ECONOMíA › AUMENTO EXPLOSIVO DE LA COBERTURA PREVISIONAL

Un millón de nuevos jubilados

Las distintas moratorias vigentes registran una adhesión que supera el millón de personas. Se anotan 10.000 por día, sobre todo aquellos que nunca aportaron. 73 por ciento son mujeres.

 Por David Cufré

El contador de la AFIP y el de la Anses van a toda velocidad. Cada día, unas 10.000 personas se anotan entre incrédulas y esperanzadas en alguna de las moratorias previsionales para acceder a la jubilación. La mayoría no termina de aceptar que sea verdad, que en poco tiempo podrá jubilarse a pesar de no haber aportado nunca en su vida. Pero los relatos de amigos, de parientes y vecinos, más la información que entregan los medios, los impulsan a ir para adelante. Y finalmente se jubilan. Lo más impactante es que ya son más de un millón. Del 1º de febrero de 2005 a la fecha, 1.189.022 personas iniciaron el trámite que los conducirá a un ingreso mensual seguro de por vida, más la cobertura asistencial del PAMI. De ese universo, 720.000 ya obtuvieron el beneficio, y el resto lo recibirá en un par de meses.

La Anses especificó que el 73 por ciento de los nuevos jubilados son mujeres y el 27 por ciento varones, mientras que su promedio de edad es de 71 años y dos meses. En promedio, pagan 200,9 pesos por mes para saldar su deuda y se llevan al bolsillo 270 pesos como jubilación.

Las moratorias surgieron para dar respuesta a un problema acuciante: la imposibilidad de jubilarse para un número creciente de hombres y mujeres. La explosión del desempleo en los noventa, más la informalidad laboral, más el aumento en el requisito de años de aportes, dejaron fuera del sistema a miles y miles de personas. La primera reacción frente a esa situación desesperada fue la sanción de una ley a fines de 2004, por la cual se creó el régimen de “jubilación anticipada”.

La iniciativa permite a aquellas mujeres mayores de 55 años y a los hombres mayores de 60, que reúnan 30 años de aportes, acceder a la jubilación a pesar de no cumplir con la edad mínima de 60 y 65 años, respectivamente. Fue una solución para ese grupo de desocupados, con expectativas casi nulas de reinsertarse en el mercado laboral. La única condición es que debían alcanzar aquellas edades límite de 55 y 60 años antes del 31 de diciembre de 2004. La Anses les paga la mitad de la jubilación, con un piso equivalente a la mínima, hasta tanto cumplan 60 y 65 años, cuando pasarán a cobrar el haber completo según surja de sus aportes.

Un segundo capítulo de aquella ley permite completar años de aportes a los mayores de 60 y 65 años. Esta moratoria vence el 15 de enero de 2007, aunque el Congreso busca extenderla otros dos años. El Gobierno todavía no se pronunció, pero distintas fuentes oficiales estiman que se aprobará una prórroga. La decisión, como siempre, depende de Néstor Kirchner, y el Presidente aún no dio instrucciones.

El esquema de moratorias quedó finalmente conformado a fines de 2005, con la sanción de otra ley y un decreto del Poder Ejecutivo, que dieron lugar a que todos los mayores de 60 y 65 años puedan jubilarse, hayan realizado o no aportes durante su vida laboral. La AFIP y la Anses les dan la oportunidad de cancelar toda su deuda previsional generada entre 1955 y 1993, en planes de 60 cuotas (cinco años), durante los cuales les van descontando esos compromisos del pago de su jubilación. En la práctica, los jubilados por ese sistema están cobrando un haber promedio de 270 pesos, ya que pagan 200 por mes para saldar su deuda.

La Anses, además, facilitó al extremo los trámites para los autónomos “puros”, que son aquellos que sólo aportaron a ese régimen o, como la mayoría de las amas de casa, nunca aportaron y entonces se anotan en esa categoría. Ese grupo tiene la posibilidad de hacer sus trámites por Internet y en no más de una semana el organismo les da el alta como jubilados. Hasta que empiezan a cobrar transcurre apenas un trimestre. De allí la explosión de inscriptos de los últimos meses, a un ritmo de 10.000 por día, hasta llegar al número de 1.189.022 entre todos los sistemas vigentes. Como la demanda va en aumento en todos los planes, la Anses puso a sus delegaciones a trabajar en doble turno. Todas las tardes, de 14 a 20, se dedican exclusivamente a resolver trámites de moratoria.

Lo primero que tuvieron que hacer quienes buscan anotarse fue sacar su clave fiscal y pedir a la AFIP el cálculo de su deuda previsional. El segundo paso fue pagar la primera cuota de la moratoria. El universo de jubilados crecerá de los 3.065.000 que había a comienzos de 2005 a 4.025.000 en enero próximo, según indicó la Anses en el proyecto de Presupuesto para 2007. Hasta el momento, del 1.189.022 registrados en las moratorias, obtuvieron el alta 720.000. El resto lo conseguirá de aquí a fin de año. De acuerdo con estimaciones extraoficiales, finalmente habrá 2 millones de jubilados por moratoria, con lo que quedarían incluidos virtualmente todos los que pueden completar aportes hasta 1993. Esa moratoria no tiene fecha de vencimiento.

Un argumento repetido por economistas ortodoxos es que el Estado asume una carga fiscal demasiado pesada, que hará fracasar el plan. La respuesta oficial es que los inscriptos en la moratoria reconocieron deudas por 12.530,3 millones de pesos, por lo que el costo por año para la Anses es de 4212 millones. Esa cifra equivale al 10,5 por ciento de los 39.997 millones de pesos del presupuesto de la seguridad social para 2007. Los funcionarios concluyen que el gasto termina siendo bajo frente a la cantidad de recursos disponibles y también en comparación con el logro de dar cobertura a más de un millón de personas que antes estaban condenadas a la exclusión.

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El haber promedio que cobran los inscriptos en la moratoria es de 270 pesos por mes.
Imagen: Gustavo Mujica
 
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