ECONOMíA › STELLA MARIS BIOCCA, DOCTORA EN DERECHO INTERNACIONAL, DESCRIBE EL PANORAMA PARA 2015 EN LA DISPUTA CON LOS FONDOS BUITRE

“Habrá que esperar a ver qué decide Londres”

Para la especialista, es probable que el juez Thomas Griesa espere a ver cómo resuelven los tribunales ingleses la demanda de los bonistas por títulos bajo ley inglesa. “Suelen ir a la par, pero esta vez se puso en juego la soberanía de esa plaza financiera.”

 Por Cristian Carrillo

Sobre el cierre del año pasado algunos analistas auguraban un inicio de 2015 movido, en el que, con la caída de la cláusula RUFO (Right Upon Future Offers), eventuales ataques de los fondos buitre para forzar una negociación con el gobierno fueran protagonistas. Sin embargo, en las primeras semanas no hubo nuevos forcejeos por parte de los buitres. La especialista en Derecho Internacional Stella Maris Biocca sostiene que esta impasse responde a la espera de una resolución de la Justicia de Londres sobre el pedido de cobro de un grupo de tenedores de bonos de deuda argentina con legislación inglesa. Según sostuvo en diálogo con Página/12, esa solicitud está bien planteada aunque las coincidencias en materia política y jurídica entre Estados Unidos e Inglaterra hacen difícil prever una resolución de ese tribunal que favorezca a la posición argentina. Pese al vencimiento de la cláusula RUFO, la directora del Doctorado de Derecho Internacional de la Universidad de Morón reconoce que siempre puede haber un juez Griesa que convalide un reclamo de bonistas por la diferencia respecto de lo que obtengan los holdouts. “Hay que ser cuidadosos en un eventual arreglo y en las definiciones que se utilizan”, advierte Biocca, docente en la materia durante 37 años en las universidades de Buenos Aires y de La Pampa.

–En el cierre de 2014 todo hacía prever que el litigio entre la Argentina y los fondos buitre iba a acaparar la agenda de verano. ¿Qué sucedió para que el tema quedara relegado?

–Todo el mundo pensó que una vez vencida la aplicación de la cláusula RUFO iba a haber inmediatamente un reclamo de pago o solución al conflicto con estos fondos. Sin embargo, la decisión del propio juez Thomas Griesa habilitó nuevos plazos, a partir de la audiencia que determinó para marzo próximo. Esta audiencia, a su vez, está vinculada con las acciones presentadas por un grupo de tenedores de deuda con legislación inglesa ante los tribunales de Londres. Es probable que se quiera esperar a la resolución de esa presentación antes de que Griesa tome alguna nueva decisión sobre el caso.

–¿Se puede esperar una decisión favorable a los bonistas ingleses que beneficie también a la Argentina?

–La presentación de George Soros (el magnate de origen húngaro que encabeza el reclamo de los tenedores de deuda argentina con legislación inglesa) está bien planteada. Lo que pide es que se aplique la ley inglesa a un bien jurídico con ley inglesa. Pero no será fácil porque las conductas jurídicas y políticas entre Estados Unidos e Inglaterra son bastante similares y en esos temas suelen ir a la par. No obstante, hay que tener en cuenta que se puso en juego, en este caso, la soberanía de esa plaza financiera.

–¿El país debe intentar negociar con los fondos buitre para alcanzar una solución definitiva al tema?

–Las reuniones de negociación que se hagan a futuro deben abarcar a todos los acreedores que no ingresaron en alguno de los dos canjes de deuda, tanto los que iniciaron juicios contra el Estado argentino como los que no lo hicieron. Lo más probable es que se logre un abordaje general luego de la resolución en Londres. Todo hace prever que hasta marzo no habrá nuevos reclamos contra el país.

–¿Qué puede hacer el gobierno nacional para atraer a todos los holdouts para un arreglo?

–Es complejo, pero siempre hay margen para negociar dentro de los márgenes que establece las reestructuraciones anteriores. Sin lugar a dudas, la posibilidad de que empiecen a cobrar ahora mismo es un fuerte incentivo para algunos bonistas. No puede ser exactamente la oferta de la reestructuración, por lo que pueden mantenerse algunas condiciones y que se acorten los plazos de pago. Otro incentivo es que el país no entró en default y está pagando.

–Más allá de que haya caído la RUFO, ¿hay margen para una presentación de parte de algún bonista que reclame la diferencia en caso de que se ofrezca algo mejor a los buitres?

–La cláusula quedó cerrada para todos los que entraron en los canjes de deuda. Jurídicamente no podrían reclamar. Eso no impide que pueda quedar un sector, en el caso de que se pague ciento por ciento a los que no entraron en la reestructuración, que bajo la interpretación de que el origen de esa oferta fue anterior al 31 de diciembre considere que se pueda volver a aplicar. Como quedamos sujetos a jurisdicción extranjera, siempre puede aparecer algún Griesa, lo que obliga a ser cuidadoso en un eventual arreglo y en las definiciones que se utilizan.

–¿Qué habría que modificar en materia legal para poder evitar este tipo de abusos?

–Habría que modificar el único punto que yo le objeto al Código Civil y de Comercio que entra en vigencia en agosto próximo, el cual tiene que ver con que se mantenga la posibilidad de subordinar cuestiones judiciales de este tipo a jurisdicción extranjera, lo cual quedó en el Código como situación ordinaria.

–¿Por qué cree que se mantuvo ese punto, pese a la experiencia que vive el país en los tribunales de Nueva York?

–Una primera posibilidad es que las personas que intervinieron en esa parte del Código para asesorar a los ministros de la Corte pertenecen a un concepto de Derecho Internacional de sesgo neoliberal absoluto. También responde a ciertas objeciones de algunos economistas del establishment, ante un supuesto temor a que no subordinarse a leyes extranjeras evite el ingreso de inversiones al país.

–¿Por qué todavía ningún tenedor de bonos Discount o PAR pidió la aceleración de los pagos al no poder acceder al cobro de sus servicios por el bloqueo que impuso Griesa?

–Esa posibilidad era fácilmente desechable, porque es clara la conducta de Argentina con posterioridad a los fallos de Griesa. Está claro que el país tiene el dinero para efectuar los pagos e incluso depositando los fondos de los vencimientos en tiempo y forma en las cuentas que se dispusieron a tal efecto.

–¿No perjudica al país esta situación de “stand by” al momento de acceder a financiamiento externo?

–La situación financiera internacional es compleja y es probable que el país necesite el ingreso de fondos frescos para incrementar las reservas. El comercio internacional ha decaído. Hasta ahora las cosas se resolvieron muy bien. Se ha demostrado que se pueden encontrar otras alternativas de financiamiento. Hay que evitar que por la premura de conseguir recursos financieros se acceda a cualquier cosa. Es importante que se continúe por esta vía.

–¿Qué pasa con las presentaciones y las defensas que se obtuvieron de organismos multilaterales, como Naciones Unidas?

–Las definiciones de apoyo pueden servir frente a algún ahogo del país ante la necesidad de financiamiento. No más que eso, porque los que acompañaron son países con alguna dificultad financiera. Lo de Naciones Unidas demora porque son trámites lentos. No vamos a tener una estructura legal a nivel internacional en el corto plazo como la que se plantea en Naciones Unidas.

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Imagen: Alejandro Leiva
 
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