RATIFICO QUE LA REESTRUCTURACION DE DEUDAS SE DEBATIRA EN LA CUMBRE DE PRESIDENTES

“El tema buitres estará presente en el G-20”

El ministro de Economía celebró que algunos países del grupo impulsen cambios en los contratos privados de deuda para revertir los problemas que generó Griesa, pero aseguró que la solución es un nuevo marco jurídico multilateral para regular las reestructuraciones.

 Por Fernando Krakowiak

Desde Brisbane

Axel Kicillof y Héctor Timerman junto a la embajadora en EE.UU., Cecilia Nahón, y Carlos Bianco, de Cancillería, a su llegada a Brisbane.

El ministro de Economía, Axel Kicillof, se mostró confiado con respecto a la posibilidad de que la declaración de los presidentes del G-20 incluya una mención sobre la necesidad de garantizar los procesos de reestructuración de deudas soberanas. “El G-20 no va a eludir la cuestión”, aseguró el funcionario al ser consultado por Página/12 luego de arribar a esta ciudad ayer, a las 18.30 (5.30 de la Argentina), junto al canciller Héctor Timerman, para participar de la cumbre. Los sherpas de las distintas delegaciones ya acordaron prácticamente la totalidad del texto y hoy, minutos antes del comienzo de la cumbre, definirán los últimos detalles. Tal como destacó ayer este diario, los países desarrollados están dispuestos a aceptar que se fijen mayores precisiones en los futuros contratos de los bonos, pero se resisten a discutir un nuevo marco jurídico multilateral para las reestructuraciones. “Hay muchos que piensan que la solución puede estar en los cambios en los contratos. La verdad es que nosotros celebramos que se propongan diversas soluciones, aunque nos parece insuficiente”, sostuvo Kicillof.

La televisión mostró ayer cómo fueron llegando a Brisbane la mayoría de los líderes del G-20, al mismo tiempo que la autopista M1 colapsó por la cantidad de gente que se fue de la ciudad camino a la Costa de Oro, un paraíso playero ubicado a solo 85 kilómetros del centro. El éxodo estuvo motivado por los inconvenientes que genera el gigantesco operativo de seguridad, por las amenazas de enfrentamientos con grupos anarquistas y antiglobalización, por el feriado declarado ayer y por el calor insoportable que está haciendo en Brisbane. Según el servicio meteorológico, hoy se esperan 35 grados y mañana, 39. Una temperatura que garantizará una cumbre por demás caliente. Los presidentes tendrán hoy por la mañana un encuentro cerrado en el Parlamento y a la tarde comenzará la reunión formal en el Centro de Convención y Exhibición de Brisbane.

La expectativa argentina es que los líderes del G-20 reconozcan los problemas que se avecinan en las reestructuraciones de deudas soberanas a partir del fallo del juez Thomas Griesa. En este punto pareciera haber coincidencia porque la mayoría cree que lo que hizo el magistrado fue un despropósito. Por las dudas, Kicillof insistió en que no debe ser visto como un problema solo de Argentina, sino de todas las naciones que en la actualidad están fuertemente endeudadas.

“Muchos de los países acá presentes están cercanos al ciento por ciento en la relación deuda-producto. En zona de riesgo. Y cuando uno habla de reestructuración evidentemente aparece el tema de los buitres, porque donde hay una reestructuración hay un enjambre de buitres esperando. Son una plaga mundial. El G-20 no va a eludir la cuestión. Entendemos nosotros que va a ser planteada por otros países que no son la Argentina. Se habla de 900 mil millones de dólares en títulos con cláusulas pari passu. Va a ser un tema del G-20 indudablemente”, afirmó ante Página/12.

A su vez, Argentina busca que el G-20 respalde la necesidad de avanzar con el diseño de un marco jurídico multilateral sobre reestructuración de deudas al que deberían adherir los Estados. No obstante, esta opción encuentra fuertes resistencias en las principales potencias. Eso quedó demostrado el 9 de septiembre, cuando el plenario de las Naciones Unidas respaldó por amplia mayoría la propuesta de avanzar con un acuerdo multilateral, aunque entre los que se opusieron figuraron nada menos que Estados Unidos, Alemania, Inglaterra, Japón y Canadá. Este último grupo cree que la solución pasa en todo caso por introducir mayores precisiones en futuros contratos de deuda entre privados. Por ejemplo, incorporando cláusulas de acción colectiva que permitan extender al conjunto de los acreedores lo decidido por una mayoría a definir y/o explicitando mejor lo que se entiende por pari passu (tratamiento igualitario) para evitar interpretaciones probuitres como la que realizó Griesa. El Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Asociación Internacional de Mercados de Capitales (ICMA, según sus siglas en inglés) están avanzando en esa dirección, que es la línea que también transitó el G-20 durante la reunión de ministros que se realizó en septiembre (ver aparte).

Sin embargo, Kicillof dejó en claro que esa alternativa no termina de convencerlo. “Hay muchos que piensan que la solución puede estar en el FMI, que puede estar en los cambios de los contratos, la verdad es que nosotros celebramos que se propongan diversas soluciones, lo que pasa es que nos parece insuficiente. Evidentemente, el FMI tiene que tener un papel, también los contratos tienen que modificarse, pero desde el punto de vista de la cuestión, fácticamente, si uno estudia cómo es una respuesta que pueda ser efectiva, la verdad es que se necesita instrumentar algún mecanismo internacional de solución de diferendos que permita que los ataques de los fondos buitre, que han sido feroces y lo van a seguir siendo, no puedan reproducirse. Esto implica también un fuerte compromiso de todos los países que forman parte del G-20 para no darles lugar”, aseguró.

El canciller Timerman se expresó en sintonía con Kicillof y a su vez recordó que son más los países a los que la solución contractual no les parece suficiente. “Muchos países del G-20, que son parte del G77 más China, quieren una resolución a nivel Naciones Unidas, mientras que otros países, una minoría, prefieren otras soluciones.” La mención no es casual, porque si bien en el G-20 hay seis países de los once que votaron en contra de la propuesta del G-77 de impulsar un marco jurídico multilateral, también hay que tener en cuenta que, de los 124 países que votaron a favor en la ONU, 9 integran el G-20, incluidos China, Brasil, Rusia e India.

Si bien el debate de la deuda es un punto central en la estrategia argentina, Timerman remarcó que la agenda del Gobierno para el G-20 también incluye temas de empleo, infraestructura, evasión fiscal y aumento de la demanda para tratar de superar la crisis económica. Kicillof señaló que este último punto va a ser una de las claves del G-20, porque la recuperación de la economía mundial es débil y hay diferencias profundas sobre cuáles deben ser las políticas para salir adelante. “Hay una discusión desde hace algún tiempo sobre si de la crisis se sale con medidas tendientes a incrementar la productividad y la oferta o si concretamente es que hay una deficiencia de demanda a escala internacional. Probablemente esas visiones contrapuestas se expresen en el debate con los presidentes en el G-20”, sostuvo y aprovechó además para pedir el restablecimiento del programa de estímulo monetario que venía implementando Estados Unidos, porque a su juicio se lo retiró prematuramente y eso podría generar un impacto negativo adicional sobre la economía mundial.

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