La Anses desarticuló el programa de créditos para jubilados Argenta. La iniciativa dejará de funcionar como una política de ingresos destinada a estimular el consumo y las ventas con descuentos en una red de comercios adheridos. El plan lanzado cinco años atrás será reemplazado a partir del 28 de noviembre. En su lugar se instalará un esquema de préstamos personales financiado desde el organismo previsional que pasará a ser canalizado en forma excluyente por los bancos donde cada jubilado cobra sus haberes. Con esos nuevos parámetros, las tarjetas Argenta dejarán de emitirse. Cuando existan saldos por préstamos solicitados, estos serán transferidos a la cuenta donde se deposita la jubilación y el viejo plástico ya no cumplirá función alguna. 
El director ejecutivo de la Anses, Emilio Basavilbaso, enfatizó ayer que el monto máximo para los créditos pasará de 30.000 a 40.000 pesos, se reducirá el costo financiero total y se achicarán las comisiones. El funcionario también celebró que la totalidad del préstamo podrá ser retirado en efectivo por los jubilados, mientras que antes solo se podía disponer de la mitad en cash. Esa regla, extinta para “darle mayor libertad a los jubilados”, pretendía sostener el consumo y canalizar una porción en cadenas y locales adheridos al programa donde los usuarios de la tarjeta de compra, cargada con el valor del préstamo, podían acceder a descuentos diarios adicionales de entre 5 y 35 por ciento. Desde la Anses destacaban ayer que quienes soliciten préstamos podrán acceder a los descuentos ofrecidos por los bancos donde cobran la jubilación en distintos comercios, beneficios que ya están disponibles para cualquier cliente de esas entidades. 
El mecanismo de financiamiento del programa Argenta fue lanzado a mediados de 2012. La iniciativa no solo pretendía impulsar el consumo interno sino que buscaba restringir los abusos de las cooperativas, mutuales y otras entidades que concentraban el mercado de créditos pequeños para jubilados y llegaban a cobrar un costo financiero total del 159 por ciento. 
El programa Argenta, que permitía solicitar hasta 30 mil pesos y devolver los fondos en 12, 24 y 40 cuotas, formaba parte de una estrategia integral de ampliación de la cobertura previsional y mejora de la capacidad de compra de los jubilados a través de beneficios indirectos. En ese esquema, los jubilados solicitaban en las oficinas de la Anses el préstamo y éste se adjudicaba en la tarjeta Argenta. El 60 por ciento del fondeo podía retirarse en efectivo y el resto debía gastarse con el plástico. El costo financiero total oscilaba entre 30,81 y 34,67 por ciento dependiendo de los plazos del préstamo, significativamente por debajo del mercado. Entre julio de 2012 y julio de 2016, informó el portal Nuestras Voces, Argenta concedió 2.070.034 de créditos a adultos mayores por unos 22.871 millones de pesos. Los principales rubros en los que se consumía eran farmacias, supermercados y materiales para la construcción. Sin embargo, el programa cubría todos los sectores: artículos de limpieza, infantiles, carpinterías, zapaterías, electrodomésticos, entretenimientos, entre otros cientos.
Los cambios propuestos por la Anses ofrecen mejoras en las condiciones financieras de los créditos: el CFT estará entre 24,54 y 31,64 por ciento, los plazos disponibles serán los mismos y los jubilados podrán retirar el 100 por ciento del monto solicitado en efectivo. Los fondos siguen siendo suministrados por el FGS, pero ya no habrá una tarjeta especial sino que el monto acordado en las oficinas de la Anses será depositado en la cuenta del banco donde el jubilado percibe su haber. Los descuentos y beneficios desaparecerán. “Ahora el jubilado puede elegir el comercio que quiera para comprar. Así puede buscar precios y pelear descuentos por pagar en efectivo”, señalaron en la Anses ante la consulta de PáginaI12. 
Más temprano Basavilbaso había afirmado que los cambios, fundamentalmente la posibilidad de disponer en efectivo del 100 por ciento del préstamo, “le dan mayor libertad al jubilado, quien puede elegir en qué comercio comprar y disponer del efectivo para sus gastos”. Entre los responsables de la anterior gestión de la Anses advierten que esos cambios representan la desarticulación del programa. Sin embargo el nuevo director ejecutivo señaló que las modificaciones “son una respuesta que damos desde el Estado a las demandas y solicitudes que nos plantearon los jubilados de todo el país”.  
Entre quienes desarrollaron Argenta durante el anterior gobierno consideran que su desmantelamiento no es una decisión aislada sino que se inserta en el marco de la propuesta de reforma estructural del sistema previsional y el significativo retroceso en el poder adquisitivo de los haberes. El puntapié inicial para los cambios en Argenta fue la Resolución 361 de la Anses publicada el 7 de noviembre. El artículo tercero de esa resolución instruye a los responsables del programa para que procedan a dar de baja a los miles de comercios adheridos.  “La nueva implementación del programa importa un ahorro para esta administración en cuanto a los costos de distribución y habilitación de las tarjetas, al prescindir su uso, optimizándose sus recursos”, sostenía el texto que lleva la firma de Basavilbaso al referirse a los costos de entre 5 y 7 por ciento que debían ser afrontados por los jubilados y ahora serían reducidos a 1 por ciento. 
Como sucede en la actualidad, los créditos deben solicitarse a través de las oficinas de Anses con turno previo. Al finalizar el trámite, el dinero se acreditará dentro de los 4 días hábiles en la cuenta del jubilado. Hasta el 25 de diciembre, aquellos que posean saldos en sus tarjetas Argenta podrán utilizarlo en comercios que todavía estén adheridos o retirarlo de los cajeros automáticos. Pasada esa fecha, el saldo será devuelto al titular junto con el pago del haber mensual.