ECONOMíA › SE CONCRETO EL TRUEQUE DE VIEJOS
BONOS POR NUEVOS. PRIMER PAGO DE INTERESES

Llegó el día de decirle adiós al default

Después de superar las trabas judiciales, el Gobierno efectivizó el canje de títulos en default. Ayer se entregaron los nuevos papeles, además de 680 millones de dólares por intereses vencidos. También se pagaron 200 millones en comisiones a los bancos.

El Gobierno le puso ayer el punto final a la reestructuración de la deuda: entregó los nuevos bonos, rescató y dio de baja a los viejos y pagó 680 millones de dólares en intereses vencidos a los acreedores. También giró otros 200 millones por las comisiones correspondientes a los bancos organizadores. Después de tres años y medio en default, el cierre del proceso indica que la Argentina normalizó su relación con los acreedores. Aunque en el Gobierno todavía persisten los temores a que las acciones judiciales de los fondos buitre traben pagos futuros. Ayer, Roberto Lavagna defendió la reestructuración. Dijo que fue “racional” y lanzó una fuerte crítica a las administraciones anteriores.
La entrega de los nuevos papeles se demoró dos meses –debía realizarse el 1º de abril– por los bloqueos judiciales de esos inversores altamente especulativos. El Poder Judicial de los Estados Unidos dio vía libre hace diez días.
Mientras duró el default con los bonistas, la Argentina emitió nueva deuda, cuyos vencimientos vienen honrándose. Los compromisos con los organismos se cumplieron ciento por ciento; a ellos no se les aplicó ninguna quita ni demora. A todos estos pagos ahora hay que sumarles los que obliguen los papeles surgidos en el canje. Este mes, por ejemplo, habrá que abonar los intereses que devenguen los bonos Discount por un total de 220 millones de dólares. En septiembre corresponderán otros 91 millones por los intereses del bono Par. Finalmente, en diciembre se desembolsarán 228 millones de dólares, también por la renta del Discount. Todo esto sin contar las capitalizaciones que tendrán los propios títulos, que en definitiva incrementa el stock de la deuda. El Cuasi Par que recibieron las AFJP y las compañías de seguros capitaliza en forma íntegra los vencimientos, mientras que el Discount paga en efectivo la mitad de los intereses que devenga y capitaliza el resto.
La noticia de que el Gobierno liquidaba los nuevos títulos de la deuda impulsó a los mercados financieros. Los bonos subieron hasta 2,3 por ciento y las acciones avanzaron 1 por ciento.
Ayer, Lavagna defendió el proceso de renegociación. Citando a John Maynard Keynes, dijo que, frente a las alternativas de pagar “con el hambre, sobre el sacrificio del pueblo” o dejarse resistir a “la tentación” de continuar endeudándose, “optamos por el camino de la racionalidad”.
El final del canje no implicará que el Fondo Monetario retroceda en su demanda para que el Gobierno llegue a un acuerdo con los acreedores que rechazaron la operación. Hasta ahora, el Gobierno se negó a reabrir esas conversaciones, pero en la city no descartan que dentro de algunos meses se les haga una oferta a los holdouts de peor factura respecto de la original. Esos inversores, repartidos entre fondos buitre y pequeños bonistas de Italia y Alemania, poseen papeles por 20.000 millones de dólares. Cabe recordar que el canje fue aceptado por el 76,15 por ciento de los acreedores.
Economía había empezado el trámite para acreditar los nuevos bonos y los pagos la semana pasada. Ayer, el Bank of New York –BoNY, coordinador global de la operación– distribuyó los papeles entre las distintas agencias de clearing que participaron del canje. Ellas serán las encargadas de depositar los títulos y el dinero en las cuentas de los bonistas. Se espera que ese reparto finalizará entre el lunes y el martes que viene. Contra esa operatoria, el BoNY remitió los viejos bonos en default al Gobierno. Economía comunicó ayer que ya fueron dados de baja. No obstante, esos títulos seguirán teniendo cotización en el mercado: ayer tenían valores de entre 25 y 30 dólares.
Aunque públicamente los funcionarios mantengan un bajísimo perfil, puertas adentro de los despachos existe preocupación por los próximos pasos de los fondos buitre. Después de la experiencia del último embargo, que demoró el proceso hasta ayer, la atención está puesta en las posibles trabas a los próximos desembolsos. La inquietud incluye al Banco Central. En esa dependencia no descartan que en las próximas jornadas se reavive una causa que quedó en stand by en los últimos meses, que se encuentra bajo análisis del juez Thomas Griesa. Los fondos buitre de Kenneth Dart y el del grupo Elliot pidieron al magistrado que embargara los pagos que se realizan a través de bancos de Nueva York. Argumentan que la Argentina tuvo mala fe porque mudó sus reservas a Basilea, donde se encuentran a resguardo de los embargos.
Desde el punto de vista del mercado financiero, el cierre del canje es relevante porque pone en juego bonos de una alta liquidez. El Discount, por ejemplo, tiene una emisión global de 27.400 millones de dólares, repartidos en cuatro monedas. Se transformó en el título público más importante entre los emergentes. La expectativa de los financistas es que los nuevos papeles registren subas en las próximas jornadas ya que, estiman en la city, una parte de los 680 millones de dólares pagados ayer será reinvertido en el mercado local.

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Roberto Lavagna, ministro de Economía, en el día que el default pasó a la historia.
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