ECONOMíA › LAS RESERVAS LLEGARON AL RECORD DE 30.000 MILLONES DE DOLARES

El Central armó una pequeña fortuna

Las compras de divisas para sostener el tipo de cambio marcaron un hito. Ayudan el contexto financiero y las commodities.

 Por Claudio Zlotnik

Las reservas del Banco Central marcaron ayer un registro histórico al superar los 30.000 millones de dólares. Quedaron exactamente en 30.010 millones. Néstor Kirchner hizo el anuncio en la Casa Rosada, confirmando que la acumulación de divisas es uno de los pilares de su gestión. Fuentes del Banco Central aseguraron, en diálogo con Página/12, que la estrategia continuará. “Es una política de Estado; no algo coyuntural”, manifestaron. El contexto financiero internacional y la suba de los precios de los commodities son la base de ese optimismo.

A lo largo del año, el Banco Central embolsó un total de 11.431 millones de dólares. Cuando el Gobierno canceló la deuda con el Fondo Monetario, las reservas habían quedado en 18.579 millones. Unos meses atrás, Kirchner le propuso a Martín Redrado terminar el año en 30.000 millones. La mejora en el marco internacional adelantó los tiempos y permite prever que las reservas seguirán en ascenso. Desde el Central se niegan a publicitar una meta cuantitativa porque significaría mostrarles las cartas a los operadores del mercado.

En las últimas semanas, el BC adquirió entre 70 y 100 millones de dólares diarios, en respuesta a la ola de billetes verdes que ingresan a la Argentina de la mano de inversores que buscan una rentabilidad mayor que en sus países de origen. En las últimas jornadas las compras se desaceleraron hasta un promedio de 50 millones, pero sigue siendo un monto significativo.

Kirchner, Felisa Miceli y Martín Redrado están convencidos de que la acumulación de reservas funciona como un seguro contra eventuales turbulencias financieras. El tema fue abordado en el encuentro del Grupo de los 20 que acaba de finalizar en Australia. Sin la existencia de un prestamista de última instancia, como en su momento lo fue el FMI, los países emergentes coinciden en que la suma de divisas funciona como una política anticíclica. O sea, se ahorran dólares para cuando, eventualmente, cambie el escenario, se acabe la bonanza económica y financiera y haya agitación en los mercados.

Los países asiáticos lideran la absorción de billetes verdes. China acaba de llegar al billón de dólares de reservas, y ayer Lula da Silva se dio el mismo gusto que Kirchner al anunciar un nivel record. El Banco Central de Brasil alcanzó los 81.966 millones de dólares. En los últimos cuatro años, los emergentes triplicaron el nivel de sus reservas. Durante este tiempo no hicieron otra cosa que imitar una estrategia tradicional de los países centrales, que siempre vieron en la acumulación la mejor forma de reducir la posibilidad de una crisis y transmitir confianza.

A diferencia de los ’90, cuando las reservas crecían de la mano del endeudamiento externo, ahora se expanden gracias al superávit comercial –de alrededor de 1000 millones de dólares mensuales– y al fuerte ingreso de dólares calientes. Para aplacar la entrada de capitales golondrina, el BC puso en marcha controles, pero los financistas eluden esas barreras al ingresar divisas mediante operaciones con bonos.

La compra de dólares resultó también funcional al objetivo de mantener un tipo de cambio competitivo. El último informe del Central dio cuenta de que el Tipo de Cambio Real Multilateral (TCRM) mejoró un 0,7 por ciento el mes pasado y se mantuvo constante en el último año. En la actualidad, el TCRM se encuentra un 104 por ciento sobre el nivel promedio registrado durante la convertibilidad.

Desde el Banco Central aseguraron a este diario que la estrategia de adquirir dólares no peligra, a pesar de las advertencias que formulan algunos economistas de la city. Desde la ortodoxia afirman que a la autoridad monetaria le resultará cada vez más difícil juntar divisas sin tener que echar mano a una suba de las tasas de interés para esterilizar los pesos emitidos para comprar billetes verdes.

Cerca de Redrado restan importancia a ese pronóstico. “Hace dos años que auguran lo mismo y se equivocan. También pasará en 2007”, afirman desde Reconquista 266. Y aportan un dato: gracias a un cambio en la cartera de inversión, las reservas vienen mejorando su rendimiento. En las últimas semanas, desde la mesa de operaciones del Central fueron traspasando divisas que estaban invertidas en bonos extranjeros de corto plazo a otros de largo alcance. Esa movida redundó en que el rendimiento global de las reservas pasara del 3,5 al 5,3 por ciento anual. Esta utilidad extra le otorga al BC un mayor margen para no caer en el denominado déficit cuasifiscal: pagar más por las esterilizaciones que lo que rinden los ahorros.

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A lo largo del año, el Banco Central embolsó un total de 11.431 millones de dólares.
 
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