ECONOMíA › EFECTOS DE LA SUBA DEL EURO PARA ARGENTINA

Cara y ceca del dólar débil

 Por Claudio Zlotnik

En su imparable carrera ascendente, el euro volvió a marcar ayer un nuevo record frente al dólar. Terminó en 1,2258 dólar, contra 1,2218 de la jornada anterior. En las casas de cambio de la city, cada euro se consiguió a 3,60 pesos. La fiebre de la moneda común europea contagió a los inversores del microcentro: en distintas agencias dijeron a Página/12 que las ventas de euro ya alcanzan al 30 por ciento del total de divisas.
El fenómeno del euro, que hace un par de años tocó el mínimo de 82 centavos por dólar, tiene efectos contradictorios respecto de la Argentina. Por un lado, agranda la competitividad de la economía argentina y permite percibir más cantidad de dólares por las exportaciones a Europa. Pero, por el lado negativo, la suba marca también un aumento en billetes verdes en la deuda nominada en euros, aunque prácticamente en su totalidad está en default y, por lo tanto, no tiene efecto inmediato alguno en cuanto a las erogaciones. También se modifica el valor, medido en dólares, de la deuda con el Fondo Monetario, que se cuenta en DEG (Derechos Especiales de Giro), una canasta de monedas que se está revalorizando.
Algunos especialistas creen que el avance del euro proseguirá. Uno de ellos, José Siaba Serrate, recordó, en diálogo con este diario, que antes del lanzamiento del euro, una canasta de monedas europeas llegó a valer 1,60 por dólar. Roberto Bouzas, experto de mercados internacionales y profesor de la Universidad de San Andrés, dio un par de argumentos para explicar el fenómeno:
- Una mayor demanda de euros por parte de los inversores internacionales, que luego de la implementación del mercado común buscaron diversificar su cartera. La Reserva Federal (banca central estadounidense) jugó a favor de esta tendencia de los flujos de capitales, al mantener ayer la tasa de corto plazo en 1 por ciento anual.
- Esa demanda estaría impulsada, además, por diversos países árabes, en repudio a la política de Bush a partir del ataque a Irak.
- El déficit de cuenta corriente, y en especial de la balanza comercial, de Estados Unidos. Los analistas creen que esta realidad forma parte de los problemas estructurales de la mayor economía del mundo, que deberá ser revertida en el largo plazo. Como el déficit comercial alcanza a 600 mil millones de dólares, Estados Unidos aprovecharía la devaluación del dólar para desalentar las importaciones e impulsar las ventas al exterior.
Siaba Serrate halló una razón política a este guiño estadounidense para que se debilite el dólar. Ante el retroceso de las importaciones, se fomentaría la creación de puestos de trabajo. Estados Unidos viene de un pico de desempleo, del 6,4 por ciento, y una mejora sustancial de este indicador ayudaría a George W. en la campaña hacia las elecciones 2004.
Carlos Lizer, de Puente Hermanos, añadió que la mayor demanda de euros podría vincularse con una conducta conservadora de los inversores, por la exposición de Estados Unidos en el conflicto bélico. Y agregó que esa situación se verificaría en el impulso del oro: la onza ya se encuentra en 408 dólares, contra 340 dólares de hace cinco meses.
La luz verde de Estados Unidos a la depreciación de su moneda se observó en la última declaración del Grupo de los 7. Hubo un fuerte respaldo a los regímenes cambiarios flexibles y una crítica a las intervenciones como las que hicieron Japón y China. Hasta ahora, el Banco Central Europeo se mantuvo al margen del movimiento cambiario. Pero los expertos consultados por Página/12 coincidieron en que una intervención –aunque no sea más que de palabra– podría ocurrir si la carrera ascendente del euro siguiera con este ritmo.

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