ECONOMíA › LAS LINEAS DE POBREZA E INDIGENCIA DEL INDEC, INFERIORES A LAS DE LA CIUDAD

A la pobreza cero sin escalas

En su primer informe sobre valores de la canasta básica de alimentos y básica total en tres años, el Indec presentó valores que sorprendieron porque suponen líneas de pobreza e indigencia 20 por ciento inferiores a las que calculó Estadísticas de la Ciudad.

 Por Raúl Dellatorre

En su primera publicación en tres años del costo de la canasta básica total y la de alimentos, el Indec determinó que, para el mes de agosto, una familia constituida por un matrimonio de dos personas de 30 años de edad y tres hijos de 5, 3 y 1 año, necesitaba 13.136,06 pesos de ingresos para no caer por debajo de la línea de pobreza. En tanto que para cubrir la canasta de alimentos, es decir para superar la línea de indigencia, un grupo familiar con esa misma composición requería ingresos por 5444,93 pesos. Con este último presupuesto, pese a lo limitado, el grupo familiar debería estar habilitado para atender las necesidades alimentarias de todos sus integrantes durante un mes.

El cálculo está hecho a partir un supuesto requerimiento energético de 2750 kilocalorías mensuales por adulto varón, y una equivalencia de requerimiento de la mujer de un 77 por ciento del valor del varón, del 60 por ciento para el hijo de cinco años, 51 por ciento el de tres y 37 por ciento el de un año. Es decir, que la línea de indigencia para el grupo familiar de cinco miembros estará determinado por el valor de 3,25 veces la canasta que cubra las necesidades alimentarias de un adulto mayor.

En un segundo ejemplo de grupo familiar, el Indec considera un hogar de cuatro miembros, compuesto por un jefe varón de 35 años, su esposa de 31, un hijo de 6 años y una hija de 8. En este caso, el monto de ingresos para cubrir la canasta básica total resultaba en agosto de 12.489,37 pesos y para la canasta de alimentos, 5175,92 pesos. El tercer caso considerado por el organismo estadístico es el de un hogar de tres miembros, compuesto por una jefa de 35 años, su hijo de 18 años y su madre de 61 años. Los valores respectivos para los umbrales de pobreza y de indigencia son, en este ejemplo, 9942,99 pesos y 4120,63.

Vale señalar que para la Dirección de Estadística de la Ciudad de Buenos Aires, según la información que difundió el último martes, una pareja compuesta por dos individuos de 35 años, “propietarios de una vivienda”, y con dos hijos de seis y nueve años, requería en agosto 12.900 pesos para las compras en el mes de alimentos, indumentaria, y los bienes y servicios indispensables para no caer por debajo de la línea de pobreza. Este estudio del organismo oficial porteño, más exhaustivo que el del Indec, aclara que se trata de una familia tipo que no debe pagar alquiler ni cuota de un préstamo hipotecario, y aun así el ingreso necesario para no caer en la pobreza resulta apenas 236 pesos inferior al estimado por el Indec para una familia de cinco miembros, sin especificar su condición de propietario.

Además, según la Dirección de Estadísticas de la Ciudad, ese mismo grupo familiar requeriría 6533 pesos para comprar alimentos básicos y no caer por debajo de la línea de indigencia. Para el Indec, a una familia con un miembro más, le alcanzaría con 5444,93 pesos, es decir con un 16,6 por ciento menos. A igualdad de miembros, la diferencia superaría el 20 por ciento.

Aunque el valor de las canastas básicas del Indec se calculan exclusivamente a partir de los precios de los alimentos que componen la CBA –que establece la línea de indigencia, ya que la CBT se calcula como el producto de la anterior por un coeficiente determinado–, en la pequeña serie que presentó ayer se refleja un incremento en agosto, con respecto al mes anterior, de apenas el 0,2 por ciento. Es decir, que la brusca desaceleración que tuvo el IPC a partir de considerar que los aumentos tarifarios de gas y luz todavía no se encuentran vigentes –y por lo tanto, descontó los aumentos que se habían imputado anteriormente, como si se tratara de una rebaja en las facturas–, tuvo su correlato en una canasta que no los tiene incorporados como elementos de la misma. Es como si los precios de los alimentos también se hubieran “estancado” en agosto por empatía con el fallo judicial que frenó el tarifazo.

La información que suministró ayer el organismo que encabeza el ex consultor privado Jorge Todesca incluye el valor de las canastas básicas desde abril hasta agosto de este año. No existe aún, en consecuencia, una serie que permita hacer comparaciones interanuales o el acumulado en los ocho meses ya transcurridos del presente año. La variación del valor de las canastas entre abril y agosto (cuatro meses) alcanza al 10,3 por ciento.

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Los alimentos de la canasta que midió el Indec parecen haberle escapado a la inflación. Diferencias con el IPC.
Imagen: Bernardino Avila
 
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